La comunidad de Internet de Malawi, en expansión desde las protestas contra el gobierno del año pasado, ahora celebra la repentina llegada a la Presidencia de Joyce Banda, la primera mujer en ocupar ese cargo en África austral.
Dos días antes de la confirmación oficial de la muerte del presidente Bingu wa Mutharika, el sábado 5 de este mes, el rumor ya circulaba en la red social Facebook.
La consiguiente designación de la vicepresidenta Joyce Banda como nueva jefa de Estado contribuyó a amplificar la actividad en las redes sociales de Internet, como Facebook y Twiter, con mensajes de apoyo y optimismo.
Ahora que la presidenta comenzó a purgar el gobierno de funcionarios corruptos y a atraer a donantes internacionales en un intento por aliviar las dificultades económicas que sufre este país, la actividad en las redes sociales sigue en aumento.
Las protestas de julio agitaron a los cibernautas
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La comunidad de Internet empezó a movilizarse con las protestas contra el gobierno que comenzaron el 20 de julio de 2011 en todo el país debido al deterioro de la economía y a la mala gestión política. Los disturbios duraron dos días y dejaron 20 personas muertas.
La permanente falta de combustible y la escasez de divisas empeoraron el malestar de la población.
Cuando la Autoridad de Regulación de las Comunicaciones de Malawi (Macra, por sus siglas en inglés) cerró en forma temporal canales privados y bloqueó populares sitios de noticias en Internet, la gente se volcó a las redes sociales en busca de información.
"Hay una tendencia de las autoridades a controlar el flujo de la información", explicó Arnold Munthali, editor de la empresa de comunicación Blantyre Newspapers Limited (BNL).
"Pero los medios sociales crearon una población socialmente libre y políticamente más conciente, que escapa al control del gobierno", añadió.
Según el portal de estadísticas de medios Socialbakers, hay 132.580 usuarios de Facebook en Malawi. Si bien representan menos de uno por ciento de los 15 millones de habitantes, la cantidad creció más del doble entre marzo de 2011 y el mismo mes de este año.
Un crecimiento de tal magnitud en un periodo de agitación ciudadana muestra que las redes sociales tienen un lugar en Malawi, pese a la baja penetración de Internet.
En 2010, la Unión Internacional de Telecomunicaciones estimó que 4,5 por ciento de la población de Malawi usa Internet. El acceso está limitado principalmente por la mala infraestructura de las comunicaciones.
En plena crisis social y política, la ciudadanía compartió en Facebook fotografías de manifestantes heridos y propiedades dañadas. A través de los canales de Twitter alertaba sobre las zonas más problemáticas y denunciaba la ubicación de la policía. Además se publicó en YouTube vídeos grabados con teléfonos celulares que mostraban el caos reinante en las calles.
Rogers Siula, planificador de medios de 28 años que participó en las protestas de julio del año pasado en esta sureña ciudad de Malawi, optó por expresarse en un blog.
"Vivimos en un contexto en que los jóvenes, que tienen el increíble potencial de florecer y convertir a Malawi en un país dinámico, fresco y enérgico, son oprimidos por la izquierda, la derecha y el centro", se lamentó.
"En la actual coyuntura política de tensión, plataformas como Facebook, Twitter y los blogs son seguras", añadió.
Activismo por Internet en alza contra ataques y detenciones
Puede haber cambiado el año calendario, pero la tensión permanece generando nuevas controversias.
La detención arbitraria del conocido abogado de derechos humanos, Ralph Kasambara en febrero concentró la atención internacional gracias al surgimiento de grupos de apoyo en Facebook.
Ocho días después de su detención fue liberado bajo fianza. Kasambara reconoció el papel desempeñado por las redes sociales.
Redes sociales al servicio de la permanente "caza de combustible"
A pequeña escala, las redes sociales también ayudan a los ciudadanos a afrontar batallas cotidianas, como la búsqueda del esquivo combustible.
Frederick Bvalani es uno de los fundadores de Malawi Fuel Watch (MFW), un grupo de Facebook con unos 7.400 miembros, que comparten información sobre dónde encontrar combustible y a qué precio.
"El relativamente bajo costo de las comunicaciones en Internet y la disponibilidad de gente en un foro como Facebook es ideal para promover el cambio y conectar a la gente que quiere ver un Malawi diferente y mejor", señaló Bvalani.
Para Billy Ngoma, de 27 años, los beneficios de MFW son obvios.
"Puedes pasar entre seis y ocho horas haciendo una larga cola para obtener 25 litros de combustible", relató. "El grupo ayuda a que los usuarios de redes sociales sepamos qué estación expendedora" tiene disponibilidad.
El futuro de las redes sociales en Malawi
Desde la organización de las protestas de julio del año pasado hasta los rumores sobre la muerte de Mutharika, parece que las redes sociales adquieren mayor relevancia.
Pero el creciente uso de esas plataformas para compartir información de forma rápida deja al descubierto sus usos incorrectos, pues también sirven para propagar rumores falsos y contenido erróneo.
Desde los medios tradicionales de comunicación, Munthali explicó que BNL sencillamente no estaba preparado para responder a la comunidad de Internet cuando surgió la necesidad durante los disturbios de julio.
Pero esos problemas no bastan para que los medios se alejen de las redes, así como tampoco la persecución de la censura.
"Como los medios tradicionales se ven acosados por leyes antipáticas promulgadas por el gobierno, tratamos de mejorar nuestra presencia en Internet interactuando más con nuestra audiencia", señaló Munthali.
Desde 2009, Macra viene lanzando centros de tecnología de información y comunicación en todo el país. Esa iniciativa, junto con la instalación de cables de fibra óptica en las ciudades por la Malawi Telecommunications Limited y el aumento del uso de celulares, sin duda impactará en el uso de Internet y, por lo tanto, en la circulación de contenido tanto en áreas urbanas como rurales.
Cualquiera sea el curso de los acontecimientos durante la presidencia de Banda, es demasiado pronto para saber las consecuencias de esos cambios, pero sin duda, la ciudadanía estará hablando de ellos a través de las redes sociales.