INDIA: Clonación puede salvar industria de las pashminas

Con la exitosa clonación en Cachemira de la cabra de pashmina, que produce la famosa lana casimir, se renuevan las esperanzas de que reviva la industria de los chales tradicionales en este estado indio.

"El chal conocido como pashmina, de tejido apretado e hilado a mano, no tiene par en ninguna parte del mundo, aunque en el mercado se introducen copias constantemente a precios más bajos", dijo Rafiq Shah, un comerciante de Srinagar.

La amenaza a la industria del casimir es que vienen reduciéndose los rebaños de la cabra pashmina, que debe criarse cuidadosamente en la fría y ventosa cordillera del Himalaya a fin de estimular el crecimiento de la delicada lana de su vientre.

Pero el nacimiento, el 9 de marzo, de "Noori", una cabra de pashmina clonada, en la Universidad de Agricultura, Ciencia y Tecnología de Sher-e-Kashmir (SKUAST), en Srinagar, es considerado el logro que la industria de los chales estaba buscando.

"Imaginemos el impacto que tendrá en la industria multiplicar comercialmente las cabras de pashmina a través de la clonación", planteó Gouhar Rather, vendedor de artesanías en Srinagar.
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"Esto sin dudas ayudará a los fabricantes de las pashminas auténticas", agregó.

Por lo menos 15.000 familias trabajan en la industria de las pashminas en Cachemira. Las mujeres son quienes realizan el hilado y el tejido, mientras que los hombres ayudan moviendo los pesados telares.

Elaborar pashminas "está en nuestra sangre", e "incluso nos da identidad", dijo Rather, en referencia a nombres como casimir, que se origina en la palabra Cachemira.

Las ventas de chales de casimir facturan unos 85 millones de dólares al año y, junto con el turismo, representan una importante fuente de ingresos para los siete millones de habitantes del valle de Cachemira.

"Los fabricantes de Amritsar y Ludhiana (importantes centros laneros del noroccidental estado de Punjab) ahora importan lana de Nueva Zelanda y Australia, la hilan en máquinas y la tratan con productos químicos antes de hacer pasar productos de segunda mano por pashminas", dijo Shah.

Según Shah, fabricantes en China y de otros países intentaron en el pasado producir mantos de casimir y fracasaron. "No es fácil hilar la pashmina como lo hacen nuestras mujeres", explicó.

Durante mucho tiempo se consideró que la producción de estos chales, esencialmente una industria artesanal, era una manera ideal de que las mujeres musulmanas de Cachemira tuvieran un empleo remunerado sin salir de sus hogares.

Pero hay mujeres cachemiras como Shameema Wani, de 42 años, que se han graduado en la comercialización de pashminas. Ella da trabajo a unas 2.000 mujeres, recolectando sus productos para la venta en un local que instaló hace 10 años en el centro de Srinagar.

"Este es un trabajo adecuado para las mujeres porque les permite atender las tareas domésticas y también tener un ingreso", dijo Wani, celebrando los avances científicos que prometen más materia prima para la elaboración de chales.

"Noori es la primera cabra de pashmina clonada en el mundo y representa un gran logro para nosotros", dijo Riaz Ahmad Shah, profesor del centro de biotecnología animal de SKUAST y director del proyecto de clonación financiado por el Banco Mundial.

Para producir a Noori, Shah y su equipo de SKUAST usaron un método simple que requirió poco más que un microscopio y una placa de petri. El procedimiento, ahora estandarizado, puede replicarse por todo el valle.

Shah dijo a IPS que la clonación no solo ayudará a aumentar los rebaños, sino que ayudará al desarrollo de "animales que puedan producir una lana más delicada que la de las cabras de pashmina que existen naturalmente".

La tecnología desarrollada en SKUAST puede extenderse fácilmente a otras especies de valor comercial en el Himalaya, particularmente el "chiru" o antílope tibetano, que produce "shahtoosh", un tipo de lana que se vende a un precio aun más alto que el casimir.

El vellón excepcionalmente fino del chiru, que aísla al animal del duro clima de la cuenca tibetana y de la región cachemira de Ladakh, tradicionalmente se usa para tejer mantos shahtoosh, otro de los productos artesanales típicos del valle.

Sin embargo, como para hacer uno solo de estos chales es necesario matar a por lo menos cuatro chirus, el animal fue incluido en 1975 en la lista de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).

En India, los mantos shahtoosh, que otrora integraban el ajuar de las novias, llegaron a venderse a 5.000 dólares la unidad, hasta que el gobierno indio prohibió su comercio en 1991. El gobierno del estado de Jammu y Cachemira, que hace sus propias leyes, retrasó esa prohibición hasta 2000 para ayudar a las artesanas.

"Ahora experimentamos con la reproducción asistida del chiru y de otras especies animales con valor comercial, como el ciervo almizclero", dijo Ahmad Khursheed, experto en manejo de la naturaleza en SKUAST, a IPS.

Según Khursheed, SKUAST ya colabora con el Laboratorio para la Conservación de Especies Amenazadas en Hyderabad y el Smithsonian Institute en Washington para conservar varias de las especies amenazadas de Cachemira, incluido el chiru.

Los fabricantes del tradicional chal de Cachemira, en particular las mujeres, han sido muy perjudicados por la prohibición de Cites al comercio de los productos de chiru, y se teme que esto haga desaparecer el arte del tejido de chales de shatoosh.

"Hemos asumido la tarea de conservar el chiru y hemos desarrollado una técnica para extraer su lana sin matar al animal", dijo Khursheed.

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