Condena a Charles Taylor envía mensaje de disuasión

El Tribunal Especial para Sierra Leona halló culpable este jueves 26 a Charles Taylor, expresidente de Liberia, por instigar a sus fuerzas rebeldes a perpetrar crímenes de guerra y contra la humanidad en esa nación del occidente africano.

Los crímenes fueron cometidos por el Frente Unido Revolucionario (RUF) durante la guerra civil de Sierra Leona (1991-2002).

La ONU ve con beneplácito la condena de un exjefe de Estado por cometer crímenes contra la humanidad, que involucran específicamente el reclutamiento de niños soldado.

"Este es un día histórico y memorable para el pueblo de Sierra Leona, para la región y más allá", dijo el secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Ban Ki-moon.

El fallo "envía una fuerte señal a todos los líderes en cuanto a que son (responsables) y serán responsabilizados por sus acciones", agregó.
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La representante especial del secretario general para la Cuestión de los Niños y los Conflictos Armados, Radhika Coomaraswamy, dijo a IPS que el primer caso fue el dictamen emitido en marzo por la Corte Penal Internacional (CPI) en la causa que estaba imputado Thomas Lubanga, el exseñor de la guerra congoleña.

Lubanga fue condenado por crímenes de guerra por reclutar menores de 15 años en su fuerza rebelde, en 2002 y 2003, en la República Democrática del Congo.

Estos últimos dos meses han escrito con tinta indeleble los estándares legales internacionales, dijo Coomaraswamy a IPS. "Esperamos que esto sirva como disuasión para otros que reclutan niños soldado", agregó.

Ban planteó, en su declaración, que aprecia profundamente "el compromiso del Tribunal Especial para garantizar la responsabilización por los muy serios crímenes cometidos contra el pueblo de Sierra Leona y contra personal de la ONU y asociado durante el conflicto" en ese país.

El Tribunal Especial para Sierra Leona es un excelente modelo de alianza de cooperación con la ONU para llevar a la justicia a los responsables de graves crímenes, de acuerdo con los estándares judiciales internacionales, agregó.

"Ha ayudado al proceso de reconciliación nacional y al restablecimiento y mantenimiento de la paz en Sierra Leona", dijo Ban.

Al acercarse la fecha en que el Tribunal Especial para Sierra Leona debe concluir su mandato, el secretario general de la ONU llamó a la comunidad internacional a preservar y promover su legado apoyando al Tribunal Especial Residual para Sierra Leona, que comenzará a funcionar al cierre de su antecesor.

Mientras, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señaló que el veredicto contra Taylor "es una victoria para los niños reclutados y usados en la guerra, y servirá como advertencia para otros líderes de tiempos de guerra y señores de la guerra".

El tribunal que sesiona en La Haya sentenció a Taylor por 11 cargos, entre ellos el reclutamiento y uso de combatientes menores de 15 años.

La fiscalía argumentó que Taylor fue uno de los principales responsables en los crímenes cometidos por las fuerzas rebeldes entre 1996 y 2002, según Unicef.

El director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, dijo que es posible que el fallo de este jueves 26 no borre las atrocidades vividas por los miles de niños que fueron explotados como armas de guerra. "Pero esperamos que ayude a sanar sus heridas", agregó.

A menudo son los niños los más vulnerables, quienes corren mayor riesgo de enrolarse en fuerzas o grupos armados, ya sea a través de un reclutamiento forzado o guiados por factores como la pobreza, la violencia y la ideología.

Durante la guerra civil en Sierra Leona, el Unicef dijo que "intervino directamente ante todas las partes para rescatar a niños que habían sido reclutados".

En algunos casos, niños que habían sido marcados y habían quedado con cicatrices hechas por las fuerzas rebeldes fueron sometidos a cirugías plásticas para ayudarlos a que sus comunidades los aceptaran de regreso.

Esta agencia de la ONU también lideró los esfuerzos para liberar y reunir a los niños con sus familias, reintegrándolos a sus comunidades al brindarles capacitación y apoyo psicosocial.

Según la agencia, los niños también fueron usados como escudos humanos, esclavos sexuales y obreros en las minas de diamantes.

Tras el fin de la guerra, 7.000 niños fueron liberados y reintegrados a la sociedad. Noventa y ocho por ciento volvieron con sus familias.

Otros 7.000 niños recibieron apoyo para su reintegración, entre ellos niñas que habían estado en filas rebeldes.

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