Las cadenas de valor y los eslabones presentes en la producción y distribución de bienes, centraron el análisis de los ministros de Economía y de Comercio del Grupo de los 20 (G-20) en el segundo y último día de reunión en México. El posible daño ambiental de esas actividades quedó afuera.
"La posición de la Organización Mundial del Comercio es que se debe proteger el ambiente sin desarrollar obstáculos al comercio", dijo a IPS el francés Pascal Lamy, director general de la OMC, y quien asistió a las deliberaciones que finalizaron este viernes 20 en Puerto Vallarta, ubicado a unos 890 kilómetros al occidente de la ciudad de México.
Sin embargo, alrededor de 90 por ciento del comercio mundial se lleva a cabo por vías marítimas, en flagrante perjuicio del ambiente por el consumo de combustibles fósiles.
La OMC permite que un país aplique medidas comerciales por preocupaciones ambientales o sanitarias, sin que con ello busque fines proteccionistas.
En sus sesiones, los responsables de economía y comercio del G-20, reunidos a puertas cerradas y sin la presencia de la sociedad civil, trataron temas como el fomento al comercio, la creación de empleo, el crecimiento verde, la importancia de las cadenas de valor y el proteccionismo.
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El G-20 reúne al Grupo de los Ocho (G-8) países más industrializados, conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Japón, Italia y Rusia, junto a Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía, así como a la Unión Europea como tal.
Pero esta vez a la cita, la primera en la historia de este bloque que congrega a ministros de Economía y de Comercio, fueron invitados delegados de Colombia, Perú y Chile, que aspiran a ser aceptados en la agrupación.
"Lo consideramos un tema con el que se puede empezar a trabajar a largo plazo", dijo a IPS el griego Angelos Pangratis, jefe de la misión de la Unión Europea (UE) ante la OMC y presente en Puerto Vallarta.
El consumo de bienes importados influye en la transferencia de emisiones de dióxido de carbono, uno de los gases responsables del recalentamiento planetario. Estudios realizados por organizaciones como la francesa Carbone 4 y el alemán Instituto Leibniz para la Investigación Económica confirmaron que la incidencia de las importaciones elevó las emanaciones.
"Más comercio no es bueno para el ambiente. Pero ésta no es una reunión sobre cambio climático", declaró a IPS el ministro australiano de Comercio, Craig Emerson.
La cita, en conclusión, fue una apología al libre comercio y, por extensión, se condenó el proteccionismo.
En el cierre del encuentro, el secretario (ministro) de Economía de México, Bruno Ferrari, pidió "mantener y promover el libre comercio", para fortalecer el crecimiento económico y generar empleo.
"Cualquier medida proteccionista solamente puede ser contraproducente para todos", en momentos en que la economía mundial está en fase crítica, recalcó el funcionario, quien recordó que 56 por ciento de los bienes comerciados son materias primas, partes, componentes y productos semielaborados.
Los ministros de Economía y Comercio entregarán sus conclusiones al presidente de México, el conservador Felipe Calderón, quien preside el bloque este año y entregará el cargo a Rusia en 2013.
Esos temas serán agregados a la agenda que los presidentes del G-20 abordarán en la cumbre del 18 y 19 de junio en la noroccidental ciudad mexicana de Los Cabos, centrada en asuntos como la lucha contra la crisis financiera, la seguridad alimentaria, el crecimiento verde, el cambio climático y otros asuntos.
"El G-20 evoluciona frente a nuevos retos, como la crisis financiera profundizada y el cambio climático, al extender su agenda para tratar temas sociales y ambientales y de mayor regulación financiera, y al asumir compromisos más detallados y más ambiciosos y desarrollando sus propias instituciones para abordarlos directamente", dijo a IPS el académico John Kirton, de la Universidad de Toronto.
Kirton es director y cofundador del Grupo de Investigación sobre el G-20, que se inició con análisis sobre el G-8 y que prolongó sus estudios al nuevo bloque.
"Es necesario expandir el libro de la OMC para incluir temas como el cambio climático y la protección ambiental", planteó Pangratis.
La OMC calcula para este año una contracción en el intercambio mundial, lo cual perjudicará el entorno económico.
"No contemplar la totalidad de lo que implica el comercio no da una imagen completa, pues aumentar las importaciones no significa perder exportaciones", sostuvo Ferrari.
El ministro anfitrión consideró que restringir las importaciones es "darse un tiro en el pie, ya que el proteccionismo comercial trae consigo el riesgo de afectar a las empresas nacionales al desplazarlas de las cadenas globales de valor en lugar de proveerles de una ventaja competitiva".
Por su parte, Lamy recomendó "el fomento al comercio de servicios y tecnología, que pueden contribuir a tener un comercio más sustentable", y "eficiencia" en el trabajo y en el uso de recursos naturales.
"La legitimidad depende de más (volumen de comercio) que de cuántos y quiénes están en la mesa. El G-20 necesita incluir un mayor rango de la sociedad civil más integralmente en su estructura de gobierno", sugirió Kirton. Pero esa posibilidad parece aún lejana.