AMÉRICA LATINA: No a la guerra antidrogas, sí a otras alternativas

América Latina alzará la voz en la VI Cumbre de las Américas para cuestionar la «fallida» guerra contra las drogas ilícitas y plantear alternativas, como la polémica despenalización, con el fin de reducir la barbarie emanada del narcotráfico, principalmente en México y los países centroamericanos.

Todo apunta a que en la cumbre, que se realizará este sábado 14 y el domingo 15 en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, habrá acuerdos sobre la necesidad de reformular la lucha antinarcóticos pero no hacia dónde debe reenfocarse.

"Hemos tenido una política guerrerista que no ha dado resultados mientras los narcos sí han tenido éxito en infiltrar los estamentos del Estado y corromper a amplios sectores de la ciudadanía", dijo a IPS la guatemalteca Carmen Aída Ibarra del no gubernamental Movimiento Pro Justicia.

En ese contexto, "es legítimo que se busquen alternativas porque si mantenemos esta guerra, que no es significativa por la cantidad de droga incautada y los arrestos, los muertos los seguiremos poniendo nosotros", matizó en alusión a los países de América Central.

La escalada de violencia que sufre América Central por el narcotráfico alcanzó niveles "alarmantes", agravada por la corrupción, la pobreza y la desigualdad, advirtió el informe de 2011 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, una entidad de la Organización de las Naciones Unidas.

En el istmo, utilizado como puente para llevar las drogas producidas en el sur hasta Estados Unidos, operan más 70.000 pandilleros, y las tasas de homicidios llegan a 82 por cada 100.000 habitantes en Honduras, 65 en El Salvador y 40 en Guatemala, según el estudio.

En México, "más de 35.000 personas murieron entre 2006 y 2010" producto de la lucha antidrogas, añade.

Ante la mortandad, mandatarios y exmandatarios latinoamericanos han elevado la voz para reformular la lucha contra el negocio de las drogas ilícitas, hasta ahora concentrada en medidas represivas de los países latinoamericanos en asociación con Estados Unidos.

El presidente guatemalteco, el derechista Otto Pérez Molina, planteará en la cumbre "la despenalización parcial o completa del tráfico y consumo de drogas" para reemplazar la "fracasada" guerra al narcotráfico, quizás la propuesta más polémica.

"El consumo y la producción de drogas deben ser legalizados, pero con ciertos límites y condiciones", sugirió Pérez en una columna publicada en vísperas de la cumbre por el diario británico The Guardian, en clara oposición a Estados Unidos, considerado el máximo consumidor de drogas del mundo, pero cuyas autoridades rechazan su despenalización.

"Esta idea ha despertado un proceso que tendrá resultados positivos para modificar una estrategia fallida que ha producido cosas terribles como ha pasado en México", dijo a IPS el guatemalteco Edmundo Urrutia de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.

Los expresidentes Ernesto Zedillo, de México, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil y César Gaviria, de Colombia, también reiteraron su propuesta de "regular la comercialización, publicidad y consumo de las drogas, sin legalizarla", según una carta enviada a la cumbre en Cartagena.

Otros mandatarios, como Laura Chinchilla, de Costa Rica, y Juan Manuel Santos, de Colombia, han mostrado apertura a otras alternativas antidrogas.

"Si encontramos que hay una mejor alternativa que impida que las organizaciones criminales se lucren y, tal vez, que se pueda enfrentar el problema del consumo en una manera más efectiva, entonces todo el mundo gana", dijo Santos esta misma semana.

La criminalización internacional del tráfico de drogas impide que cada país encuentre soluciones nacionales a sus problemas históricos, según el colombiano Ricardo Vargas, director de la no gubernamental Acción Andina e investigador del Transnational Institute, con sede en Holanda.

"Ese es el eje central de la discusión en México, Centroamérica y Colombia", dijo a IPS.

"En Centroamérica hay un conflicto social de base, Estados todavía autoritarios como Honduras, un conflicto por la tierra, un poder muy grande de los terratenientes y discriminación de las comunidades indígenas", detalló.

Según Vargas, "el modelo de interpretar el narcotráfico asociado a violencia y, como respuesta, militarizar la región, lo que hace es agravar estos fenómenos" de modo que "Estados Unidos debería replantear esta situación".

Acción Andina, Transnational Institute y otras seis organizaciones civiles firmaron otra carta abierta en la antesala de la Cumbre, en la cual piden revisar los resultados de la guerra antidrogas, la cual ha provocado "la concentración, especialización y diversificación del crimen organizado".

Hay quienes creen que no hay otra salida.

"El primer paso es despenalizar el consumo de drogas y revisar las políticas de salud y educación de nuestros países, que pasa por un respeto a la vida, la democracia y las leyes", dijo a IPS el coordinador del Diplomado sobre Seguridad Nacional de la privada Universidad Iberoamericana de México, Erubiel Tirado.

El factor estadounidense "no juega un papel importante en atacar la raíz del problema, porque si bien ha reconocido que el gran consumo de droga en su territorio es un incentivo para la guerra antinarco en el resto del hemisferio, no hace gran cosa por reducirlo", aseguró.

Pero no todos están de acuerdo con la despenalización.

Los presidentes de México, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá han expresado su rechazo a esta medida por considerarla contraproducente en coincidencia con lo expresado en más de una ocasión por Estados Unidos, la última el miércoles 11.

"El presidente (Barack) Obama no apoya la despenalización. Pero acepta que estamos ante un debate legítimo", dijo Dan Restrepo, director para Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

Pero el debate sigue ardiendo mientras las delegaciones de la cumbre comienzan a inundar Cartagena.

"Los carteles han penetrado la policía, la fiscalía, los jueces e incluso en El Salvador ha habido diputados financiados por el narcotráfico", dijo a IPS el analista político salvadoreño, Roberto Cañas.

Por eso, Cañas consideró que "es momento de despenalizar las drogas" en razón de que hasta ahora "ha fracasado" la guerra antinarcóticos.

Aunque hay intereses muy poderosos para impedirlo, admitió, como "el blanqueo de dinero que es una actividad muy fuerte, de la cual no se dicen datos de El Salvador".

*Con aportes de Constanza Vieira (Cartagena de Indias), Emilio Godoy (Ciudad de México) y Edgardo Ayala (San Salvador)

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