Aunque el anuncio de Estados Unidos de que retirará sus tropas de Afganistán para 2014 fue celebrado por la mayoría de los afganos como el inminente fin de la ocupación, permanecen grandes dudas.
Específicamente, tanto expertos como el público general se preguntan si esto será beneficioso para la democracia o, por el contrario, hará a este país aun más vulnerable y violento.
Otros incluso dudan de que Afganistán alguna vez se libere de la presencia de Estados Unidos, considerando que su territorio tiene un importante valor geoestratégico, cerca de Irán y Pakistán.
Más de 10 años después de la llegada de las tropas extranjeras para "luchar contra el terrorismo", el pueblo afgano se pregunta abiertamente cuál es el "verdadero objetivo" de Washington.
"La meta no era luchar contra el terrorismo, aunque mataron a Osama bin Laden. La red (radical islámica Al Qaeda) todavía está aquí y se propaga por toda la región (a Tayikistán, Uzbekistán, etcétera), lo cual es útil para Estados Unidos, porque le pedirán ayuda y podrá usarlo como excusa para continuar en la región", dijo a IPS el periodista Naseer Fayaz.
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Aunque el presidente estadounidense Barack Obama anunció el repliegue de una porción de sus tropas para fines de 2014, pocos esperan que esto provoque un cambio real en el terreno.
Los estadounidenses "nunca dejarán Afganistán porque es muy importante desde el punto de vista geográfico. La estrategia de Estados Unidos es de largo plazo. Está aquí para controlar Asia central", subrayó Fayaz.
"Usan (la excusa de) Al Qaeda para permanecer aquí, mientras negocian con algunos yihadistas (combatientes islámicos) para alcanzar sus metas", añadió.
Por su parte, Wadeer Safi, profesor de derecho en la Universidad de Kabul, opinó que las tropas extranjeras permanecerán en suelo afgano por otra razón relevante para la población.
"Estados Unidos no dejará Afganistán hasta concretar su sueño de instaurar un gobierno que se base sobre la transparencia y la justicia social. Este no es el caso por ahora. Los criminales tienen el poder y deben ser llevados a juicio", dijo a IPS.
"Si las tropas extranjeras dejan el país en manos de los fundamentalistas, Afganistán se convertirá en un estado narco vinculado con Pakistán", dijo el profesor, una especulación apoyada por el hecho de que la mayor cantidad de adormidera (o amapola, materia prima del opio, la heroína y la morfina) del mundo se cultiva en Afganistán.
Este país plantó entre 123.000 y 195.000 hectáreas de adormidera en 2010.
Además, Afganistán es la segunda nación con más altos niveles de corrupción luego de Somalia. Esto llena de pesimismo a la población afgana sobre su futuro.
No obstante, la mayor parte de los afganos están a favor del retiro de todas las tropas extranjeras. Luego de una masacre en la sureña ciudad de Kandahar y la polémica desatada por la quema de copias del Corán en la base militar estadounidenses de Bagram https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100252, las tensiones crecieron en todo el país, llegando incluso a Kabul, donde las fuerzas internacionales fueron remplazadas por el ejército y la policía locales.
Pero "pocas personas confían en la policía afgana, que está dividida en grupos étnicos", dijo Fayaz, añadiendo que los diplomáticos y empresarios apelaban a contratistas de seguridad privados, a veces extranjeros, para su protección.
Las embajadas están completamente rodeadas de murallas de cemento, y el ingreso no está permitido a afganos sin permiso especial.
La presencia de señores de la guerra y sus milicias es un peligro que podría exacerbarse con la salida de las tropas extranjeras, aunque por ahora las hostilidades han cesado gracias a un acuerdo para compartir el poder.
Algunos expertos creen que un pleno repliegue llevará al estallido de una guerra civil. Otros mantienen la idea de que considerar a las fuerzas estadounidenses "salvadoras" del país es mera propaganda.
"Estados Unidos quiere venderle más armas a los afganos, pero el origen del problema son la ocupación y los señores de la guerra en el poder. Solo los corruptos quieren que las tropas se queden. Las ocupaciones extranjeras nunca trajeron democracia. El pueblo debe luchar por su libertad", dijo a IPS la exparlamentaria Malalai Joya
"Pero no es fácil luchar contra la ocupación", respondió Baseer, jefe de la "shura" (concejo tribal) de Khewa in Dar-e-Noor, cerca de la oriental ciudad de Jalalabad.
"Aun si 99 por ciento de la población está en contra de la ocupación, es difícil defender tu posición porque serás acusado por el gobierno de ser un talibán", con todas las consecuencias que eso conlleva, dijo a IPS.
"Necesitamos tiempo. Ya luchamos contra la ocupación soviética, contra los yihadistas, contra el (movimiento islamista) Talibán y ahora sufrimos otra nueva ocupación. Estamos con el pueblo, y tratamos de resolver sus problemas. Es por eso que todavía estamos aquí", subrayó.
Añadió que, si estalla una guerra civil, será solo en reacción a los miles de millones de dólares que siguen llegando a Afganistán desde el exterior "para que unos pocos ricos construyan sus mansiones", y no por el repliegue de las tropas estadounidenses.
Lujosas casas se han propagado junto a las tradicionales viviendas de barro afganas, realzando la creciente brecha entre un puñado de ricos y la vasta mayoría de pobres.
"La población quiere paz, no desea luchar más, y por eso aceptará cualquier gobierno títere que imponga Estados Unidos", dijo a IPS el líder del secular Partido de la Solidaridad de Afganistán, Hafiz Rashid.
En cualquier caso, añadió, Estados Unidos no se retirará por completo, sino que simplemente reducirá el número de soldados en sus bases.
En una reunión con un grupo de víctimas de la guerra, celebrada en la antigua ciudad de Shari-kua y a la que asistieron en su mayoría viudas pidiendo justicia, quedó claro que muchas personas están dispuestas a aceptar la presencia de tropas extranjeras "si eso significa la paz".
Así lo indicó en el encuentro Fatima, quien perdió a su esposo durante la guerra civil que se desató en este país a partir de 1992.
"Me preocupan los últimos acontecimientos (en la base aérea de Bagram), donde soldados de Estados Unidos quemaron el Corán. Pero si quieren respetar nuestra religión y ayudarnos, no estoy contra ellos", afirmó.