La inesperada reinstalación del expresidente Akbar Hashemi Rafsanyani (1989-1997) al frente del Consejo de Conveniencia de Irán provoca especulaciones diversas sobre la situación política interna de este país, que afronta una presión económica sin precedentes y amenazas militares de Israel y de Estados Unidos.
Para la mayoría de los observadores en Teherán, esto sugiere que la figura más poderosa del régimen, el ayatolá Ali Jamenei, todavía no está listo para eliminar a Rafsanyani, una figura centrista clave en la república islámica, pese a que él mismo hizo mucho por marginarlo desde las disputadas elecciones presidenciales de 2009.
La designación pone fin a meses de especulaciones y expectativas por parte de los conservadores iraníes respecto del retiro forzoso de Rafsanyani de la vida pública.
Sin embargo, sigue sin estar claro si su renombramiento va más allá de lo meramente simbólico, dado que los conservadores arrasaron en las elecciones parlamentarias del 2 de este mes.
Muchos representantes de la línea dura identifican a Rafsanyani como la figura que, tras bambalinas, desafió los resultados de las elecciones de 2009, así como el liderazgo de Jamenei.
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Y su tímido comentario luego de votar en los comicios de este año en cuanto a que, "si se depositan los mismos votos, como se anunció, tendremos un buen parlamento", solo indignaron más sus detractores, que exigieron su remoción.
Rafsanyani estuvo al frente del Consejo de Conveniencia desde su creación, primero como presidente de Irán y luego mediante sucesivos nombramientos quinquenales desde que abandonó el cargo en 1997. Pero su relación con Jamenei y su círculo de allegados se deterioró cada vez más desde las elecciones de 2009.
Por ejemplo, el sitio web de Rafsanyani, que publicitó sus puntos de vista y relatos sobre la historia iraní, fue clausurado hace poco por las autoridades judiciales. Además, sus hijos afrontan distintas maneras de presión y persecución.
El hijo mayor, Mohsen, fue obligado a renunciar como gerente del sistema del Metro de Irán, su hermana, la activista Faezeh fue condenada en febrero a seis meses de prisión por manifestarse contra el sistema, y el menor de la familia, Mehdi, marchó al exilio hace un año por temor a ser arrestado por sus actividades opositoras en las elecciones de 2009.
Las persistentes críticas de Rafsanyani al desempeño del presidente de Irán, Mahmoud Ahmadineyad, que en los últimos años hizo que el segundo boicoteara desafiando la ley— las reuniones del Consejo, también lo alejaron de los partidarios del presidente.
Hasta mayo de 2011, Rafsanyani también fue presidente de la Asamblea de Expertos, un organismo electo e integrado por 86 clérigos encargados, entre otras cosas, de elegir y destituir al líder supremo.
Pero luego de mucha presión, que aparentemente incluyó el accionar detrás de escena del propio Jamenei, accedió a no postularse a la reelección.
La redesignación de Rafsanyani en el Consejo de Conveniencia, por lo tanto, es aún más destacable, lo que sugiere que mantuvo su posición dentro de circunscripciones electorales clave de la república islámica.
El Consejo para el Discernimiento de la Conveniencia del Sistema, como se lo conoce formalmente, es una asamblea administrativa designada por Jamenei. Fue creado en 1987 por el líder de la Revolución Islámica (1979), el ayatolá Ruhollah Jomeini, para resolver diferencias sobre legislación entre el parlamento y el Consejo de Guardianes.
En 1989, una revisión constitucional le dio carácter legal como entidad asesora a la que el líder supremo podría remitir asuntos importantes a ser resueltos.
En 2006, Jamenei extendió las potestades del Consejo delegándole parte de su propia autoridad supervisora sobre todas las ramas del gobierno. Sin embargo, desde entonces Jamenei le ha impedido cumplir ese rol.
Como indicó Rafsanyani en una entrevista con el periódico Etemaad, Jamenei hizo esto al simplemente no responder a los criterios operativos que le presentó el Consejo hace tres años, y al reclamarle que no participara en controversias sobre presuntas violaciones de la ley por parte del gobierno de Ahmadineyad.
La Constitución iraní confiere al Consejo de Guardianes el derecho a vetar leyes aprobadas por el parlamento que estime anti-islámicas o inconstitucionales. Pero si el parlamento elige desafiar un veto del Consejo de Guardianes, puede remitir el asunto al Consejo de Conveniencia.
Este, entre cuyos miembros figuran los seis representantes del clero del Consejo de Guardianes, así como los jefes de todas las ramas del gobierno, puede, a cambio, desestimar la decisión del Consejo de Guardianes en favor de "los intereses del sistema".
En el pasado, el Consejo de Conveniencia jugó un rol clave a la hora de superar la resistencia del Consejo de Guardianes en torno a temas tan variados como eliminar las barreras a las inversiones extranjeras y aumentar la edad mínima de las mujeres para poder contraer matrimonio.
El continuo acoso a la familia de Rafsanyani había convencido a muchos observadores de que Jamenei finalmente destituiría al expresidente de su último cargo público. Pero esto no ocurrió.
Es difícil imaginar que la medida se deba a la "larga amistad entre los dos hombres", dijo un activista político llamado Alireza, quien notó que Jamenei no dudó en destituir del Consejo al hermano de Rafsanyani, Mohammad Hashemi, y al ex ministro de Petróleo, Bijan Namdar Zangeneh, quien en 2009 había desempeñado un rol activo en la campaña presidencial de Mir Hossein Mussavi.
Jamenei "probablemente no pudo convencer a clérigos prominentes de la necesidad de una completa purga de Rafsanyani", dijo a IPS.
"La medida habría cesado completamente la relación de Jamenei con estos influyentes clérigos", agregó.
Otro analista señala que sin Rafsanyani como presidente, clérigos influyentes como el ayatolá Abbas Vaez Tabasi, que preside la fundación más rica de Irán, Astan-e Qods-e Razavi, probablemente boicotearía futuras reuniones, "volviendo aún más pública la pérdida efectiva de apoyo de Jamenei entre los mandos superiores de la comunidad clerical".
Las elecciones parlamentarias del 2 de marzo también pueden haber contribuido con esta decisión. Aunque el Ministerio del Interior anunció que 64 por ciento de los ciudadanos aptos para votar lo hicieron, hay un escepticismo generalizado sobre las cifras oficiales.
Independientemente de cuáles hayan sido los verdaderos motivos de Jamenei, el mensaje que recibió el público sobre el renombramiento de Rafsanyani fue de apoyo a la moderación contra el extremismo, escribió el profesor de ciencia política Sadeq Zibakalam, de la Universidad de Teherán, en el periódico reformista Shargh.
Por otro lado, el renombramiento puede resultar meramente cosmético, a menos que Jamenei apruebe las potestades del Consejo propuestas hace tres años.