Los países de América Latina y el Caribe pudieron amortiguar el cimbronazo de la crisis económica y financiera global gracias a políticas anticíclicas, pero de todas formas deben estar alerta y atender la desigualdad social, que es su flanco más vulnerable.
Esa fue la idea que predominó al cierre este lunes 19 de la 53 Reunión Anual de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se realizó desde el viernes 16 en Montevideo.
"Lo peor que podríamos pensar es que los acontecimientos ocurridos y la forma en que logramos sobrellevarlos desde cada uno de nuestros países nos ponen a resguardo de cualquier tipo de tormenta", dijo el ministro de Economía de Uruguay, Fernando Lorenzo, quien fue nombrado nuevo presidente de la Junta de Gobernadores.
Lorenzo alertó sobre caer en la "autocomplacencia", y señaló que la inequidad social era la principal debilidad de América Latina. "Es una vulnerabilidad para el desarrollo, pero fundamentalmente para la consolidación y el progreso de la democracia", advirtió.
La idea fue predominante en la sesión plenaria de la Asamblea de Gobernadores este lunes.
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"La prosperidad es solo una cara de la moneda, la otra son las políticas redistributivas que promuevan una mayor igualdad. América Latina es uno de los continentes con mayor desigualdad. Entonces, disminuir esa brecha es el gran reto para la política económica y social", dijo a IPS el ministro de Hacienda de Paraguay, Dionisio Borda.
"Debe haber un manejo fiscal en tal sentido que los sectores con mayores niveles de ingreso estén obligados a una mayor contribución tributaria, de modo que se puedan financiar obras en salud, educación, transporte e innovaciones tecnológicas", añadió.
El fin de semana, el BID presentó su Informe Macroeconómico 2012 señalando que la región sufriría una recesión moderada si la crisis de deuda de Europa se agravaba y si se producía una desaceleración económica en China.
Aun cumpliéndose esos dos peores escenarios, la región sentiría un impacto moderado. "Somos cautamente optimistas", dijo el domingo 18 el vicepresidente de Sectores y Conocimiento del BID, Santiago Levy. "La región creció mucho durante los últimos años y mostró tener resistencia ante los choques".
"Lo más importante es que la región desarrolló un conjunto de herramientas de políticas que probaron ser efectivas durante los reveses económicos", agregó.
El BID pronosticó un crecimiento de 3,6 por ciento para este año, cuando en 2011 la expansión fue superior a cuatro por ciento.
América Latina y el Caribe, con casi 600 millones de habitantes, es una región que se verá protegida gracias a que varios países, especialmente exportadores de materias primas, acumularon reservas internacionales que les ayudarán a afrontar turbulencias financieras internacionales.
"A diferencia del pasado, una mayoría de los países pudo implementar paquetes de estímulo fiscal efectivos para morigerar la desaceleración y han acumulado valiosas experiencias en la gestión de políticas anticíclicas", destaca el informe del BID.
No obstante, el presidente del organismo multilateral, Luis Alberto Moreno, insistió este lunes en la sesión plenaria que la región debía permanecer alerta.
"Si bien es cierto que los peores temores sobre una recesión generalizada parecen haber quedado atrás, la crisis aún no ha sido superada", afirmó.
"Estados Unidos ha sorprendido a los analistas al lograr avanzar mejor de lo que se pensaba. Sin embargo, sus niveles de desocupación son aún elevados, al igual que el tamaño de sus obligaciones financieras. (Mientras), China muestra una dinámica inferior a la que nos tenía acostumbrados", indicó.
Moreno destacó que los países de América Latina y el Caribe habían alcanzado importantes logros, como reducir la tasa de desempleo a menos de siete por ciento en promedio de la población económicamente activa, y que, desde 2002, más de 50 millones de personas salieron de la pobreza.
Mientras, la creciente demanda de materias primas augura también vientos a favor de las naciones latinoamericanas, apuntó.
Moreno confirmó este lunes la creación de una línea de contingencia destinada a "blindar a los países pequeños ante posibles crisis y desastres naturales", y que estará pronta para fines de este año. Los fondos provendrán de las propias reservas del banco.
Además, el BID creará con el gobierno de China un fondo por 1.000 millones de dólares para inversiones en América Latina y el Caribe.
Acabar con la desigualdad social fue el tema central de las alocuciones de varios expositores en la sesión de este lunes.
"La democracia de nuestros países no debe fundarse solo en los derechos políticos, sino también en el desafío de brindar una vida más justa, más plena y con mayores oportunidades a todos los ciudadanos de las Américas", afirmó el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, el chileno José Miguel Insulza.
Por su parte, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena, sostuvo que había llegado "el tiempo de la igualdad".
"Hoy los encargados de la macroeconomía de la región están preocupados por la desigualdad. Eso es un gran cambio", puntualizó.
Otro tema que generó preocupación entre los presentes fue la situación de la seguridad ciudadana. En la región se cometen 350 asesinatos cada día, más que en cualquier otra parte del mundo. América Latina y el Caribe posee ocho por ciento de la población global, pero es escenario de una tercera parte de todos los homicidios cometidos en el planeta.
"Resulta paradójico que, justo cuando hemos hecho avances importantes, el delito ha llegado a niveles mucho peores que durante la llamada década perdida" de los años 80, indicó Moreno, quien anunció en Montevideo un fondo para facilitar la cooperación regional en materia de seguridad.
La inseguridad fue también vista como parte del problema de la desigualdad social, el principal desafío latinoamericano.
"La primera arma para la seguridad es la educación, es la multiplicación de la conciencia colectiva", afirmó el presidente de Uruguay, José Mujica, al participar de la sesión plenaria.
"La segunda es la inteligencia de construir equidad, no solo por razones de humanidad, sino por estratégica conveniencia. No podemos andar con una humanidad de dos velocidades", afirmó.