COMERCIO-ÁFRICA: Puerta sudafricana entornada

La integración de Sudáfrica al bloque de economías emergentes y su posición única dentro de África hizo que este país asumiera el papel de puerta de entrada al continente. Pero hay especialistas que dudan de si podrá sostener esa posición, pues los inversionistas miran cada vez más a otros mercados de la región.

Sudáfrica se incorporó en 2003 al grupo IBSA, que se completa con India y Brasil, y siete años después al BRICS, conformado por Brasil, Rusia, India y China.

Numerosos economistas pronosticaron que el crecimiento dinámico de los países del BRICS cambiaría el poder económico hacia el mundo en desarrollo.

También sostuvieron que Sudáfrica, en tanto que el país más desarrollado de África, tenía la infraestructura y los servicios para abrir las fronteras de esa región.

Este continente es considerado el destino de la década para las inversiones, teniendo en cuenta que este año se calcula que África subsahariana crecerá en promedio seis por ciento y que Angola en particular lo hará 12 por ciento, según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
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La población africana de 1.000 millones de personas no se compara con los 3.800 millones de habitantes de Asia, pero el mercado de este continente prácticamente no ha florecido y la mayoría de los países se encuentran en una sostenida trayectoria ascendente.

Este país debería ser la primera escala lógica para los inversionistas. Pero especialistas en comercio regional, reunidos a mediados de este mes en un foro sobre Política Comercial de Sudáfrica, organizado por el Instituto de Asuntos Internacionales de Sudáfrica (SAIIA), cuestionó el concepto de "puerta de entrada".

"Sí, Sudáfrica representa al continente en el G-20 (grupo de países industrializados y economías emergentes), pero ese no es el punto", señaló Peter Draper, investigador del SAIIA.

"Si se supone que una puerta de entrada debe oficiar de correa de transmisión entre los mercados globales y los regionales, así como los centros productivos, la pregunta debería ser si Sudáfrica puede utilizar su infraestructura física y material para desempeñar la función de conector a África con el resto del mundo", indicó.

La respuesta no es un sí rotundo.

"La necesidad de sacar minerales de la meseta de África central hacia los puertos, utilizando la buena infraestructura de Sudáfrica, hizo que se convirtiera en un centro de transporte", explicó Draper.

"Pero desde el punto de vista geográfico, Sudáfrica no está bien ubicada, y algunas de las ventajas tradicionales se diluyen con rapidez", añadió.

Lugares como la norteña provincia sudafricana de Gauteng o la costera Ciudad del Cabo ya no son necesariamente los puestos de avanzada preferidos por las multinacionales para conquistar el continente.

La razón no es solo que Sudáfrica está relativamente lejos de los mercados del continente.

La firma trasnacional General Electric eligió hace poco a Nairobi como su centro subsahariano, siguiendo el ejemplo de Coca Cola, Nestlé y Heineken. En parte, la decisión tuvo que ver con el impredecible ambiente normativo de este país, según especialistas.

"Eso plantea la interrogante de hasta qué punto las compañías extranjeras siguen usando a Sudáfrica como conducto hacia el continente", indicó Draper, y añadió que los centros poblados de África occidental, y no este país, encabezarán el crecimiento futuro de la región.

Dianna Games, directora general de la empresa consultora Africa@Work, señaló que Sudáfrica utilizó el concepto de puerta de entrada para posicionarse en el mundo. "Pero es una idea no necesariamente compartida por el resto del continente", arguyó.

"A medida que los inversores desagregan las distintas regiones y los países de África, Sudáfrica pierde peso en varios asuntos. Esto no quiere decir que los otros estados estén necesariamente mejor, pero la realidad es que crecen, mientras este país se corre", añadió.

Sudáfrica, ubicada en una punta alejada del continente, debe desplegar estrategias progresivas para seguir atrayendo inversiones, remarcó.

"Los inversores van directo a otros mercados africanos porque pueden hacerlo. El gobierno sudafricano no está preocupado por el declive de su posición competitiva como debería estarlo", se lamentó Games.

El puerto sudafricano de Durban fue uno de los más caros del mundo, indicó. Pero con la recuperación de la costa oriental y occidental de África, alguna a cargo de compañías de recursos naturales que buscan vías de exportación más convenientes, los patrones comerciales comienzan a cambiar en la región.

Es posible que con el tiempo Durban sea solo un puerto más del comercio regional, y no el principal.

"Los inversores también están preocupados por las actuales políticas estatales, como las restricciones a la libertad de prensa y económicas. Sudáfrica pierde su estatus de excepción en África y, para algunos analistas, sigue una trayectoria descendiente, mientras otras economías avanzan con rapidez", alertó.

"Mientras, las medidas tomadas por burócratas mezquinos afectaron las relaciones entre Sudáfrica y otros países del continente, que no suelen estar bien conducidos", añadió Games.

En ese vacío, China e India desde hace tiempo refuerzan sus relaciones bilaterales con la mayoría de los países africanos. Y los estados lusoparlantes, en especial Angola, se consolidaron como la puerta de entrada de Brasil al continente.

"Con 240 compañías mineras australianas, entre otras, y más de 800 empresas de gas y petróleo operando en África, el concepto de puerta de entrada se desvanece", remarcó Games.

"Muchas de esas empresas operan desde sus países de origen y van directamente hacia los recursos buscados, en vez de instalar una sede en algún país africano. Nos concentramos con fuerza en el BRICS y no en las naciones del continente. Pero el grupo podría derrumbarse", alertó.

"Heredamos el papel de puerta de entrada, no fue necesariamente un objetivo político", comentó un funcionario sudafricano del área de comercio que no quiso dar su nombre. "Y por cierto, tampoco somos los guardianes, que es la connotación que tiene la idea de puerta de entrada", añadió.

Pero no es relevante si Sudáfrica pierde su estatus, según el funcionario.

"Daremos la bienvenida a las inversiones que vayan directamente a otros países africanos. Así aumenta nuestra trayectoria colectiva de crecimiento. Quiere decir que nuestras políticas funcionan y que el continente crece y se vuelve más competitivo", añadió.

"Necesitamos que África crezca por el propio futuro de Sudáfrica", concluyó.

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