La inclusión de Irán entre los asuntos de interés mutuo con Afganistán por parte de Estados Unidos ayudaría a mejorar las relaciones con ambos países, y aumentaría las posibilidades de estabilidad en territorio afgano, tras la retirada de las fuerzas de combate en 2014, asegura un nuevo estudio
El estadounidense Centro Stimson presentó el jueves 15 el estudio " Engaging Iran on Afghanistan" ("Involucrando a Irán en Afganistán").
La divulgación del documento coincide con el creciente interés de que Estados Unidos deje un legado positivo en ese país tras una serie de episodios desastrosos protagonizados por la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (FIAS), incluida la masacre de 16 civiles a manos de un sargento estadounidense este mes.
"Estados Unidos tiene intereses mucho mayores en Irán que la cuestión nuclear", señaló la presidenta y directora general de Stimson, Ellen Laipson, exfuncionaria del Departamento de Estado (cancillería), quien dedicó su carrera a estudiar asuntos de Próximo y Medio Oriente en la planificación política.
En los últimos dos años, Irán sufrió sanciones sin precedentes, asesinatos de ciudadanos, otras medidas ilegales encubiertas y un aumento de amenazas de ataques militares.
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Además, Estados Unidos lo acusó de mantener actividades nucleares con fines bélicos, de planear un atentado contra el embajador saudí en territorio estadounidense, pergeñado por agentes relacionados con Teherán, y de poner en peligro intereses de este país amenazando con cerrar el estrecho de Ormuz, vital vía de suministro de crudo.
La República Islámica hizo frente a un creciente aislamiento internacional y a las significativas consecuencias sobre su atribulada economía, como la severa devaluación de su moneda y la disminución de sus perspectivas comerciales.
Pero nada de eso hizo que su actividad nuclear diera señales de enlentecimiento, en tanto la amenaza de un ataque militar de Israel es cada vez más factible.
En una conferencia sobre Irán, realizada el martes 13 en la estadounidense Universidad de Maryland, el politólogo Zbigniew Brzezinski señaló que una de las consecuencias negativas de un ataque israelí sería la represalia iraní contra fuerzas e intereses de Estados Unidos en Afganistán.
Los iraníes reaccionarán contra Estados Unidos pues considerarán que un ataque de Israel cuenta con la anuencia de Washington, en especial si las fuerzas israelíes atraviesan espacio aéreo controlado por este país, señaló Brzezinski, quien fuera asesor de seguridad nacional del expresidente Jimmy Carter (1977-1981).
Pero el estudio del Centro Stimson sostiene que Afganistán también es un área en la que Estados Unidos e Irán pueden entenderse y cooperar.
Afganistán representa la "convergencia más obvia de intereses" y es el asunto más "prometedor" para mejorar las relaciones, señaló la autora del estudio Laipson.
El experto en Asia meridional de la Brookings Institution, Bruce Riedel, considera que una solución política para la guerra de Afganistán requerirá una "estrategia regional que no solo incluya a Pakistán, sino también a actores clave como Irán e India", según escribió el lunes 12 en el diario Daily Beast.
Riedel también fue analista de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Hay un consenso de que los vecinos de Afganistán deben participar activamente en el futuro de este país agobiado por la guerra para que reine la seguridad.
La convergencia de intereses entre Estados Unidos e Irán sobre Kabul estaba clara desde antes de que en 2001 se produjera el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York, pero el entendimiento fue bloqueado por el aumento de las hostilidades entre ambos países debido al programa nuclear iraní.
Tanto Washington como Teherán quieren evitar que Afganistán tenga un gobierno "draconiano", encabezado por el movimiento islamista Talibán o esté fuertemente controlado por el de Pakistán. Pero según Laipson, hay un "desacuerdo conceptual" entre ellos que impide que trabajen juntos para ese objetivo.
Estados Unidos cree que la comunidad internacional debe involucrarse para lograr un futuro estable en Afganistán, en cambio Irán considera que la participación regional debe ser el "sucesor" exclusivo del retiro de la FIAS, que no debe dejar fuerzas extranjeras residuales, explicó.
"Para Irán, el enfoque regional es la alternativa a la perspectiva internacional. Pero para Estados Unidos, el enfoque regional es un componente de la perspectiva internacional", puntualizó Laipson.
Barry Blechman, uno de los fundadores del Centro Stimson, y su colega R. Taj Moore, sostuvieron que la solución al impase político entre ambos países debe incluir mayor participación y diplomacia, en una amplia variedad de asuntos que plagaron las relaciones mutuas desde la Revolución Islámica, de 1979.
Así lo expresaron en otra publicación divulgada el mismo jueves 15.
"El conflicto entre Estados Unidos e Irán existe desde hace más de 30 años" y tiene "todos los aspectos negativos de la Guerra Fría", aunque Estados Unidos no padece ni de cerca la misma amenaza a su seguridad, arguyó.
Blechman y Moore concluyeron que Washington debe "utilizar todos los canales de comunicación posibles para abrir las negociaciones con Irán", no solo en materia nuclear, sino sobre otros asuntos "comunes", como Afganistán.
El estudio "Iran in Perspective: Holding Iran to Peaceful Uses of Nuclear Technology" ("Irán en perspectiva: tomar la palabra a Irán sobre el uso pacífico de su tecnología nuclear") reconoce los obstáculos que debe afrontar Estados Unidos tras varios años de tensión y agresiones mutuas.
Pero subraya que la política debe "basarse no solo sobre nuestras preocupaciones respecto de que Irán se dote de la bomba atómica, sino también sobre una comprensión realista de los riesgos de un conflicto militar".
Una política que garantice los fines pacíficos del programa nuclear iraní y que se concentre en la participación y en los incentivos, más allá de solo levantar las sanciones, tendrá mayores posibilidades de obtener resultados positivos, según los autores del documento.
Blechman dijo que espera que si el presidente Barack Obama es reelegido en noviembre, envíe una figura "del estilo de (Henry) Kissinger a China e Irán o trabaje a través de intermediarios, y comience un intercambio de mayor nivel, no solo sobre la cuestión nuclear, sino sobre otros asuntos que se interponen entre ellos".
Henry Kissinger fue una determinante figura política de Estados Unidos y secretario de Estado (canciller) de los gobiernos de Richard Nixon (1969-1974) y Gerald Ford (1974-1977).
En un artículo publicado el martes 13 en Bloomberg, el profesor de relaciones internacionales y miembro del Brookings Institution, Vali Nasr, también recomendó que Obama persiga de forma activa la vía diplomática con Irán, ahora que las condiciones son óptimas.
La "reciprocidad debe ser creíble para construir confianza e impulsar las conversaciones", indicó.
Por eso, Washington también tiene que estar "abierto a mantener conversaciones bilaterales con Irán sobre la seguridad regional y el futuro de las relaciones mutuas", si bien la suspensión de las sanciones de Estados Unidos y de la Unión Europea definitivamente deben estar sobre la mesa, concluyó.