Mientras fracasan las conversaciones de Sudán y Sudán del Sur para resolver su conflicto petrolero, cuatro buques cargados por Jartum con crudo sursudanés llevan su disputada carga a compradores desconocidos.
El diálogo, celebrado desde el viernes 10 con auspicio de la Unión Africana en la capital de Etiopía, Adís Abeba, concluyó este miércoles 15 sin acuerdo sobre el pago de derechos de tránsito del petróleo sursudanés por oleoductos y puertos sudaneses.
Una nueva ronda de negociaciones comenzaría el 22 de este mes. Mientras, Jartum continúa confiscando crudo de los oleoductos como forma de cobrarse la deuda generada por Yuba, una medida que el gobierno de Sudán del Sur califica de "robo" y "piratería".
El mes pasado, Sudán empezó a embarcar petróleo en buques bajo su control, alegando que se cobraba en especies las deudas por derechos de transporte. Sudán del Sur replicó paralizando toda su producción, que cesó por completo el 28 de enero.
Pero analistas económicos advierten que esa interrupción tendrá un costo económico enorme para el nuevo país, ya que el petróleo le aporta 98 por ciento de sus ingresos.
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La amenaza de nuevas hostilidades con Sudán también afecta la seguridad alimentaria del país.
Este mes, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa Mundial de Alimentos advirtieron que millones de sursudaneses padecerán hambre este año, mientras la inseguridad alimentaria afecta ya a 4,7 millones de personas.
Cuando Sudán del Sur se independizó del norte, en julio de 2011, se quedó con alrededor de 75 por ciento de las reservas petroleras del antiguo país, situadas sobre todo en la porción sureña del territorio. Pero, sin salida al mar, depende de la infraestructura de Sudán para procesar, trasladar y exportar su crudo al mercado internacional.
Sudán exige 32 dólares por barril por el uso de esas instalaciones y derechos de transporte por su territorio. Sudán del Sur ofreció un máximo de un dólar por barril por el uso de los oleoductos y el embarque, e indicó que ya pagaba por los demás conceptos a las empresas dueñas de la infraestructura.
En Adís Abeba, la agenda también incluyó otros asuntos pendientes desde que Sudán del Sur declaró su independencia, el 9 de julio, como la demarcación definitiva de las fronterizas y el estatus de la región petrolera de Abyei.
Pero el sábado 11, aviones militares de Sudán bombardearon zonas del estado sursudanés de Unidad, cerca de la frontera.
El martes 13, Yuba denunció que Jartum estaba violando así un pacto de no agresión firmado por los dos países el viernes 10, en el que se comprometieron a respetar la soberanía y la integridad territorial de cada país y a rechazar el uso de la fuerza.
La cuestión petrolera sigue siendo el eje del conflicto.
Cartas de empresas petroleras presentadas por la oficina de Pagan Amum, negociador jefe de Sudán del Sur, identifican a cuatro barcos que el mes pasado fueron cargados con 2,6 millones de barriles de crudo confiscados por Jartum.
Copias de las misivas que mencionan a los buques Al Nouf y Sea Sky fueron entregadas el 17 de enero a periodistas en Adís Abeba, y de las que se refieren a los navíos ETC Isis y Ratna Sharada fueron cedidas a IPS el 10 de este mes en Yuba.
Según cartas de la compañía Petrodar Operating Company (PDOC), en enero sus empleados fueron obligados a cargar tres barcos Sea Sky, Al Nouf y ETC Isis con crudo sursudanés.
La empresa, con sede central en Jartum, es propiedad mayoritaria de grupos petroleros de China y Malasia, con una pequeña participación de una firma de Emiratos Árabes Unidos y de la estatal sudanesa Sudapet.
En una misiva fechada el 19 de enero, el presidente de la Greater Nile Petroleum Operating Company (GNPOC), Zhang Pinxian, informaba a sus socios que Sudán ordenó cargar 600.000 barriles en el Ratna Sharada, copiando una carta con instrucciones que había recibido de Jartum.
GNPOC también tiene su sede en la capital de Sudán y sus propietarios mayoritarios son grupos petroleros de China, Malasia e India, en ese orden. Sudapet posee el cinco por ciento de sus acciones.
En otra carta del mismo día, el ministro de Petróleo de Sudán del Sur, Stephen Dhieu Dau, ordenaba a la GNPOC que entregara toda la información relacionada con el Ratna Sharada. Los datos requeridos incluían destinos, quién envió el navío y quién era el comprador del crudo.
En una misiva del 30 de enero dirigida a funcionarios de los ministerios de Petróleo de ambos países, el presidente de Petrodar, Liu Yingcai, dejó por escrito la discrepancia y molestia de la empresa con "esta acción unilateral", refiriéndose a la orden de Sudán de embarcar 600.000 barriles de crudo de Sudán del Sur en el carguero ETC Isis.
"Esta acción sin dudas no es aceptable, dado que el crudo pertenece al gobierno de Sudán del Sur y por lo tanto se necesita aprobación previa" de ese país, escribió.
En otra carta, fechada el 14 de enero, Yingcai indicaba que Jartum había enviado fuerzas de seguridad a controlar el embarque de 650.000 barriles en el Sea Sky.
"Nuestro personal de PDOC en la terminal marítima fue amenazado con la expulsión si no cumplía con las tareas de carga", escribió.
PDOC recibió instrucciones de embarcar 750.000 barriles en el buque Al Nouf, según una misiva del 16 de enero.
Todavía no se divulgó información relativa a destinos y compradores de los cuatro cargamentos.
El Ministerio de Petróleo de Sudán del Sur aseveró que un equipo estaba investigando y preparando demandas legales contra las partes involucradas en el transporte y comercio del petróleo "robado".
"Toda compañía involucrada en el embarque, comercio o compra de este crudo en disputa tiene que aclarar públicamente la naturaleza de su participación, quién y cuánto pagó y a dónde va el petróleo", dijo Dana Wilkins, de la organización no gubernamental Global Witness, que monitorea el uso de recursos naturales.
El buque Al Nouf figura en el sitio web de FAL Oil, una firma petrolera con sede en Sharjah, Emiratos Árabes Unidos, en una galería de fotos titulada "Nuestros barcos". FAL Oil no respondió las llamadas de IPS.
Petrodar dijo en una respuesta por correo electrónico que ignoraba los destinos de los tres barcos que fue obligada a embarcar con crudo sursudanés, y quiénes eran los compradores.
GNPOC no respondió las llamadas a su sede de Jartum, ni las preguntas enviadas por correo electrónico. El ministro de Petróleo de Sudán del Sur tampoco dio respuesta a la solicitud de declaraciones.