Decenas de proyectos financiados por la Unión Europea (UE) resultaron ser «social y ambientalmente contraproducentes», según un mapa realizado por las organizaciones CEE Bankwatch Network y Amigos de la Tierra Europa.
El estudio se concentra en proyectos de Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Macedonia, Polonia y República Checa, que resultaron ser particularmente perjudiciales para la biodiversidad local, la posibilidad de futuras iniciativas sustentables y las comunidades humanas.
Doce de los 33 proyectos estudiados se encuentran en República Checa, la mayor cantidad de iniciativas dañinas en un solo país.
El mapa abarca 33 proyectos respaldados por la Política regional, Inforegio, de la UE, e incluye iniciativas ya financiadas o a estudio, que reunidas ascienden a 21.000 millones de dólares.
Los proyectos incluyen un incinerador en el este de República Checa, donde los niveles de contaminación son los más altos de Europa, que "socavaría los objetivos de la UE de reciclar 50 por ciento" de los desperdicios, así como atentaría contra los esfuerzos para disminuir los desperdicios municipales en general.
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Otros proyectos, entre los que hay varias autopistas, violarían sitios listados en Natura 2000, zonas consideradas "valiosas" por la UE en virtud de su vida silvestre y hábitats protegidos de muchas especies.
Algunos proyectos fueron considerados vagos en términos de su efectividad, como la construcción de una ruta de 32 kilómetros entre Demir Kapija y Smokvica, en Macedonia, que atravesaría un área forestal natural y quedaría al lado del desfiladero protegido de Demir Kapija.
El desfiladero es una de las "reservas ornitológicas más ricas de Europa y el proyecto dañaría el hábitat de aves, así como corredores ecológicos", señala el informe.
Los fondos de la UE para esa iniciativa ascienden a 339 millones de dólares.
"En tiempos de escasez de recursos públicos, cada centavo de los contribuyentes de la UE debe apuntar a un cambio tendiente a mejorar la sustentabilidad", alerta el estudio.
Reacciones locales
Representantes de iniciativas ambientales en curso en Bulgaria y Estonia participaron en el lanzamiento del mapa para ofrecer la perspectiva local y personal sobre los impactos de dos iniciativas que concentran la atención de organizaciones ambientalistas.
Peep Mardiste, especialista del Movimiento Verde de Estonia, se refirió a la isla de Saarema, donde se estudia construir un puente de siete kilómetros con fondos de la UE. Es un "plan lujoso", que no se sostiene desde el punto de vista económico ni ambiental, afirmó.
Con 40.000 habitantes, Saarema también es un atractivo turístico al que cada hora llegan numerosas personas en barco. Según Mardiste, en vez de construir un puente que destruya un sitio de Natura 2000, sería mejor aumentar la frecuencia del trasbordador.
Esta obra representará la pérdida de sentido de "realidad" del gobierno, arguyó.
El defensor de energías limpias búlgaro Genady Kondarev también compartió la idea sobre la gestión de residuos en su país.
El proyecto de Gestión de Desperdicios de Sofía prevé la "construcción de un vertedero, de un pequeño complejo para compost y de una planta mecánica y biológica para producir combustible a partir de la basura, que se quemará en alejados hornos de cemento", según el informe.
El problema es que Bulgaria queda confinada a un sistema de gestión de desperdicios que la deja sistemáticamente por debajo de la proporción de basura reciclada que se fijó Europa como objetivo.
Según Kondarev, es un "monstruo hambriento" que habrá que alimentar durante años, incluso décadas, para saldar la inversión inicial de la planta, es decir que, mientras, Bulgaria no podrá invertir en métodos más sustentables para deshacerse de la basura.
¿Una oportunidad para mejorar?
El mapa de este año, publicado el jueves 2, es el cuarto desde el primero realizado en 2009.
Markus Trilling, coordinador de la campaña de fondos de la UE para CEE Bankwatch Network y Amigos de la Tierra Europa, señaló que los proyectos incluidos en el mapa son solo algunos de todos los que podrían resultar perjudiciales para el ambiente y las personas.
El criterio para listar las iniciativas en el mapa fue que el proyecto violara normas ambientales, dañara sitios de Natura 2000 u obligara al desplazamiento de personas.
"El mapa existe como forma de ofrecer una oportunidad para mejorar", apuntó Xavier Sol, asistente para fondos de la UE de CEE Bankwatch Network, así como para mostrar cómo una política de cohesión puede ser utilizada de forma perniciosa.
Ese documento es la continuación de un estudio divulgado en octubre de 2011 por las dos organizaciones, que incluye recomendaciones sobre cómo utilizar mejor la política de cohesión.
El informe "Funding Europes Future", ("Financiando el futuro de Europa"), presenta objetivos para que "las regiones de Europa tomen el camino hacia un desarrollo sustentable, los fondos de Cohesión y Estructurales tienen un papel vital en la lucha contra el cambio climático, así como para frenar la pérdida de biodiversidad y revertir la tendencia al exceso de consumo de recursos".
El documento llama a la Comisión Europea a ser transparente en su presupuesto e incluir a los contribuyentes en los procesos de decisión y en el desembolso de fondos a través de proyectos y programas.
"Estos proyectos dañinos son errores que Europa no puede permitirse", indicó Trilling. "Se necesitan acciones valientes para cambiar la herencia de mala planificación y darse cuenta de los beneficios potenciales de los fondos de la UE", añadió.