Vistos de lejos, los contenedores rojos, azules y naranjas prolijamente apilados sugieren que los negocios son buenos en el puerto de Kemari, en esta meridional ciudad pakistaní. El problema es que no se mueven.
El encargado del puerto afirmó que la carga pertenece a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y sus destinatarias son la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) que actúa en Afganistán.
Estos bienes "en tránsito hacia Afganistán" están varados en el puerto desde el 27 de noviembre, luego de que Pakistán cortó la línea de suministro.
Lo hizo en protesta contra el ataque aéreo contra dos puestos de control pakistaníes que el 26 de noviembre mató a 24 soldados. Según fuentes portuarias y de empresas navieras, alrededor de 2.000 contenedores están detenidos en el puerto de Qasim, en Karachi, y lo mismo ocurre con otros 1.700 y similar cantidad de vehículos militares estadounidenses en Kemari.
Hasta ahora, el tema está estancado. Toda reanudación implicará un precio y una disculpa formal.
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Estados Unidos se niega a disculparse por el ataque. Una investigación del Pentágono culpó a ambas partes por las fallas en las comunicaciones. Las conclusiones fueron rechazadas por Pakistán, que evalúa sus "términos de compromiso" con Estados Unidos y si debería reabrirse la línea de suministro.
Luego de cinco semanas estancados en los puestos de control en la localidad de Chaman, limítrofe con Afganistán, cientos de camiones cargados con mercaderías de la OTAN y cisternas con combustible están volviendo a Karachi. No les permitieron descargar o continuar hacia la frontera. Pakistán no parece apurado por reabrir la ruta.
Los funcionarios de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán parecen estar desesperándose. Aunque la Red Norteña de Distribución a través de Rusia es una opción, cualquier bloqueo allí podría significar una alteración importante para las operaciones de la OTAN. Y también podría implicar un posible aislamiento de las fuerzas estadounidenses.
Estados Unidos y la OTAN se abrirán camino a través de Pakistán, según el analista de temas de defensa Ikram Sehgal. Él cree que las rutas se abrirán "en cuestión de días".
El ministro de Defensa, Chaudhry Ahmad Mukhtar, sugirió que el gobierno considera abrir la línea de suministro y gravar a los camiones. "De reanudarse los suministros, no será gratis", dijo a los medios.
Ese transporte tendrá un precio porque las carreteras están dañadas por 3.000 contenedores que las atraviesan todos los días, señaló. "Le cobraremos (a la OTAN) y repararemos nuestras carreteras a partir de estos impuestos", agregó.
Hasta ahora Pakistán no le cobra ningún derecho de tránsito a la OTAN. Este es un buen momento para empezar a hacerlo, dijo Mukhtar.
Mientras, el Comité Parlamentario de Seguridad Nacional, integrado por legisladores del partido gobernante, la oposición y partidos políticos religiosos, finalizó una lista de recomendaciones para los "nuevos términos de compromiso". Está previsto que pronto dé su proyecto al primer ministro, quien luego convocará a una sesión conjunta para su aprobación.
"Hemos tomado insumos de varias instituciones, como los ministerios de Finanzas, Defensa y Relaciones Exteriores", dijo a IPS Haider Abbas Rizvi, un integrante del comité que pertenece al Movimiento Muttahida Qaumi.
"También les pedimos al ejército y a sus agencias de inteligencia que nos ayudaran con las recomendaciones", continuó.
"El objetivo de nuestras sesiones de planteo de ideas en el último mes fue poner fin al abuso y mal uso de la soberanía de Pakistán. No toleraremos ataques unilaterales contra Pakistán desde afuera e incluso desde adentro", agregó.
Pero el Consejo de Defensa de Pakistán, una alianza de unos 40 partidos político-religiosos, amenazó con oponerse a todo intento del gobierno por reabrir los suministros para la OTAN bajo la fachada de las recomendaciones del Comité, porque eso equivaldría a atraer "ataques y terrorismo contra Pakistán".
En una reunión celebrada la semana pasada en la oriental ciudad de Lahore, la entidad urgió al gobierno a abandonar la "guerra contra el terrorismo", y amenazó con un movimiento nacional contra "el terrorismo de Estados Unidos en Pakistán".
Describiendo el bloqueo como un paso en la dirección correcta, Maulana Atta-ur-Rehman, del partido Jamat-e-Islami, dijo a IPS: "Es mejor si los suministros de la OTAN continúan cercados".
Según él, la sensibilidad de las masas se vio profundamente herida, por lo que no apoyarán ninguna reapertura. "Saldrán a las calles", pronosticó.
Los líderes religiosos sostienen que el terrorismo en suelo pakistaní cesó luego de que el país se disoció de Estados Unidos y de la OTAN.
La alianza aconsejó al gobierno que, en cambio, impulse sus lazos con China y el mundo musulmán.
En el puerto, se suscitaron disputas sobre la capacidad de retener las cargas varadas allí.
Un empleado portuario dijo a IPS a condición de mantener su anonimato que descartaba los informes periodísticos en cuanto a que esto ocupa un importante espacio en esa terminal.
"La situación no es tan alarmante como la pintan. Tenemos suficiente espacio para albergar 200 millones de contenedores en nuestros puertos, y las mercancías de la OTAN y la ISAF ocupan apenas cinco por ciento de ese espacio de contenedores. Un porcentaje tan pequeño no puede congestionar nuestros puertos", señaló.
Pero si esa carga sigue allí en los próximos seis meses y siguen llegando nuevas mercaderías, habrá que encontrar espacio fuera del puerto, sostuvo.
Hasta 2009, casi 70 por ciento de los suministros enviados a los 140.000 efectivos de la ISAF se enviaban a Karachi y llegaban a Kandahar a través del Khyber Pass. Después de que ese año aumentaron los ataques contra camiones de la OTAN, esta abrió la ruta del norte. Ahora, "apenas entre 25 y 30 por ciento de las mercaderías atraviesan Pakistán", dijo el director de una línea naviera en Karachi.
El Karachi Port Trust, que cobra 15 dólares diarios por el espacio para cada contenedor, no parece apurado por dejar ir esas cargas.
El bloqueo es el más largo desde el inicio de la guerra afgana en 2001.
Pakistán ya había cerrado antes, aunque parcialmente, las rutas de suministro. En particular, durante 11 días luego de que ataques aéreos transfronterizos de la OTAN mataron en septiembre de 2010 a tres soldados de este país, y luego en abril de 2011, cuando miles se manifestaron contra los ataques teledirigidos lanzados por Estados Unidos y sus aliados.