KAZAJSTÁN: Denles pan, pero no tanto

El área cultivada con cereales aumentó un tercio en Kazajstán en los últimos 10 años, gracias al impulso de las autoridades por diversificar su economía basada en el petróleo y la minería. También se duplicó el valor de la cosecha y se erradicó la pobreza rural en el norte, el granero del país.

El trigo de Kazajstán alimenta gran parte de Asia central. Crédito: Christopher Pala/IPS.
El trigo de Kazajstán alimenta gran parte de Asia central. Crédito: Christopher Pala/IPS.
La cosecha récord de esta temporada puso en evidencia la poca atención prestada al cuello de botella en las exportaciones, que socava las ambiciones de este país de convertirse en el granero de Asia central, y subrayó la necesidad de reemplazar algunas hectáreas de trigo por otros granos y forraje para el ganado.

Los subsidios del gobierno para importar maquinaria agrícola moderna y ampliar el uso de fertilizantes minerales casi duplicaron el valor de la cosecha de granos entre 2001 y 2009, según un estudio realizado para el Banco Mundial por el Instituto Leibniz de Desarrollo Agrícola en Europa central y oriental, con sede en Alemania.

"Nos sorprendió ver que el salario de los trabajadores rurales aumentara casi el doble de rápido que el precio de los granos", dijo a IPS el responsable de la investigación, Martin Petrick.

Cuando la independencia de Kazajstán, en 1991, había mayoría de rusos, ucranianos y alemanes en el norte del país, pero emigraron a sus respectivos países en las dos décadas pasadas. Los que se quedaron cosecharon los beneficios.
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El estudio señala que el factor decisivo del aumento del ingreso rural fue la escasez de trabajadores.

"La mayoría de los propietarios coincidieron en las dificultades para conseguir y mantener empleados calificados que operaran la maquinaria compleja", señala el informe. Esta escasez, sumada a la intensificación de la producción duplicó el gasto de los hogares rurales en seis años, mientras la proporción de los que estaban por debajo de la línea de pobreza cayó de 40 a cinco por ciento en 10 años.

En 2011, la cosecha de trigo de Kazajstán, unas 17 millones de toneladas, alcanzó las 21 millones de toneladas, de las cuales este país de 16 millones de habitantes solo consume siete para producir alimento, semillas y para el ganado. El resto suele exportarse, pero "cuanto mayor es la producción, más estrecho es el cuello de botella" en la exportación, indicó Petrick.

Un tercio de las exportaciones se venden a los países vecinos del sur, las otras cuatro exrepúblicas soviéticas (Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán) y a Afganistán.

Kazajstán utiliza la red ferroviaria para cubrir la demanda de harina de esos estados. Pero la exportación está limitada porque no aumenta la demanda y faltan vagones.

Una proporción ligeramente mayor va por tren a Irán y Azerbaiyán, cruza el mar Caspio y sigue rumbo a Turquía y Georgia, sobre el mar Negro.

El resto va a los puertos rusos y ucranianos, desde donde sigue en barco a Europa y África. Pero sus instalaciones para acopiar granos son limitadas y gran parte está ocupada por las también abundantes cosechas locales.

Hay una gran demanda del otro lado del mar Caspio, en Irán y Azerbaiyán, pero las instalaciones del principal puerto kazajo de Aktau solo pueden almacenar medio millón de toneladas al año, indicó Dauren Oshakbayev, especialista en granos de la Asociación de Economistas de Kazajstán.

Estas dificultades, indicó, harán que "nuestras exportaciones no aumenten tanto como nuestra cosecha". La mayoría de la producción de este invierno boreal llegará al mercado a fines del año próximo o en 2014, mientras la de 2013 no sea tan copiosa como la de este año, pronosticó.

La falta de silos hará que parte de la cosecha se pudra o se desperdicie. Además, muchos agricultores recibirán menos dinero de las compañías porque estas tendrán que pagar depósitos de granos durante un año, o más, hasta que puedan colocar la producción.

"El mercado mundial terminará absorbiendo el trigo adicional", indicó Oshakbayev.

"Las más perjudicadas por esta situación en 2011 fueron las granjas familiares que obtuvieron precios más bajos", apuntó, debido a que las empresas tienen que pagar depósitos por un tiempo prolongado.

Además de trigo, los agricultores suelen cultivar cebada, que representa 12 por ciento de la producción total de granos, y cantidades menores de avena, colza, centeno, maíz y girasol. Solo se exportan 15 por ciento de las cinco millones de toneladas, al año, de los otros cereales que no son avena.

"La cosecha actual es un mensaje del mercado que les dice: diversifiquen", dijo Oshakbayev. La compañía Atameken Agro, ya redujo su área cultivada de 82 a 29 por ciento en 2005, indicó.

El gobierno debe disminuir su dependencia del trigo y acelerar su programa para mejorar la producción de carne promoviendo el cultivo de forraje, dijo Anton van Engelen, especialista en ganado que escribió un informe al respecto para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

"Muchos animales pasan hambre en invierno", indicó. "Tiene sentido que disminuya la producción de trigo entre 15 y 25 por ciento y cultiven pasto", apuntó. El forraje permitirá aumentar la cantidad de crías en 10 por ciento y disminuir el precio de la carne, que es el doble del precio mundial en este país.

"Tenemos que cambiar a rubros más efectivos como el forraje", declaró el presidente Nursultan Nazarbayev a la agencia de noticias estatal durante una gira a una granja del norte del país.

"La colza genera mayores beneficios que el trigo, y la producción de cebada y avena es importante". Es necesario producir alimento para el ganado, remarcó.

Según los estándares mundiales, las empresas agrarias de Kazajstán, granjas colectivas privatizadas de la era soviética, son grandes, con un promedio de 10.000 hectáreas cada una, y no es raro que haya de 20.000, indicó Petrick, del Instituto Leibniz.

Un propietario típico posee 700 hectáreas, apuntó.

Los proyectos de expansión de tierras se vieron obstaculizados por la falta de transparencia en la distribución de tierras, la mayoría en manos del Estado.

"El gobierno debe recompensar a los mejores productores dándoles más tierra, pero todo el proceso de distribución es muy oscuro", indicó. "Debe ser un proceso más justo y más transparente", añadió.

Una portavoz del Ministerio de Agricultura se negó a hacer comentarios al respecto.

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