RD CONGO: Presidente Kabila niega crisis

Incidentes en Kinshasa luego del anuncio del resultado de las elecciones de noviembre Crédito: Al Jazeera
Incidentes en Kinshasa luego del anuncio del resultado de las elecciones de noviembre Crédito: Al Jazeera

La psicosis reina en la capital de la República Democrática del Congo (RDC) desde el 5 de diciembre. Unas 21 personas fueron asesinadas y persisten las denuncias de fraude en los comicios del 28 de noviembre. Pero el reelecto presidente Joseph Kabila sostiene que «no hay crisis en este país».

En Kinshasa, las clases se suspendieron por más de una semana y la actividad comercial se paralizó, mientras la gente comienza a quedarse sin alimentos. Testimonios recogidos por IPS dan cuenta de violencia y vandalismo y de un potente despliegue militar y policial, con uso de gases lacrimógenos y fuego real contra manifestantes.

"No hay crisis en este país… Vamos a permanecer en calma y a continuar con las actividades cotidianas del Estado", dijo Kabila este lunes 12 en una conferencia de prensa celebrada en Kinshasa, oportunidad que el mandatario aprovechó para reiterar su confianza en que el producto interno bruto experimentará un crecimiento de al menos 10 por ciento en los próximos dos o tres años.

Kabila reconoció que hubo "errores" en las elecciones presidenciales y legislativas, pero rechazó el diagnóstico de los observadores del estadounidense Centro Carter para la Paz, para quienes el resultado no tiene "credibilidad".

La "credibilidad de estas elecciones no puede ponerse en cuestión", dijo Kabila. "¿Hubo errores? Indudablemente sí, pero (el Centro Carter) sin dudas ha ido más allá de lo que debía".
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El escrutinio primario publicado el viernes 9 por la Comisión Nacional Electoral Independiente (CENI, por sus siglas en francés) otorga a Kabila el triunfo, con 49 por ciento de los votos, y reconoce solo 32 por ciento de sufragios a favor del líder opositor y principal adversario del mandatario, Étienne Tshisekedi.

La CENI debía divulgar el escrutinio primario de las elecciones presidenciales el día 6, pero lo pospuso en dos ocasiones.

Los comicios, que se celebraron en un notable clima de violencia, son los segundos de este vasto y rico país de África central desde la guerra civil (1998-2003). Los primeros, en 2006, también los ganó Kabila.

El resultado fue rechazado de inmediato por Tshisekedi, quien se autoproclamó vencedor con 72 por ciento de los votos, según su propio escrutinio. El Centro Carter aseveró el sábado 10 que la concurrencia a las urnas en los bastiones de Kabila fue "tan alta que resulta imposible", mientras quedaron sin escrutarse votos emitidos en las zonas en las que es fuerte la oposición.

La organización de las elecciones deja sospechas sobre la confiabilidad de los resultados, indicó la entidad fundada y dirigida por el expresidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).

"Hemos visto imágenes de miles de personas huyendo de la capital y verdaderas batallas entre manifestantes y fuerzas de seguridad", dijo la corresponsal de Al Jazeera en Kinshasa, Yvonne Ndege. Los comentarios de Kabila obedecen a la "amplia y negativa cobertura electoral de los medios de comunicación", pero sobre todo al "informe del Centro Carter", aseveró.

El viernes 9 los disparos de morteros y los gases lacrimógenos marcaron la jornada. El sábado 10 el portavoz gubernamental Lambert Mende Omalanga llamó a la calma y advirtió que los responsables de acciones violentas serían llevados a la justicia.

Pero los disparos se siguieron escuchando en toda la ciudad, especialmente en el elegante vecindario de Macampagne, en la comuna Ngaliema y en Masina, una populosa zona donde Tshisekedi se impuso. En el resto de Kinshasa nada se movía y los residentes permanecían en sus casas.

Kabila, que accedió al poder en 2001 luego del asesinato de su padre Laurent (1997-2001), también se refirió a los distritos en los que no pudo imponerse. "¿Estoy incómodo con los resultados? No, en absoluto… Queríamos hacerlo mejor en algunas provincias, especialmente en (las orientales) Kivu del Norte y Kivu del Sur. Perdimos en algunas y ganamos en otras".

El arzobispo católico de Kinshasa, cardenal Laurent Monsengwo, dijo a la prensa que los resultados electorales "no honran la verdad ni la justicia" e instó a Tshisekedi y a los otros 10 candidatos presidenciales derrotados a llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia, una medida que ha rechazado el líder opositor.

Monsengwo pidió imparcialidad al alto tribunal, que deberá proclamar oficialmente al vencedor el 17 de este mes y que tiene a su cargo la justicia electoral. "Todo el pueblo congoleño le pide que diga lo que realmente es correcto".

El también candidato presidencial Vital Kamerhe denunció que los funcionarios electorales llenaron las urnas con votos por Kabila antes de la jornada comicial. "La CENI debe dar la victoria a Tshisekedi", indicó.

"Crece el temor a una catástrofe", dijo Thiery Tomatala, un empleado público del barrio de Kintambo. "No sabremos todo lo que hicieron la policía y el ejército contra los manifestantes favorables a Tshisekedi".

Tomatala aseveró que dos tiendas de comerciantes chinos fueron saqueadas por hombres armados vestidos de civil, una en Kintambo, el viernes, y otra en el vecindario de Bandalungwa, el sábado.

Hubo otros incidentes. "El sábado de mañana, alrededor de las 8:30 (7:30 GMT) un 'jeep' lleno de policías fuertemente armados se detuvo frente a mi depósito, lo saquearon y me robaron dos millones de francos congoleños", unos 2.200 dólares, dijo la vendedora mayorista de pan Yvonne Kinja de la Avenue de Libération, también en Bandalungwa.

"No se permite la circulación vehicular en Avenue Libération, la calle donde se encuentran el Centro Penitenciario y de Reeducación de Kinshasa (CPRK), la base militar Coronel Kokolo, el Ministerio del Interior, Seguridad y Descentralización y el Palais de la Nation, la residencia oficial del presidente. Ha sido tomada por el ejército y policías armados hasta los dientes", dijo Addée Ngudi, quien vive en esa avenida.

Un coronel de la policía, que habló con IPS a condición de no revelar su nombre, aseveró que esa fuerza "tiene la obligación de proteger sitios estratégicos del país, como el CPRK, la base militar y la oficina presidencial".

"Es necesario a cualquier costo evitar multitudes alrededor del CPRK", dijo a IPS el director de la prisión, Dido Kitungwa, sin dar más detalles.

El CPRK encierra dos tipos de prisioneros, según un estudio de la Universidad de Kinshasa publicado en mayo.

Estos son "soldados y miembros de las fuerzas de seguridad sentenciados por tribunales militares entre 1997, cuando tomó el poder la Alianza de Fuerzas Democráticas para la Liberación del Congo de Laurent Kabila, y 2001, cuando este fue asesinado", indica el estudio.

El coronel que no quiso dar su nombre aseveró que la policía solo procuraba dispersar a la multitud y que la gente debía mantener la calma y dedicarse a sus asuntos.

"¿Cómo podemos dedicarnos a nuestros asuntos si en los últimos seis días los propios policías han creado el terror en la población?", se preguntó Guy Mamboleo, un seguidor de Tshisekedi que vive en Bandalungwa, no lejos del CPRK.

"El gran despliegue policial y militar, los gases lacrimógenos y los disparos con munición de guerra no son precisamente tranquilizadores", dijo a IPS. * Con informaciones de Al Jazeera.

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