El movimiento islamista afgano Talibán ejecutó civiles, derribó escuelas y bombardeó tiendas de música en los fronterizos territorios pakistaníes. Pero lo que quizá nunca le perdonen es la destrucción de antiguos sepulcros de místicos sufíes.
"Hace tres años apoyaba al Talibán porque creía que eran verdaderos musulmanes, pero esta destrucción de santuarios me entristeció, al igual que a mucha gente más", señaló Afaq Ali, comerciante de la Agencia Khyber, de las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA).
Ali se refería a la destrucción de los sepulcros del jeque Bahadar Baba y del jeque Nisa Baba en dos atentados distintos el 9 de este mes en la Agencia Khyber.
"Estos ataques son inaceptables y la gente que solía dar dinero al Talibán ahora lo odia", dijo Ali a IPS. "La gente ya no lo respeta", apuntó.
Desde 2005, el Talibán lleva adelante una implacable campaña de destrucción de sepulcros de místicos y poetas, pues su facción más purista, el wahabismo, considera que su veneración es contraria al Islam.
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Unos 25 santuarios de Pakistán, muchos de ellos con varios siglos de antigüedad, fueron objeto de atentados.
"El Talibán está integrado por varias facciones y el wahabismo se opone a que la gente visite santuarios, y estos ataques tratan de espantarla", explicó a IPS el líder religioso Mufti Ghulam Nabi, de Peshawar, capital de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, vecina de FATA.
"Salvo el wahabismo, todas las demás facciones tienen gran estima por los sufíes y los poetas místicos", añadió.
El clérigo Maulana Ghulam Rasoll explicó que la agrupación Tehreek Talibán Pakistan se opone a la profanación y la destrucción de sepulcros de santos y poetas, pero la perteneciente a la corriente Ahl Hadith, del wahabismo, rechaza la veneración de santuarios.
"Esta escuela considera que la visita a santuarios atenta contra el Islam, pues la gente debe buscar la bendición directa de Dios y la veneración de sepulcros equivale a igualarlos a Él", explicó.
"Pero los atentados contra santuarios dañaron enormemente la imagen del Talibán", añadió Rasool.
El wahabismo se originó en Arabia Saudita y el actual gobierno de ese país da fondos para que sus fieles construyan mezquitas y otras instituciones.
Antes del atentado suicida contra el sepulcro de Bari Imam, el 28 de mayo de 2005 en Islamabad, en el que murieron 20 personas, era impensable un ataque contra santuarios sufíes.
Al año siguiente, la rama pakistaní del Talibán se apoderó del sepulcro de Haji Sahib Turangzai, en la Agencia Mohmand, e instaló allí su sede.
Combatientes del Talibán aceleraron su campaña en 2008 e hicieron estallar importantes santuarios como el de Abdul Shakoor Baba, en Chamkani, Peshawar.
La gente comenzó a condenar abiertamente al Talibán por profanación a partir del 5 de marzo de 2009, cuando el mausoleo con cúpula del poeta sufí del siglo XVII, Abdul Rahman Baba, en Peshawar, sufrió un atentado con bomba.
"Atacar santuarios venerados por la población muestra que el Talibán no es musulmán. Lo hacen para agradar a los enemigos del Islam", sostuvo Saeed Bibi, un ama de casa de 24 años. "Ahora estoy totalmente en contra" de ese movimiento, añadió.
El gobierno pakistaní trata de proteger los santuarios sufíes más importantes. El sepulcro del siglo XVI del muy respetado santo Pir Baba, en el distrito de Buner de esta provincia, se salvó de ser devorado por las llamas en 2009 por la oportuna intervención de las fuerzas de seguridad.
Pero el atentado contra el famoso santuario Data Darbar en Lahore, en julio de 2010, perpetrado por tres atacantes suicidas, dejó por lo menos 40 personas muertas.
"Destinamos 800.000 dólares a la reconstrucción de santuarios destruidos y colocamos una guardia permanente en sus alrededores para evitar futuros ataques", dijo a IPS el ministro de Información de esta provincia, Mian Iftikhar Hussain.
"Recibimos cartas del Talibán advirtiéndonos de no dejar entrar mujeres al santuario", señaló Umar Shah, guardia del sepulcro del poeta y místico del siglo XX Amir Hamza Jan Shinwari, en la Agencia Khyber, que sufrió un atentado en julio de este año.
"El movimiento cree que las mujeres se permiten actividades inmorales", señaló Shah, "Pero no es verdad, ellas vienen a recibir la bendición", añadió.
"Atentar contra santuarios de poetas es una demostración de que el Talibán está contra la cultura y la poesía. La gente tiene una inmensa afección por la cultura local y todo aquel que destruya sepulcros de poetas es enemigo del Islam", señaló el poeta Mohammad Abdullah.
La perspectiva de poetas y místicos es anatema para el Talibán, indicó Abdullah. "Los primeros profesan tolerancia y éstos últimos el extremismo, están a años luz de distancia", remarcó.
La Sociedad de Literatura Khyber, en Peshawar, es una de las instituciones dedicada a evitar atentados contra los sepulcros de poetas.
"Creamos un comité de voluntarios para realizar tareas nocturnas en diferentes santuarios", señaló Ali Kamran, uno de los miembros de la Sociedad. "Contamos con apoyo del gobierno", añadió.