El gobierno estadounidense y la ONU tratan de convencer a dirigentes del Mujaheddin-e-Khalq (MEK), grupo de resistencia al régimen iraní con características de secta, de que desalojen su campamento en Iraq, como intimaron las autoridades de ese país.
Washington teme que, si la líder del MEK, Maryam Rajavi, no aprueba la medida, haya un baño de sangre en Ashraf, una base de la organización ubicada 56 kilómetros al norte de Bagdad, que las autoridades iraquíes insisten en que debe cerrarse antes del 31 de este mes.
También existe el temor de que miembros del MEK se enfrenten a las fuerzas de seguridad iraquíes o cometan un suicidio colectivo.
Un representante de Washington, que habló con IPS a condición de que no figure su nombre, dijo que el "gobierno de Iraq y el embajador de la ONU allí, Martin Kobler, habían logrado avances significativos", pero el MEK todavía no suscribió ningún plan para transferir a los residentes en etapas al campamento Liberty, que fuera una base militar estadounidense cerca del aeropuerto de Bagdad.
Funcionarios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) podrán entrevistar allí de forma individual a integrantes del MEK y conocer sus preferencias de reubicación.
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"Después de un muy lamentable estancamiento, el MEK parece dispuesto a actuar con seriedad", señaló el funcionario estadounidense el lunes 19. "Es positivo, pero el MEK debe ser realista y no hay tiempo", apuntó.
Los líderes del MEK abandonaron su "posición maximalista" en las últimas 48 horas, pero "todavía escuchamos hablar de martirio o muerte", añadió.
El gobierno estadounidense de Barack Obama trabaja con la ONU e Iraq para facilitar el traslado de los 3.200 residentes de Ashraf.
El representante de Estados Unidos en Acnur, Vincent Cochetel, dijo a IPS en septiembre que el MEK estuvo de acuerdo con el plan a través del asesor legal de la organización en Londres.
Pero Rajavi, quien vive fuera de París y se reunió con Kobler el fin de semana pasado, insiste en que efectivos de Estados Unidos o fuerzas de la ONU acompañen a los residentes de Ashraf, según una fuente al tanto del contenido del encuentro.
Iraq accedió a un control del foro mundial, pero no a la presencia de soldados extranjeros.
Estados Unidos retiró sus últimos efectivos (https://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99808) de Iraq la semana pasada según los términos de un acuerdo sobre el estatus de las fuerzas y no las mandará de vuelta por este asunto.
Organizaciones de derechos humanos urgieron al gobierno de Obama a pedirle a Bagdad que extienda el plazo.
Sanjeev Bery, director para Medio Oriente y África del Norte de Amnistía Internacional, dijo a IPS por correo electrónico que a su organización le "preocupa que los residentes del campamento Ashraf estén en grave peligro de ser víctimas de graves violaciones de derechos humanos si el gobierno iraquí mantiene su plan de forzar su cierre a fines de este mes".
También señaló que las fuerzas de seguridad iraquíes realizaron varios ataques contra el campamento. El último en abril dejó "decenas de personas muertas y otras heridas".
El funcionario estadounidense señaló que Amnistía debería urgir al MEK a firmar el plan que hay y "no impulsar a la gente a morir".
Especialistas en el MEK acusan a sus líderes de tener a sus propios miembros de rehenes ante los esfuerzos para que el movimiento no figure más en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras que tiene el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos.
El organismo revisa desde hace meses el estatus del MEK, pero trata de desvincularlo de los esfuerzos por resolver el estancamiento de este asunto.
Defensores del MEK sostienen que el movimiento renunció al terrorismo. Realizaron una campaña para salir de la lista de organizaciones terroristas que incluyó avisos publicitarios caros a toda página en grandes periódicos de Estados Unidos y pagó declaraciones de destacados figuras estadounidenses.
Pero Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Estadounidense-Iraní, dijo a IPS que, "si una organización ordena a personas inocentes de un campamento suicidarse o matarse y si sus líderes no consiguen lo que buscan, ¿acaso esa no es la definición de organización terrorista?".
Los funcionarios estadounidenses no están seguros de cuánta gente hay en Ashraf, pero creen que hay menores y otras personas que fueron engañadas para instalarse allí. Recibieron entrenamiento militar y les lavaron la mente, lo que incluye el culto a la personalidad de Rajavi y su esposo Massoud, cuyo paradero es desconocido.
La prolongada presencia del MEK en el campamento de Ashraf ha sido un factor de mucha molestia para las autoridades iraquíes desde el fin del régimen de Saddam Hussein (1937-2006) en 2003.
El movimiento marxista islamista, que ayudó a derrocar al Sha de Irán pero perdió terreno en una lucha de poder pos-revolucionaria, se refugió en Iraq.
Ayudó al desaparecido presidente iraquí a frenar los levantamientos de chiitas y kurdos tras la Guerra del Golfo en 1991 y realizó varios atentados contra funcionarios iraníes en los años 90.
El Departamento de Estado de Estados Unidos colocó al MEK en la lista de organizaciones terroristas extranjeras en 1997.
Funcionarios iraquíes prometieron a la ONU darle suficiente tiempo para procesar a los miembros del campamento, a cambio de que se fueran de Ashraf.
Aun si aceptan el traslado será difícil reubicar a los residentes del campamento. Varios cientos de personas regresaron a Irán después de 2003 bajo los auspicios de la Cruz Roja Internacional.
Pero el ambiente en Irán empeoró tras las disputadas elecciones presidenciales de 2009, y miembros del MEK fueron detenidos o hasta ejecutados. Los países europeos tampoco ansían aceptarlos, pues a muchos les hicieron un lavado de cerebro.
El retiro del MEK de la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos no significa que automáticamente sus miembros podrán ingresar a su territorio. La ley prohíbe la inmigración de "quienes ofrecieron apoyo material o recibieron entrenamiento militar" de cualquier organización que haya figurado en la nómina, según otro funcionario de la cancillería que pidió reserva de su identidad.
El gobierno de Obama encargó a Daniel Fried, secretario de Estado adjunto para asuntos europeos, resolver la crisis. Su oficina también es responsable de reubicar a los detenidos en la base estadounidense de Guantánamo, Cuba.