La compraventa de automóviles y viviendas y una política crediticia para beneficiar ciertas actividades privadas matizan el proceso de actualización de la economía de Cuba emprendido por el presidente Raúl Castro.
Cerca de 500 sucursales bancarias de todo el país comenzaron este martes 20 a recibir y tramitar solicitudes de préstamos en moneda nacional de trabajadores no estatales, agricultores y personas que necesitan reparar o construir sus casas. En el futuro, también habrá créditos para la compra de bienes personales.
La nueva política crediticia se rige por el Decreto-Ley 289 y otras resoluciones emitidas en noviembre, aunque entraron en vigor casi un mes después. Hasta ahora, solo existía el acceso a préstamos en el sector cooperativo agrícola. Se espera que esta apertura bancaria contribuya al crecimiento de negocios privados en este país de economía estatal y centralizada.
El total de trabajadores por cuenta propia se estima en más de 300.000 al finalizar 2011, el doble del año anterior. Ese crecimiento se debería en parte a rebajas impositivas y a una política más flexible para el ejercicio de 181 oficios o actividades permitidas.
El acceso a crédito bancario sigue a la autorización de la compraventa de automotores y de viviendas, cuya prohibición por décadas alimentó un lucrativo mercado clandestino. Ambas medidas figuraban entre las más solicitadas por la población cubana.
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"No pienso vender, pero es muy importante saber que soy dueño de mi casa y mi automóvil con todos los derechos", comentó Manuel Martínez, un ingeniero de 55 años consultado por IPS, que está estudiando opciones de trabajo privado para mejorar sus ingresos.
"Tengo que ver cómo es esto de los créditos, porque yo sí no tengo nada para comenzar", dijo. A su vez, un fontanero que no quiso dar su nombre afirmó a IPS que, más que los créditos, le interesa la posibilidad de prestar servicios a empresas estatales.
Según la nueva legislación, las empresas estatales pueden entablar mediante contrato relaciones comerciales sin límites financieros con trabajadores del emergente sector privado. Con ese objetivo, estas personas deberán abrir una cuenta corriente, pues las transacciones no podrán realizarse en efectivo.
Ante el fin de año, la expectativa popular se concentra en la actualización de la política migratoria, que Castro anunció en las sesiones parlamentarias de agosto. "Quizás nos espera como regalito navideño", dijo una joven profesional que tiene planes de emigrar.
Su esperanza es que el ajuste prometido elimine requisitos como los permisos de salida y las cartas de invitación, que son obligatorios para la ciudadanía cubana residente que desee viajar al exterior por motivos personales. Además, el costo de ambos documentos, de unos 350 dólares, se considera desmedido.
También se esperan cambios en la obligatoriedad de salida definitiva para quienes emigran. "El hecho de que se quiera vivir fuera de Cuba por problemas económicos o de otra índole, no significa que se tenga que perder la residencia de por vida", dijo a IPS el cubano Alejandro Cruz.
En este aspecto, las reformas a la ley de vivienda efectuadas en noviembre allanaron en cierto modo el camino para cambios migratorios, al introducir matices importantes en la manera en que las personas que emigraban perdían el derecho de propiedad de sus casas.
Se mantiene la potestad de confiscación del inmueble por el Estado, pero esta funciona como un paso en la transferencia del bien, mediante pago, a familiares u otros ocupantes.
Uno de los artículos de la reforma sostiene que "son válidos los actos de transmisión de la propiedad de viviendas, realizados por sus propietarios, conforme a la Ley, antes de salir definitivamente del país". Esta disposición se considera una eliminación tácita de la confiscación.
Muchos esperan que Castro anuncie las modificaciones en materia migratoria en la reunión parlamentaria prevista para este viernes 23, aunque la agenda establecida se orienta hacia la evaluación del desempeño económico en 2011 y las proyecciones para 2012.
El gobernante hizo algunos adelantos en el encuentro ampliado del Consejo de Ministros de fines de noviembre. De acuerdo al informe oficial de esa cita, el crecimiento del producto interno bruto de este año rondó 2,7 por ciento, debajo del tres por ciento planificado.
Entre las causas del bajo crecimiento figuran los aun pobres niveles de producción en alimentos como frijol, plátano, carne de cerdo y leche fresca, que obligaron a ampliar las importaciones. "Solo para comprar leche en polvo, fue necesario erogar más de 15 millones de dólares por encima de lo previsto", se quejó el diario Granma, órgano del gobernante Partido Comunista, en su reseña de esa reunión.
Según estimaciones oficiales, las compras de alimentos sumaron este año unos 1.600 millones de dólares. Para 2012 se espera que esas importaciones disminuyan en volumen, contando con el crecimiento de la producción nacional, pero no en montos, debido al aumento de precios en el mercado mundial.
Este fue el tercer año consecutivo en que esta isla caribeña se vio libre de devastadores huracanes, como los que en 2008 provocaron daños estimados en 10.000 millones de dólares. Analistas comentan que el clima estuvo a favor de los cambios, aunque Castro prefiere llevarlos sin prisa.