Wenzhou, la Grecia de China

Aunque es relativamente pequeña, la sudoriental ciudad china de Wenzhou puede tener el mismo efecto sobre la economía de este país que el que tuvo Grecia sobre la eurozona, sostienen analistas.

Pero, a diferencia de Grecia, la crisis de Wenzhou todavía puede resultar una bendición disfrazada para China, argumentan otros.

Como cuna de las empresas privadas, Wenzhou, tanto injuriada como admirada por la audacia de sus empresarios, podría disparar ahora una genuina reforma de la banca que transforme a todo el país.

"Denle una oportunidad a Wenzhou, déjenla depender de lo que mejor entiende: cómo funciona el mercado", escribió el secretario de la asociación de inversiones en empresas privadas que no cotizan en Bolsa, Wang Wei, en el diario China Times.

Tal vez así no será China quien salve a Wenzhou, sino Wenzhou quien salve a China, planteó.
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Wenzhou, ubicada en el delta del río Yangtze y a unos 350 kilómetros de Shanghai, fue durante años sinónimo de riqueza hecha por mérito propio.

En tanto puerto desde donde muchos chinos viajaban otrora al exterior en busca de trabajo, la ciudad tiene raíces empresariales que datan de hace siglos.

Pese a campañas recurrentes contra los capitalistas, Wenzhou prosperó mientras empresas familiares instalaban fábricas en los años 80 para manufacturar calzado, vestimenta, botones y juguetes de plástico.

Excluidas de los mercados de valores e ignoradas por los bancos estatales, esas empresas abrieron bancos privados clandestinos y se prestaron dinero entre sí o lo pidieron a familiares en el exterior.

Así fue como Yuan Suquan, productor de borlas y otros accesorios de decoración para el hogar, hizo crecer su negocio, pasando de Wenzhou a Shanghai y luego al exterior, según relató a IPS. Sus mercaderías son muy codiciadas en Europa.

Mientras estaba en Shanghai por pedidos de clientes chinos, Yuan pidió dinero prestado a un banco privado para expandir su producción, cuando los pedidos empezaron a llegar primero de Francia y luego de Suecia.

Al principio pidió un préstamo a un interés de dos por ciento, que en los últimos años fue en aumento. En simultáneo, se redujeron los pedidos.

"Ahora el interés es de siete u ocho por ciento, e incluso más, aunque uno conozca a los prestamistas", dijo.

"Yo todavía estoy bien porque mi mercadería es bastante especializada, pero otros que fabrican encendedores o botones ahora pierden (clientes que compran en) las fábricas de Camboya y Vietnam", lo que les dificulta el pago de sus deudas, explicó.

Shanghai es el centro de diversiones para los empresarios de Wenzhou que se hicieron realmente ricos. Aquí alardean de su riqueza conduciendo automóviles lujosos, bebiendo champaña o haciendo compras de productos de marca.

"Ellos inflaron el mercado inmobiliario de Shanghai. La gente como yo no puede darse el lujo de pagar una (vivienda) aquí porque los comerciantes de Wenzhou especularon con las propiedades de Shanghai ", opinó el taxista Liu.

Sin embargo, esto era cierto antes de que las historias sobre jefes de Wenzhou fugitivos, empresas en bancarrota e incluso suicidios empezaran a surgir de la ciudad.

Desde el verano boreal, Wenzhou ha dominado los títulos de la prensa con algunos casos célebres de préstamos usureros, alentando al primer ministro Wen Jiabao a realizar una visita en octubre y a urgir a los bancos a extender más créditos a las pequeñas empresas.

Al empezar a sentirse los efectos de la crisis económica europea, las pequeñas empresas lidian con salarios más altos y con la apreciación del yuan. Los economistas comienzan a hablar sobre la crisis de Wenzhou como la punta del iceberg de un sombrío sistema financiero que puede poner en peligro a la economía real.

Sin embargo, el investigador Zhang Qi, del Nuevo Instituto de Investigación Financiera de Shanghai, considera que la crisis de Wenzhou es un reflejo del implacable ataque de las empresas públicas sobre el capital privado, y de cómo se ha deteriorado el ambiente empresarial y financiero para el sector privado.

"Lo que estas empresas de Wenzhou necesitan no es que el Estado las rescate. Necesitan que se legalicen los préstamos privados para poder ser financieramente independientes y afrontar los cambios de la economía mundial", sostuvo.

La semana pasada Beijing señaló que finalmente podría flexibilizar su control sobre el financiamiento para el sector privado, y que considera legalizar los préstamos privados en alguna de las formas que han echado raíces en la banca privada de Wenzhou.

Un funcionario del banco central dijo a la agencia de noticias Xinhua que Beijing explora vías de apoyo a las pequeñas y medianas empresas privadas mediante la legalización de préstamos privados con intereses no mayores a cuatro veces los de los préstamos bancarios.

"Este es un avance real luego de muchos años en que Beijing intentó aplastar a los bancos clandestinos y eliminar a los prestamistas privados", dijo el investigador Zhu Dake, de la Universidad Tongji de Shanghai.

"También es, tal vez, una señal de que al Partido Comunista cada vez le resulta más difícil ignorar los reclamos de los grupos de intereses que representan al capital privado en China", añadió.

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