En los últimos años, al menos cuatro altos funcionarios relacionados con la seguridad nacional de México han muerto en accidentes aéreos, lo cual despierta suspicacias entre analistas, especialmente de cara a las elecciones presidenciales de julio de 2012.
La última muerte se produjo el viernes 11. El secretario (ministro) de Gobernación, José Francisco Blake, de 45 años, falleció junto a otras siete personas al caer el helicóptero en el que viajaban sobre una localidad del Estado de México, a unos 100 kilómetros al sur de la capital.
Entre las víctimas fatales se encuentran también el subsecretario de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos, Felipe Zamora.
La muerte de Blake, quien había asumido el puesto en julio de 2010, no sólo significa una dura pérdida para el presidente Felipe Calderón, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), sino que también despierta temores frente a las elecciones presidenciales de julio próximo y cuando falta poco más de un año para que su administración llegue a su fin.
"Es un incidente que sacude al país. La sensación de la gente es la vulnerabilidad que puede padecer el gobierno federal. Es un golpe involuntario a la administración de Calderón", dijo a IPS el director del Departamento de Derecho del privado Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Arturo Argente.
El cargo que ocupaba Blake es el segundo más alto en este país después de la Presidencia. Históricamente, el secretario de Gobernación ha sido el principal operador político del jefe de Estado y ha participado activamente en la campaña contra el narcotráfico.
En los últimos años, el gabinete de seguridad ha sido sacudido por las tragedias. El 21 de septiembre de 2005, el entonces secretario de Seguridad Pública, Ramón Martín Huerta, y otras ocho personas fallecieron cuando el helicóptero en que viajaban se accidentó también en una localidad del Estado de México. Huerta era miembro del círculo de confianza del entonces presidente Vicente Fox (2000-2006), también del PAN.
El 4 de noviembre de 2008 perdieron la vida el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el ex subprocurador (vicefiscal) General de la República, José Santiago Vasconcelos, cuando su avioneta se fue a pique en el oeste de la Ciudad de México.
Vasconcelos, cuya tarea se centraba en el combate al crimen organizado, había sido amenazado por grupos narcotraficantes.
En ambos casos, los accidentes fueron atribuidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) a fallas mecánicas de las aeronaves.
Calderón sugirió ante la prensa que el accidente en el que falleció Blake pudo deberse a la nubosidad imperante, aunque prometió investigar a fondo el caso. La pesquisa está a cargo de la SCT.
Erubiel Tirado, coordinador del Diplomado en Seguridad Nacional de la jesuita Universidad Iberoamericana, expresó sus dudas de que se haya tratado de un hecho delictivo.
"Es un hecho de que no es Gobernación el eje estratégico donde descansa la política de seguridad del país, y su función ha decaído en los últimos años. En ese sentido, Blake, como blanco para debilitar a un gobierno exhausto y de salida, suena poco razonable", sostuvo.
Luego de llegar a la Presidencia en diciembre de 2006, Calderón desplegó a miles de soldados para combatir a los carteles de la droga que se disputan el suculento mercado de sustancias prohibidas de Estados Unidos.
Desde esa fecha, más de 50.000 personas han muerto en hechos relacionados con esa campaña, según recuentos periodísticos, y la violencia se ha exacerbado. No obstante, Calderón defiende su política antidrogas.
Los decesos de Blake y Zamora traen a la memoria los tiempos sangrientos previos a las elecciones presidenciales de 1994.
El 1 de enero de ese año, se levantó en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el sureño estado de Chiapas, en respuesta a las pobres condiciones de vida de los pueblos indígenas y en contra la política neoliberal y lo que consideraba autoritarismo del Estado.
En marzo de ese mismo año, el candidato presidencial del entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luís Donaldo Colosio, fue asesinado en la norteña ciudad de Tijuana, fronteriza con Estados Unidos, durante su campaña.
Luego, en septiembre, fue ejecutado Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI y diputado electo, crimen atribuido a Raúl Salinas de Gortari, hermano del presidente Carlos Salinas. Raúl Salinas fue condenado en 1999 a 50 años de cárcel, pero absuelto en 2005.
La muerte de Blake "rememora la violencia electoral de 1994. Es un presagio de lo que podemos llegar a enfrentar. Es una combinación de la inseguridad y la violencia. Necesitamos un Estado fuerte, sólido y estable", apuntó Argente.
Para Tirado, la tragedia tendrá un impacto "en la estrategia de seguridad, en las discusiones en el Congreso, el presupuesto y las leyes o reformas legales pendientes de aprobación que interesan al gobierno y a otros actores políticos".
El Congreso tiene en su agenda la discusión de la Ley de Seguridad Nacional, defendida por Calderón.
