La ciudadanía egipcia que anhela más libertad y menos brutalidad policial desde la caída del presidente Hosni Mubarak, en febrero, denuncia que el consejo militar que gobierna en su lugar mantiene el mismo talante e incluso lo supera.
"El consejo trata al pueblo egipcio como si dirigiera un campamento militar", señaló el activista de derechos humanos Sherif Azer. "Se necesitaron décadas de acumulación de malestar contra Mubarak para hacer una revolución, y solo nueve meses para empezar otra", añadió.
Miles de personas tomaron las calles de Egipto esta semana para pedir al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) que acelerara la transición hacia un gobierno civil y que renunciara su líder, el mariscal Mohammad Hussein Tantawi.
Por lo menos 41 personas murieron y más de 3.000 quedaron heridas en los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
La confrontación comenzó el sábado 19, cuando el ejército y la policía recurrieron a medios violentos para expulsar a un pequeño grupo de manifestantes que trataba de ocupar la emblemática plaza Tahrir, tras una manifestación a favor de limitar el poder militar.
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La mano dura militar, que respondió golpeando con dureza a muchos manifestantes desarmados, hizo que miles de personas se concentraran en la plaza.
La violencia escaló rápidamente. Cuantos más gases lacrimógenos y balas de goma lanzaba la policía antidisturbios, más personas llegaban a la plaza y más crecía la protesta.
"El asunto no fue político ni democrático, sino la brutalidad", explicó el activista Mostafa Shouman. "La gente no tolera ver la misma violencia contra manifestaciones pacíficas que la del gobierno de Mubarak y se sensibiliza con la situación", añadió.
De hecho, el malestar aumenta desde hace nueve meses. Muchas personas que aplaudieron la llegada del gobierno militar en febrero ahora lo vilipendian. Observan el proceso de Túnez con envidia, pues también hubo un levantamiento popular en el invierno boreal pasado, que dio paso a una transición democrática, sin los incontables atropellos a los derechos humanos de Egipto.
Un nuevo informe de Amnistía Internacional señala que el CSFA "no logró cumplir con sus promesas de mejorar la situación de los derechos humanos en Egipto". También sostiene que la represión y la violación de derechos fundamentales son, en algunos casos, peores que bajo el régimen de Mubarak (1981-2011).
"Al recurrir a tribunales militares para juzgar a miles de civiles y reprimir manifestaciones pacíficas, además de ampliar los alcances de la Ley de Emergencia impuesta por Mubarak, el CSFA mantuvo el régimen represivo que tanto se esforzaron por eliminar los manifestantes del 25 de enero", señaló Philip Luther, director para Medio Oriente y África del Norte de Amnistía Internacional, con sede en Londres.
El informe acusa al gobierno militar de tratar de amordazar a la disidencia mediante una ley draconiana y recurrir a la fuerza bruta para poner fin a las protestas.
Miles de activistas y blogueros fueron detenidos en los últimos nueve meses. Varios más siguen en prisión, como Maikel Nabil Sanad, condenado a tres años de cárcel en abril por objetar el servicio militar obligatorio y criticar al ejército en su blog.
Quienes "desafiaron o criticaron al consejo militar, como manifestantes, periodistas, blogueros y huelguistas, fueron reprimidos sin piedad con el fin de silenciarlos", indicó Luther.
Desde el inicio del levantamiento popular, el 25 de enero, más de 12.000 civiles fueron procesados en tribunales castrenses, seis veces más que en los 30 años de gobierno de Mubarak. Organizaciones de derechos humanos condenan esos juicios, que terminan con duras sentencias por faltas tan ligeras como violar el toque de queda, insultar al ejército u otros cargos difusos como "matonería".
"Los tribunales militares son inherentemente injustos", sostuvo Adel Ramadan, abogado de la Iniciativa para los Derechos Personales. "Los juicios suelen durar entre cinco y 20 minutos y procesan hasta 35 personas por caso. El magistrado pertenece al ejército y si decide dictar una condena de cinco años de cárcel o incluso la pena de muerte, no hay posibilidad de apelar", explicó.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron torturas y humillaciones sistemáticas durante el régimen de Mubarak que continúan hasta hoy en comisarías, prisiones y otros centros de detención del país.
Numerosas personas detenidas revelaron abusos policiales y del ejército e incluso varias mujeres denunciaron haber sido sometidas a "análisis de virginidad" por médicos del ejército tras ser detenidas durante una manifestación en marzo.
En octubre murió Essam Atta, de 23 años, en El Cairo tras haber sufrido torturas sádicas en prisión. Muchas personas relacionaron el episodio con el de Jaled Said, de 28 años, torturado hasta la muerte en junio de 2010. La protesta pública por este último hecho fue el disparador de los acontecimientos que terminaron con la renuncia de Mubarak.
"Por desgracia no cambió nada", indicó Azer. "La policía y el ejército todavía operan con impunidad", añadió.
Los enfrentamientos de esta semana siguieron a la represión de protestas anteriores, incluido un ataque brutal en octubre contra una manifestación de cristianos coptos que dejó 25 personas muertas y 300 heridas.
El vídeo de esos episodios del 9 de octubre que se pudo ver en YouTube corrobora los testimonios de testigos respecto de que los soldados abrieron fuego contra manifestantes desarmados mientras vehículos blindados arremetían contra la multitud a gran velocidad.
La confrontación actual muestra el creciente distanciamiento entre el CSFA y la ciudadanía. En una encuesta de opinión pública, 43 por ciento de las personas entrevistadas dijeron que el Consejo avanzaba con lentitud o revertía los logros de la revolución.
"Al parecer, los miembros del CSFA temen ir a juicio (por corrupción y violaciones de derechos humanos) si renuncian, entonces tratan de permanecer en el poder a toda costa", indicó Azer.
Con un estilo y tono que recordó a Mubarak, el mariscal Tantawi negó, en un discurso televisado el martes 22, que el consejo militar tratara de consolidarse en el poder. Las elecciones parlamentarias previstas para este lunes 28 se realizarán como está previsto, pero las presidenciales se postergarán hasta junio de 2012, dijo.
Como los enfrentamientos siguieron, el CSFA trató de calmar los ánimos.
El jueves 24, los generales pidieron perdón a los manifestantes y ofrecieron sus condolencias a las familias de los "mártires". Prometieron procesar a los oficiales responsables y ofrecieron una indemnización.
Las concesiones no lograron disipar los ánimos en la calle, aunque la tregua ente manifestantes y policía antidisturbios que comenzó el jueves parece mantenerse. La pregunta que se hacen todos es hasta cuándo durará.