Delegados de gobiernos y expertos de la sociedad civil, reunidos en esta sureña ciudad surcoreana, destacaron la importancia de la participación inclusiva y de la responsabilidad compartida para la ayuda al desarrollo, según el compromiso asumido en 2005 en París.
En la innovadora Declaración de París se plantearon objetivos para mejorar la calidad de la asistencia y su resultado. Tres años después, para acelerar el avance de la misma, se redactó en la capital de Ghana la Agenda de Acción de Accra, que propuso asociaciones más inclusivas e impactos que se puedan medir, entre otros puntos.
Representantes de donantes y de gobiernos beneficiarios así como de la sociedad civil remarcaron este martes 29, en la primera sesión del 4 Foro de Alto Nivel sobre Eficacia de la Ayuda al Desarrollo, la importancia de ir más allá de los objetivos técnicos para alcanzar indicadores inclusivos, que suelen basarse en datos sobre reducción de la pobreza.
Abdalah Kigoda, representante del gobierno de Tanzania, remarcó la falta de responsabilidad del parlamento en muchos de los países beneficiarios, donde presupuestos y planificación económica permanecen en el ámbito del Poder Ejecutivo.
"Los planes de desarrollo de los gobiernos apuntan a áreas elegidas y atendidas por las autoridades que ejercen el poder. El resultado es que hay una lucha con legisladores a la hora de distribuir responsabilidades", indicó
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Se considera que los mecanismos de desarrollo para incorporar a diversos actores, incluida la participación de ciudadanos en los procesos de decisión y la implementación de asociaciones equilibradas para lograr transparencia y abatir la pobreza, son señales de pertenencia y responsabilidad.
Los conceptos apuntan a fomentar la responsabilidad local a fin de que impulse un desarrollo efectivo con la participación de la ciudadanía. La prueba en Busan será lograr compromisos políticos que fortalezcan el proceso y abandonar una ayuda basada en el desembolso de los donantes.
Estudios realizados tras la reunión de París de 2005 muestran que más de 60 por ciento de los países donantes y de las naciones en desarrollo no cumplieron sus objetivos.
Faumuina Liga, representante del Ministerio de Finanzas de Samoa y jefe del equipo de negociación de su país, comparó la Declaración de París con un pollo al que le dieron libertad para andar a sus anchas, pero con una pierna atada a un poste.
"Nos culpamos cuando las cosas no salen. Pero la clave para lograr que haya responsabilidad es crear un diálogo entre los actores. No podemos separar donantes de beneficiarios", subrayó.
Samoa se convirtió en un país que promovió una cultura de mutua responsabilidad. La isla del océano Pacífico implementó nuevos mecanismos de coordinación para crear un espacio inclusivo y que múltiples actores participen en el desarrollo nacional.
Por ejemplo, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado coordinaron esfuerzos para preparar estrategias nacionales en materia de desarrollo, indicó Liga. Samoa será relevado del estatus de país menos adelantado en 2014 y, al año siguiente, se integrará a la Organización Mundial del Comercio.
El proceso funcionó. Samoa ahora puede discutir una hoja de ruta en materia de desarrollo nacional con los países donantes e instituciones multilaterales de crédito, según estudios del Foro de las Islas del Pacífico.
La mutua responsabilidad también es un asunto delicado para los países donantes. Martin Dahinden, director de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, reveló la presión que tienen de los contribuyentes, quienes esperan mejoras concretas en materia de erradicación de la pobreza en un breve lapso.
"El peligro de la asistencia con poca visión de futuro es arrancar las frutas de abajo y ver los resultados a corto plazo como objetivos. Se debe destinar más tiempo a comunicar las implicancias negativas de esta ofensiva creando nuevos espacios de diálogo para promover el entendimiento", indicó.
Un ejemplo de los riesgos de la responsabilidad a corto plazo es que la ayude se utilice para ofrecer vacunas, mientras se ignoran violaciones de derechos humanos, un espacio en la que los resultados de una intervención se ven a largo plazo.
Expertos remarcaron la necesidad de avanzar para lograr la efectividad de la ayuda en Busan, a fin de combatir el aumento de problemas de desarrollo, como la emergencia de nuevos actores en un contexto de desilusión por los resultados de los billones de dólares gastados en exterior.
Los métodos para contrarrestar eso incluyen la urgente necesidad de supervisar y difundir historias de logros en materia de mutua responsabilidad, como ganar la confianza de comunidades que suelen sentirse ignoradas en los debates sobre la ayuda.
Un ejemplo de ello ocurrió en Etiopía. La Protección de Servicios Básicos, lanzada por el Estado en 2006, contó con el apoyo de 11 donantes, y se prevé que reciba asistencia del fondo del Banco Mundial para países de bajos ingresos.
El programa, que cuenta con la estrecha colaboración de organizaciones de la sociedad civil, mejoró la calidad de servicios públicos como la educación, la salud, la agricultura, el agua y el saneamiento y la construcción de caminos rurales para cumplir con los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio. La inmunización infantil aumentó de 70 por ciento, en 2005, a 82 por ciento, en 2010.
Una evaluación externa de las nuevas medidas reveló que la ciudadanía tiene más confianza en la ayuda y mayor consciencia sobre sus derechos.
Chang Hyun-sik, experto del Ministerio de Finanzas de Corea del Sur, resumió la experiencia de su país de pasar de ser beneficiario a donante. La responsabilidad y la participación local han sido la clave del éxito.
"La asistencia estadounidense desempeñó un papel vital en el desarrollo de Corea del Sur y la lección aprendida de nuestra experiencia es que lo logramos explicando nuestros objetivos nacionales. Esa es la forma de actuar", remarcó.
Hasta este jueves 1 de diciembre, unos 2.000 delegados revisan los avances en las mejoras sobre la efectividad de la ayuda, antes de fijar los compromisos hacia un nuevo paradigma de desarrollo.