Reinventar la ONU es crucial para proteger a los más pobres del planeta cuando la crisis económica y financiera, los efectos de la variabilidad del clima y la inseguridad alimentaria socavan los esfuerzos para alcanzar el desarrollo.
Así lo señalaron representantes de gobiernos y de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) reunidos en Montevideo para la IV Conferencia Intergubernamental de alto nivel sobre el programa Unidos en la Acción, lanzado en 2007 para maximizar la eficiencia de la cooperación entre los estados y las agencias especializadas del foro mundial.
"Hay grandes desafíos por delante, y hemos visto que no solo los países pobres son cada vez más amenazados por distintos acontecimientos, como el cambio climático, sino que también tenemos socios (donantes) cuyo paisaje (geográfico) está cambiando", dijo en rueda de prensa la vicesecretaria general de la ONU, Asha-Rose Migiro.
"No podemos seguir como siempre, como si nada ocurriera", añadió.
Por su parte, la administradora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Helen Clark, señaló que "es verdad que la ayuda oficial al desarrollo a nivel global ha llegado prácticamente a su límite debido a la crisis económica".
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Muchos países donantes se vieron obligados a recortar su asistencia, y solo algunos pudieron incrementarla, como Australia, Dinamarca y Gran Bretaña, destacó.
Clark reconoció que la situación en el Norte industrializado, con la severa crisis de Grecia y las dificultades de déficit de Estados Unidos y de Japón, tiene impacto en los programas para el Sur.
"Muchos países en desarrollo tienen un enfoque de crecimiento económico basado en las exportaciones, y eso depende en gran medida de los mercados del mundo industrializado", advirtió.
A los recortes por la crisis económica-financiera se añaden otros por motivos políticos, como la decisión tomada en octubre por el gobierno de Estados Unidos de retener 80 millones anuales que entregaba a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) a raíz de que ésta admitió como miembro pleno a Palestina.
"Es algo que seguiremos de cerca", dijo Migiro sobre el caso. "Somos conscientes de que afectará nuestra labor, pero esperamos que todos hagamos lo mejor para asegurar que el buen trabajo que se realiza y el que los estados miembro quieren ver que se continúe, no se vea afectado", añadió.
Uruguay, cuyo gobierno organiza la conferencia entre el martes 8 y este jueves 10 en Montevideo, a la que asisten representantes de más de 30 naciones, es uno de los ocho países que aplican el programa piloto Unidos en la Acción.
Los otros son Albania, Cabo Verde, Mozambique, Pakistán, Ruanda, Tanzania y Vietnam. En los últimos años, otros 20 países más han iniciado un trabajo similar, basado en este modelo.
Migiro admitió que la crisis económica y financiera mundial se está haciendo sentir en el programa, pero subrayó que este se vuelve cada vez más necesario y sus resultados son alentadores. La reforma de la ONU "no tiene marcha atrás", aseguró.
"Sabemos que los países atraviesan un periodo difícil en términos de crisis económica, precios del petróleo e inseguridad alimentaria, y esto hasta cierto grado afecta el trabajo que hacemos Es por eso que nos estamos concentrando en cómo construir una organización coherente y efectiva, en cómo hacer un buen uso de los recursos y cómo tener resultados, porque al final de cuentas eso es lo que importa", afirmó.
El programa Unidos en la Acción "ha demostrado enormes logros en ese sentido. Hemos podido hacer que los países se unifiquen internamente", agregó.
"No podemos permitir", afirmó Migiro, "que los pobres del mundo, que han sufrido tanto por la crisis económica y financiera, queden aun más rezagados".
"A través de Unidos en la Acción podemos optimizar nuestros recursos y maximizar nuestro impacto. Los resultados son claros: muchas vidas se salvan gracias a una mejor atención nutricional y de salud, más niños y niñas van a la escuela, menos familias quedan estancadas en la pobreza, y hay una mayor igualdad de género", subrayó.
La vicesecretaria general de la ONU también puso énfasis en la importancia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible (Río+20), que se realizará en esa ciudad brasileña en junio de 2012.
"Hace 20 años, la Cumbre de la Tierra, en Brasil, puso al mundo en un sendero verde. El año que viene, también en Río, tendremos una nueva oportunidad de hacer que el mundo tome un curso más verde, próspero, equitativo y sustentable", afirmó.
"Río+20 es de importancia crucial. Necesitamos que la conferencia sea un éxito. Precisamos los aportes del sistema de desarrollo de la ONU en los meses que vienen", agregó. En la apertura del encuentro, el presidente de Uruguay, el izquierdista José Mujica, subrayó la importancia de una ONU fortalecida y con legitimidad para combatir las desigualdades.
"La globalización está imponiendo la construcción de gigantescas unidades. Hacia allí navega el mundo, a los tumbos, y necesitamos darle fuerza y más fuerza, fuerza de derecho y fuerza de realidad, a instituciones como la ONU, que nos puedan amparar a los débiles", dijo el mandatario.
"Globalización no es lo mismo que igualdad, no es igual a justicia, no es igualdad de derechos. Hay mucha humanidad pospuesta anhelando subirse en el tren de la civilización que hemos inventado", afirmó.
"Los pobres no necesitan lástima, precisan herramientas intelectuales en sus manos y cerebros para valerse por sí mismos", agregó Mujica.
Por su parte, el canciller uruguayo Luis Almagro citó en la apertura una frase del héroe nacional de este país, José Artigas: "Que los más infelices sean los más privilegiados".
"Les pido que en sus discusiones tengan en cuenta este principio, y que nuestros hermanos y hermanas más infelices de la Tierra, estén donde estén, sean los más privilegiados por las políticas de cooperación internacional que diseñemos entre todos", afirmó.