El camino a la reconciliación en la ex Yugoslavia está marcado por la música: las orquestas filarmónicas de Ljubljana, Zagreb y Belgrado lanzaron su primera temporada conjunta desde 1991.
La antigua Yugoslavia se fragmentó luego de una serie de sangrientas guerras separatistas durante los años 90, en las que perecieron más de 200.000 personas.
De esos conflictos bélicos nacieron como estados independientes Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia, Macedonia y Montenegro, y el proceso de reconciliación desde entonces ha sido lento. La animosidad y el odio son aún profundos, particularmente entre croatas y serbios.
Para promover la cooperación y una mejor comunicación entre las nuevas naciones, los directores nacionales de las tres orquestas organizaron un programa conjunto con actuaciones en las capitales de Eslovenia, de Croacia y de Serbia.
El programa lleva el título de "Pika, Tocka, Tacka", palabras que en esloveno, croata y serbio respectivamente significan "punto final", en referencia al deseo de un término a la animosidad en los Balcanes.
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"Las orquestas nacionales confían en que pueden cooperar a pesar de nuestra historia de conflictos, y creemos que esta cooperación depende de las personas", dijo a IPS el director de la Filarmónica de Belgrado, Ivan Tasovac.
"Los cambios no pueden ser dictados desde arriba, y los políticos inteligentes han reconocido este mensaje", añadió.
La idea comenzó a ganar impulso hace dos meses, luego de un concierto de la Filarmónica de Belgrado en la costera localidad croata de Dubrovnik, el primero en 20 años, dijo Tasovac a IPS.
En 1991 y 1992, Dubrovnik fue intensamente bombardeada por las fuerzas serbias y sometida a un asedio durante seis meses.
Por eso, la orquesta serbia, en esa ocasión dirigida por el renombrado maestro indio Zubin Mehta, fue recibida en la ciudad con una ola de protestas nacionalistas croatas.
Sin embargo, la situación se calmó cuando los medios croatas elogiaron el concierto, en particular el prominente crítico musical Branimir Pofuk, en un artículo titulado: "Por qué no le temo a los violines serbios".
Pofuk dijo a IPS que "Pika, Tocka, Tacka" era "una prueba más de que los músicos estaban edificando nuevos puentes, y que los políticos solo podían seguirlos".
Por su parte, el también crítico musical Denis Derk opinó que el programa conjunto de las orquestas "ponía fin a las escaramuzas mutuas y a los prejuicios" que todavía existen en la región.
La colaboración entre los músicos "abre nuevas puertas para una cooperación cultural en esta parte de Europa".
Antes de la actuación en Dubrovnik, Mehta dijo a periodistas que el objetivo era fortalecer "la amistad y construir puentes". "El concierto representa mucho más que solo música", afirmó.
"Para demostrarlo, dejaremos nuestros corazones en el escenario de Dubrovnik", añadió.
Por su parte, Tasovac señaló que el programa "Pika, Tocka, Tacka" demostraba que el arte tenía "el poder de unir a la gente". "Los intérpretes y la audiencia se convirtieron en una familia", indicó.
"Además de esto, las tres orquestas filarmónicas nacionales comparten la misma historia de haber sido rehenes de la política", añadió.
Los gobiernos en los Balcanes han mostrado renuencia a invertir en la música clásica, aunque han destinado grandes sumas de dinero a festivales de música pop o a competiciones de bandas de instrumentos de viento.
Ante esto, la Filarmónica de Belgrado lanzó un inusual pedido al público años atrás, llamando la atención sobre la negligencia del Estado.
En un aviso con tono humorístico publicado en los periódicos, la orquesta convocó a los amantes de la música a dar su apoyo financiero.
"Una orquesta de 85 años con un rico repertorio tocará frente a su casa a un costo razonable", señalaba. "Podemos ser contratados para bodas, funerales, bautismos y cumpleaños. Tenemos vestimenta apropiada para todas las ocasiones", añadía.
El aviso logró captar la atención y la orquesta recibió más fondos del Estado, además del apoyo de la Fundación Zubin Mehta de la Filarmónica de Belgrado, que solicitó donaciones a una variedad de compañías internacionales y serbias, así como contribuciones de ciudadanos.
La Filarmónica de Belgrado también cautivó al público con su ciclo de conciertos de "Años Nuevos", que se celebra el inicio de cada año según los calendarios judío, islámico, gregoriano, juliano y chino. El repertorio está integrado por obras de compositores de todo el mundo.
Líderes de las comunidades judía, islámica, católica y ortodoxa en Belgrado asistieron a los conciertos, que han contado con grandes audiencias desde inicios de 2010.
"Creamos este ciclo de conciertos en homenaje a todos los países multiculturales y multiétnicos", indicó Tasovac. "Cuando más aprendan las personas una de otras, menos diferendos habrá en el mundo. Aunque somos una agrupación pequeña, hemos creado algo grande y somos muy ambiciosos", añadió.