La Conferencia Internacional de Paz instó a la ETA este lunes desde San Sebastián, en la norteña comunidad autónoma española de País Vasco, a que abandone definitivamente la violencia y se comprometa a ello a través de una declaración pública.
Los mediadores internacionales convocados en San Sebastián también propusieron a los gobiernos de España y de Francia aceptar un diálogo para tratar "exclusivamente las consecuencias del conflicto".
Sin embargo, analistas y dirigentes políticos españoles plantean sus dudas, basados en experiencias anteriores, respecto del fin de la violencia real por más que haya un pronunciamiento expreso de la organización vasca que usa como único método de lucha los atentados terroristas.
En la cita de este lunes participaron personalidades internacionales como Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega, Kofi Annan, ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Berthie Ahern, ex primer ministro irlandés, Pierre Joxe, exministro de Interior de Francia, y Gerry Adams, el líder del irlandés Sinn Fein.
Aunque el gobierno no estuvo formalmente representado, si participaron los dirigentes del oficialista Partido Socialista Obrero Español Carlos Totorika y Jesús Eguiguren, además de Iñigo Urkullu, del moderado Partido Nacionalista Vasco, y delegados de grupos nacionalistas vascos. El centroderechista Partido Popular (PP), la mayor fuerza de oposición se opuso a este encuentro.
La conferencia planteó a ETA que deje las armas, según una resolución en la que se cuida de definir a la organización vasca de terrorista.
Con mucha claridad habló al respecto Ahern al señalar que, "cuando el poder de reconciliación pesa más que el odio, llega la paz". Añadió que "terminar con un conflicto nunca es fácil" y que para ello, además de valentía, se debe tener la voluntad de "tomar riesgos, compromisos, generosidad y visión de hombre de estado".
También en la reunión se resolvió reclamar que se reconozca, se compense y se preste asistencia a todas las víctimas del accionar etarra. Asimismo se propone que todos "los actores políticos y no violentos" se reúnan para discutir temas que ayuden a contribuir para que finalmente se inicie "una nueva era sin conflicto".
La conferencia fue organizada por Lokarri (lo que sirve para unir), una organización social independiente y plural que se define "en lucha por la paz y la normalización de la convivencia en Euskal Herria", y el Grupo Internacional de Contacto (GIC), auspiciado por el sudafricano Brian Currin y las entidades especialistas en resolución de conflictos Berghof Foundation, Conciliation Resources, The Desmond and Leah Tutu Legacy Foundation y Noref.
El tema más criticado en España, incluso desde el socialismo gobernante, es que los mediadores hablen de "reconciliación" en un "conflicto", cuando, afirman, no ha existido un enfrentamiento entre dos o más sectores sino una actuación "marcadamente terrorista" desde hace años.
Las dudas sobre la certeza que pueda tener una declaración de paz definitiva de la ETA se fundamentan en que varias veces el gobierno español dialogó y negoció con ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence) buscando el fin de la violencia y, por lo general, esas iniciativas terminaron mal con el grupo perpetrando actos terroristas.
Así pasó en 2006, cuando representantes del gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y de ETA se reunieron en junio y julio en Ginebra, pero todo quedó en la nada tras el atentado del 30 de diciembre de ese año que destruyó la terminal cuatro del aeropuerto de Barajas, en Madrid, que dejó dos personas muertas y 20 heridas.
En ese sentido se manifestó ante IPS un miembro del gobierno vasco, que pidió no ser identificado. Siempre es posible que vuelva a ocurrir que un sector del grupo terrorista se oponga y por su cuenta retome el camino de la violencia, sin contar con lo que su dirección esté haciendo o intentado, explicó.
Es lo que sucedió en 1998, cuando el jefe político de ETA, Vicente Goikoetxea, dijo que se había decidido dejar de lado la violencia, lo cual se manifestó en la práctica con el cese de atentados y la liberación de parte de sus presos. Pero esa paz duró apenas 13 meses entre que comenzaron las negociaciones y retornó la violencia.
El gobierno de Zapatero tampoco cree en las palabras pacifistas del grupo terrorista porque, como dijo el vicepresidente primero y candidato presidencial socialista para las próximas elecciones, Alfredo Pérez Rubalcaba, "el único comunicado que valdría es uno en el que ETA declare el fin de manera irreversible y definitiva", lo cual no ha hecho todavía.
La última vez, en septiembre de 2010, un comunicado de ETA informaba que había decidido "declarar un alto el fuego permanente y de carácter general que puede ser verificado por la comunidad internacional".
Sin embargo, el gobierno y la aplastante mayoría de la oposición afirmaron que eso era insuficiente y que nada tendrá valor más que el anuncio definitivo de la violencia y la entrega de todas sus armas y explosivos.
Con mucha más dureza se pronunció ahora el Sindicato Unificado de la Policía, afirmando que la Conferencia Internacional de Paz solo puede llevar a que haya más muertes, pues hace que ETA hoy esté "más fuerte que ayer" al ser reconocida "como un agente político con el que hay que negociar".
Este sindicato pone de relieve que, después de que tanto el gobierno como el PP hayan exigido a ETA que se disuelva, no puede ser que ahora se reúnan con sus representantes para negociar.
Fuentes de los organismos policiales que combaten a ETA son poco optimistas sobre una posible autodisolución del grupo, aunque están convencidos de que está en su etapa final gracias no solo al rechazo político sino fundamentalmente a la eficacia de la represión, que lo debilitó drásticamente en los últimos cinco años.
El PP, al que todas las encuestas le vaticinan un amplio triunfo en las elecciones generales del 20 de noviembre, se opuso a la Conferencia de San Sebastián. Su vicesecretario de comunicación, Esteban González Pons, afirmó que los participantes asistieron "pensando que están en Irlanda o en Sudáfrica, pero realmente no tienen ni puñetera idea de en qué país se encuentran ni qué tipo de conflicto se vive".
González Pons subrayó que las conferencias de paz se producen "en los conflictos en los que hay dos bandos en guerra y en el País Vasco no ha faltado la paz", sino que ha sido en el conjunto de España donde "ha faltado la libertad, que es algo distinto".
El dirigente del PP pidió a los conferencistas que "dejen de enredar con la palabra paz, empiecen a hablar de libertad y pidan antes que nada que ETA se rinda, deje las armas y pida perdón", pues, "por más que venga Kofi Annan a España no se le devuelve la vida a ninguno de los asesinados".