El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto reclamó investigar de inmediato los mortales enfrentamientos del domingo por la noche en El Cairo, que dejaron por lo menos 26 muertos y más de 300 heridos, principalmente cristianos coptos.
El Consejo «encargó al gobierno formar rápidamente una comité investigador que determine qué ocurrió y tome medidas legales contra todos aquellos cuya participación se demuestre, ya sea directamente o por incitación», informó la televisión estatal.
En una reunión de emergencia celebrada este lunes, el consejo militar también reiteró que «continúa cargando con la responsabildiad nacional de proteger al pueblo luego de la revolución del 25 de enero hasta que entregue el poder a una autoridad civil elegida».
Culpó de los enfrentamientos a «los esfuerzos de algunos por destruir los pilares del Estado y sembrar el caos», y dijo que tomaría «las medidas necesarias para restablecer la seguridad».
Sherine Tadros, de Al Jazeera, dijo que el hecho de que el consejo militar haya reclamado una investigación es una buena noticia para los egipcios, «que sienten que a los militares no les interesa averiguar quién está detrás de los acontecimientos del domingo».
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Esos enfrentamientos fueron los hechos más violentos que vivió el país desde la revolución que derrocó al expresidente Hosni Mubarak (1981-2011).
La violencia estalló después de que cristianos coptos, protestando contra la destrucción de una iglesia en la sureña provincia de Aswan, fueran blanco de ataques.
Este lunes se realizaron los funerales de muchos de los fallecidos el domingo. También durante el día, varios cientos de cristianos indignados apedrearon a policías en las afueras de El Cairo, pese a que el primer ministro interino, Essam Sharaf, había llamado a la calma.
«En vez de avanzar hacia la creación de un estado moderno de principios democráticos, volvemos a buscar seguridad y estabilidad, preocupándonos de que haya manos ocultas, tanto internas como extranjeras, tratando de obstruir la voluntad de los egipcios de establecer una democracia», declaró Sharaf en la televisión pública.
Decenas de personas fueron detenidas por los incidentes del domingo. Los «instigadores del caos» fueron arrestados, señaló la agencia oficial de noticias MENA.
La Iglesia Copta de Egipto declaró tres días de duelo, pidiendo a sus fieles que ayunen y recen por la paz en el país.
«Atizando las tensiones sectarias»
Algunos atribuyeron las muertes al uso excesivo de la fuerza por parte del ejército egipcio.
Hossam Bahgat, de la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, dijo a Al Jazeera que los enfrentamientos de la noche del domingo no tuvieron precedentes.
«No hay nada como lo que vimos ayer, porque fue el ejército», señaló.
«Por primera vez (los cristianos) no son atacados por extremistas musulmanes o por las fuerzas de seguridad policial, sino por el ejército. No entendemos por qué el ejército recurrió a semejantes medidas», expresó.
«Es necesario que se realice una investigación independiente sobre los ataques. No debería hacerla el ejército», agregó.
Según Tadros, de Al Jazeera, la Iglesia Copta también emitió un comunicado declarando que los coptos no habían disparado ni una sola bala y que no habían sido los instigadores de los incidentes del domingo.
«Eso es en realidad una referencia a la continua cobertura de la televisión estatal, que toda la noche e incluso en la mañana» intentó «decirle al público general que los cristianos eran quienes estaban detrás de la violencia y quienes disparaban contra los soldados», explicó.
«De hecho, la televisión estatal estaba hablando sobre los soldados que habían muerto como mártires y manifestantes que fueron asesinados como civiles», continuó.
«Así que envió un mensaje muy potente, y se teme que esa manera de informar» por parte de la televisión pública «atice las tensiones sectarias».
Los cristianos, que constituyen alrededor de 10 por ciento de los aproximadamente 80 millones de habitantes de Egipto, salieron a las calles luego de culpar a los radicales musulmanes de demoler parcialmente la iglesia la semana pasada.
También reclamaron la destitución del gobernador provincial por no proteger el edificio.
Los coptos afirman que marchaban pacíficamente cuando unos matones los atacaron e intervino la policía militar, que usó una fuerza innecesaria, según los activistas.