Las viviendas solares construidas por universitarios en el parque National Mall, en la capital estadounidense, son una prueba de que este país puede competir con otros en materia de energías renovables, crear empleo y ganarle «al cambio climático», señaló el secretario de Energía, Steven Chu.
Las viviendas fueron diseñadas y construidas en el marco de la competencia bienal Solar Decathlon, patrocinada desde 2002 por el Departamento de Energía (DOE), en la que estudiantes universitarios deben levantar unidades accesibles, eficientes en materia energética y con un atractivo diseño arquitectónico.
Participaron 400 estudiantes en 20 equipos de distintos países y 200.000 personas visitaron las casas en una semana, estimó el DOE.
Eficiencia energética atractiva
En una de las casas, la luz entra a la cocina a través de un "muro viviente" de plantas y hierbas en estanterías. El prototipo fue construido por el equipo del Middlebury College, del estado estadounidense de Vermont.
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Inspirada en granjas de Nueva Inglaterra, la vivienda tiene ventanas al sur, tragaluces, lavadora y secadora de carga frontal, terraza de roble blanco de Vermont y muebles diseñados por los estudiantes, quienes trabajaron dos años en el proyecto reuniéndose una vez por semana para crear, financiar y construir la casa.
"Encarna el espíritu de lo que tratamos de hacer en Middlebury", dijo Alison Thompson, de estudios ambientales de la pequeña facultad de humanidades. Sin ingenieros logramos presentarnos a la competencia, dijo a IPS. "Estamos emocionados de haber llegado hasta aquí", añadió.
El equipo, conformado por estudiantes de inglés y de ciencias políticas, se abocó a la tarea a instancias de la madre de uno de ellos y obtuvieron el primer lugar en el concurso de atractivo para la comercialización.
El primer lugar en la competencia general lo obtuvo la Universidad de Maryland y, Purdue y la Universidad de Victoria, del neozelandés estado de Wellington, el segundo y tercer puesto respectivamente.
La estatal Universidad de Apalaches, ubicada en las montañas de Carolina del Norte, ganó el "premio del público" por una casa de campo solar. La estructura tiene un largo porche cubierto y un diseño inspirado en los habitantes de la escarpada región de los Apalaches
Los detractores de la energía solar y de las alternativas renovables solo tienen que mirar los prototipos construidos por universitarios para darse cuenta de que la innovación está "viva y coleando" en Estados Unidos, señaló el secretario del DOE.
La energía solar cubrirá 20 por ciento del consumo para 2050, indicó Chu. China vuelca una importante cantidad de recursos al sector, apuntó.
"Algunos dicen que Estados Unidos no puede ganar esta competencia", declaró Chu. "Arguyen que no podemos invertir en energía limpia. Yo digo que no podemos no hacerlo", remarcó.
Hechos ignorados tras el cierre de Solyndra
La bancarrota de Solyndra, una planta de fabricación de células solares de California, con una garantía de préstamo federal de 535 millones de dólares, instaló en septiembre una discusión sobre el futuro de las energías alternativas en Estados Unidos.
Los detractores citan el caso como argumento de que ya pasó el cuarto de hora del sector de energías renovables y que no merece el apoyo del gobierno.
Desde la quiebra aparecieron numerosos artículos de prensa sobre cómo diversas circunstancias contribuyeron al desenlace final. Los críticos sostienen que Estados Unidos no puede competir con China.
Pero este país exportó más de 1,7 millones de dólares en productos de energía solar a China en 2010 y tuvo un superávit comercial neto de 247 millones de dólares, indica un informe de ThinkProgress.
La industria de dispositivos de energía solar es uno de los sectores de mayor crecimiento en Estados Unidos con 5.000 empresas que emplean a 100.000 trabajadores, indicó Alexander Ochs, director del programa de energía y clima del Instituto World Watch.
Solyndra se fundió porque tomó malas decisiones en materia de inversión y sufrió las consecuencias de las fluctuaciones del precio de materias prima, no porque el sector esté en problemas.
"Se menciona a Solyndra como ejemplo de que la energía solar no funciona en Estados Unidos o que no puede competir en el mercado internacional. Con ese caso se trata de matar a toda la industria", dijo Ochs a IPS.
De hecho, la industria de energía alternativa creció 69 por ciento el año pasado, se duplicó a un ritmo mucho mayor que la de los combustibles fósiles, que creció en un porcentaje mínimo, o la energía nuclear, el único sector que registró un crecimiento negativo, indicó Ochs.
Las personas que cuestionan el apoyo estatal que recibe la energía renovable no tuvieron en cuenta el alto costo comparativo de los subsidios a los combustibles fósiles, remarcó.
El sector recibió 72.500 millones de dólares en subsidios entre 2002 y 2008, mientras que la energía renovable obtuvo 29.000 millones de dólares en el mismo periodo, de los que una importante proporción se destinó a los biocombustibles, según un estudio del Environmental Law Institute.
La industria de los combustibles fósiles recibió 557.000 millones de dólares en subsidios estatales en todo el mundo en 2009, mientras que la de la energía renovable y de biocombustibles juntas concentraron 46.000 millones de dólares, según el Banco Mundial.
Tras mencionar los subsidios directos, indirectos y de infraestructura, incluso los que figuran como costos externos de salud y ambientales, Ochs se preguntó cómo los detractores arguyen que las alternativas renovables podrían competir sin subsidios.
"Veinte años después de que comenzáramos a tomarnos en serio el cambio climático y, a la luz de los problemas económicos y de salud que conlleva el uso de combustibles fósiles, seguimos poniendo 12 veces más recursos en ellos", dijo a IPS.