Brasil sufrirá un «enorme retroceso» en su lucha contra el tabaquismo si cede a la presión de las firmas transnacionales del sector, que buscan bajar los controles y añadir aditivos químicos que den sabor al cigarrillo para estimular la venta entre los más jóvenes, advierten organizaciones sociales.
"Brasil es reconocido como un líder mundial en la lucha contra la adicción al tabaco, pero últimamente existen contradicciones dentro del gobierno al respecto y crecen las dificultades para lograr más avances en la materia", dijo a IPS la directora ejecutiva de la no gubernamental Alianza para el Control del Tabaquismo (ACT), Paula Johns.
Hace más de un año que la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) discute la regulación del aditivo en los cigarrillos, un punto incorporado a la agenda de negociación internacional según lo establecido en la Convención Marco para el Control del Tabaco, el primer tratado global de salud legalmente vinculante que Brasil ratificó en 2006.
La Anvisa abrió el año pasado a consulta ciudadana la propuesta de prohibir los aditivos en los cigarrillos. "Hasta ahora la industria tiene libertad para añadir sabores de canela, manzana, menta y hasta chocolate para que sean más atractivos a los jóvenes y adolescentes que, en general, empiezan a fumar tabaco con gustos", criticó Johns. La agencia reguladora del Ministerio de la Salud también publicó una resolución para actualizar las reglas sobre la impresión de imágenes de advertencia en los paquetes de cigarrillos y hasta directamente prohibir la exhibición de este producto en los puestos de venta.
La consulta, lanzada a fines del año pasado y cerrada el 31 de marzo, recogió sugerencias de la población y las entidades de la sociedad civil para mejorar la legislación.
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Ante esta iniciativa, "la industria del tabaco tuvo una reacción violentísima e hizo fuertes campañas en los medios de comunicación", recordó la representante de la Alianza de Control del Tabaquismo.
Para mantener el debate abierto, la agencia reguladora había marcado una audiencia pública para el 6 de este mes en Río de Janeiro, que fue suspendida por resolución judicial en respuesta a un recurso en ese sentido presentado el día anterior, narró Johns.
La acción ante la justicia es una estrategia utilizada con mucha frecuencia por parte de las empresas tabacaleras, indicó el director del Instituto Nacional del Cáncer (INCA), Luiz Antonio Santini.
El INCA, que es uno de los participantes en la creación y desarrollo de la política antitabaquista en el país hace más de 20 años, coordina la secretaría ejecutiva de la comisión responsable de la implementación de la Convención Marco para el Control del Tabaco y actúa en colaboración con la Organización Mundial de la Salud.
La audiencia pública, explicó Santini, había sido convocada para perfeccionar la actual normativa sobre publicidad y comercialización de los cigarrillos, para así prohibir el uso de personas como puestos móviles de venta, cambiar los paneles de exposición de los paquetes y separarlos de los demás productos, como las golosinas.
"Son propuestas para evitar, especialmente, el estímulo al creciente consumo de los adolescentes, destacó. "Las empresas usan varios artificios para burlar las leyes y motivar la compra de cigarrillos", añadió.
Para José Gomes Temporão, exministro de la Salud, los dos tópicos centrales de la polémica tienen que ver con el intento de los fabricantes de cigarrillo de no perder mercado y con la posibilidad de que se apruebe una ley que prohíba fumar en los lugares públicos.
"Hay muchos conflictos porque el lobby de la llamada bancada del humo en el Congreso Nacional legislativo defiende los intereses de la industria frente a un proceso político de educación y de aumentos de controles contra el tabaquismo", sostuvo ante la consulta de IPS.
"Brasil ya dio pasos importantes y estamos en condiciones de dar el próximo", argumentó Temporão, actualmente director ejecutivo del Instituto Suramericano de Gobierno en Salud de la Unión de Naciones Suramericanas.
El parlamento brasileño analiza un proyecto, que puede ser aprobado esta misma semana, para poner en vigor una Medida Provisoria (conocida como MP 540) que cambia el modelo tributario para los cigarrillos, incrementa el precio de venta e impone un valor mínimo para cada paquete.
No obstante, también se estudia una enmienda a la MP 540 para incluir medidas no relacionadas al tema tributario, como la creación de espacios exclusivos para fumadores en los sitios públicos cerrados y la reducción del margen en los paquetes de cigarrillos destinado a las advertencias sanitarias, además de agregarles aditivos y sabores.
"Esas iniciativas van en contra de lo que la Anvisa propone en la audiencia pública, por eso queremos articular voluntades políticas para que no se vote esa enmienda", dijo Johns.
En Brasil está prohibida desde 1996 la propaganda de tabaco en los medios de comunicación al igual que fumar en los sitios públicos cerrados, lo cual, según las autoridades, permitió llegar a ser hoy el país con menor consumo de cigarrillos del mundo en relación a la población y donde hay más exadictos a este hábito.
Hace 15 años, 34 por ciento de la población adulta brasileña tenía el hábito de fumar, mientras que en la actualidad esa tasa declinó hasta 16 por ciento de los 192 millones de habitantes.
Estadísticas estiman que 90 por ciento de los actuales fumadores en Brasil comenzaron a consumir antes de los 19 años y casi 200.000 personas mueren por año de enfermedades asociadas a esta adicción.
Santini recordó que el tabaco es el mayor enemigo de la salud, pues está relacionado a 90 por ciento de los cánceres de pulmón, a las molestias respiratorias crónicas, enfisema pulmonar, problemas cardíacos y vasculares, así como al cáncer de vejiga y de mama, reduciendo las expectativas de vida.
La industria del tabaco y la farmacéutica son las más poderosas del mundo, por eso es que "la lucha contra el cigarrillo es penosa, permanente y constante", afirmó el director del Instituto Nacional del Cáncer.