Las iniciativas para reducir el volumen de gases contaminantes de vida corta no han tenido un éxito rotundo, por lo cual los gobiernos y organizaciones ambientalistas exploran nuevas ideas.
El metano, el ozono troposférico (un componente del esmog) y el carbono negro (hollín) poseen una alta capacidad de polución mayor incluso que el del dióxido de carbono (CO2), con perjuicios serios sobre la salud humana y el ambiente.
"Es importante incorporar la calidad del aire a las políticas ambientales. Hay falta de capacidad, conocimiento, tecnología, financiamiento y regulaciones", dijo a IPS la coordinadora del programa de Políticas Públicas del no gubernamental Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Sandra Guzmán.
Esta organización y otras de la sociedad civil de América Latina quieren desarrollar programas para eliminar esas emisiones e incidir en las negociaciones climáticas internacionales para prestar más atención a los gases de corta duración.
Los científicos consideran que el metano, que proviene de actividades como la cría de animales, la deforestación y la basura, tiene un potencial de calentamiento global 23 veces mayor que el CO2. Mientras, el carbono negro se origina en la quema de combustibles fósiles y leña.
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"Con el manejo del ganado y los rellenos sanitarios se puede controlar el metano. Se captura el biogás y se genera electricidad", planteó a IPS Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Delegados de 22 países, el Pnuma y organizaciones no gubernamentales iniciaron esta semana en la ciudad de México negociaciones para crear un instrumento internacional que encare los "forzantes" climáticos de vida corta, que proseguirán el mes próximo en Bangladesh.
El informe de 2011 "Evaluación integrada de carbono negro y ozono troposférico: resumen para tomadores de decisión", elaborado por el Pnuma y la Organización Meteorológica Mundial, señala que "una pequeña cantidad de medidas de reducción de emisiones de carbono negro y precursores del ozono podrían empezar inmediatamente a proteger el clima, la salud pública, el agua, la seguridad alimentaria y los ecosistemas".
Esas acciones, que evitarían cada año 2,4 millones de muertes prematuras de personas y la pérdida de 52 millones de toneladas de maíz, arroz, soja y trigo en el mundo, incluyen la recuperación de metano de la extracción de carbón, petróleo y gas y el transporte, su captura mediante la gestión de desechos, el uso de estufas ecológicas, filtros para motores diésel y la quema de desechos agrícolas.
El metano es uno de los seis gases contaminantes cubiertos por el Protocolo de Kyoto, en vigor desde 2005 y que fenecerá en 2012, que obliga a las naciones industrializadas que lo ratificaron a contraer las emanaciones a un volumen 5,2 por ciento inferior a las que se registraban en 1990.
El Protocolo también establece el Mecanismo de Desarrollo Limpio, mediante el cual las naciones industrializadas invierten en proyectos para disminuir las emisiones contaminantes en los países en desarrollo a fin de compensar las que no lograron reducir en su propio territorio.
Así, los países del Norte industrializado obtienen los llamados Certificados de Reducción de Emisiones de Carbono, que contabilizan a su favor como si estuvieran acortando su propia contaminación climática.
El MDL tiene más de 2.500 proyectos operativos, 483 de los cuales provienen de América Latina y el Caribe. México posee 124, de los cuales nueve se basan en la captura de metano en depósitos de basura.
Pero las posibilidades de las granjas bovinas y de porcinos y de los rellenos aún están lejos de materializarse, puesto que el proceso de registro ante el MDL es caro, prolongado y sin garantía de éxito.
"Para los pequeños y medianos productores, es mejor opción producir biogás, generar electricidad y usar calentadores con ese combustible", indicó a IPS Alexander Eaton, director del Proyecto de Biogás de la oficina mexicana del Instituto Internacional de Recursos Renovables (IRRI).
Desde 2005, el IRRI trabaja en la promoción de biodigestores en fincas bovinas y de porcinos en naciones latinoamericanas para generar biogás y biofertilizantes a partir de las excretas animales.
En México operan al menos 360 biodigestores, con una cifra similar en construcción.
Dos reses o seis cerdos generan tres kilogramos diarios de residuos sólidos volátiles, los cuales pueden derivar en un metro cúbico de biogás por día, detallan los expertos. Esa cifra significa dejar de consumir 2,2 kilovatios/hora o 0,5 kilogramos de gas licuado de petróleo, un ahorro anual de unos 750 dólares anuales, según las proyecciones del IRRI.
"Pese a la oportunidad para capturar y reducir el metano, se ha desaprovechado. Por eso, hacerlo es fundamental", planteó Guzmán.
México emite unas 709 millones de toneladas de CO2 por año, de las cuales el metano representa 10 por ciento, acorde con el Pnuma. Para 2012, el gobierno mexicano espera haber instalado 600.000 estufas de bajo consumo de leña.
En este país latinoamericano se tiran anualmente unos 43 millones de toneladas de basura. La Secretaría (ministerio) de Energía calcula que México podría generar unos 3.000 megavatios con biogás, en su mayoría de desechos.
En los últimos años surgieron varias iniciativas para afrontar los gases de vida corta, como la Iniciativa Global del Metano (MGI por sus siglas inglesas), lanzada por México y Washington en octubre de 2010, y el Consejo para la Reducción del Carbono Negro, promovido por el estadounidense Instituto del Clima.
La MGI, que involucra a 38 gobiernos y entes internacionales, apoya unos 300 proyectos que, concretizados, evitarían cada año 60 millones de toneladas de CO2. En México respalda tres ideas vinculadas con captura de metano en rellenos sanitarios.
Durante los próximos cinco años, el Consejo busca la inclusión de estrategias en al menos 40 planes climáticos nacionales o regionales, metas de reducción de emisiones en las negociaciones internacionales de la ONU y estándares internacionales ligados al tema.
"La pregunta central es si puede el precio del metano ser más atractivo que el CO2", precisó Steiner.