Con el beneplácito de empresarios, la nominación de la ministra Nathalie Cely para cubrir la vacante de la representación de Ecuador ante el gobierno de Estados Unidos parece transitar por camino seguro y, con ello, concretar la normalización de las relaciones entre ambos países.
El director ejecutivo de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana, Cristian Espinosa, dijo a IPS dijo que Cely, actual responsable de la cartera de Coordinación de la Productividad, Empleo y Competitividad, es una muy buena candidata por su formación, experiencia y las buenas relaciones que ha mantenido con el sector empresarial.
"Que se le haya escogido a ella es una muy buena señal, pues parecería indicar que el presidente Rafael Correa quiere proyectar relaciones comerciales más dinámicas y atraer la inversión de Estados Unidos", añadió.
Recordó que Cely, aparte del embajador Luis Gallegos que fue retirado, fue la principal figura negociadora del actual gobierno de Correa con Washington, "donde ha estado en repetidas ocasiones haciendo gestiones en diversidad de campos".
Entre esas gestionas se cuenta las de renovación de las Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas, "que no habían preocupado a casi nadie más en el gabinete ministerial".
Por eso mismo, Espinosa advirtió que "a todos nos preocupa un poco quién se queda en el ministerio (en lugar de Cely), sobre todo porque la fuerte corriente ideológica que hay en el gobierno".
El anuncio de la designación de Cely para ocupar el cargo de embajadora en Estados Unidos, hecho por Correa el sábado en su habitual cadena de radio y televisión al país, tuvo la virtud, además, de finalmente confirmar de manera oficial la vuelta a la normalidad de las relaciones diplomática entre ambos países.
"A Estados Unidos vamos a mandar a una querida amiga, nuestra ministra de la Producción, Natalie Cely", dijo el mandatario sin dar mayores detalles.
Que aún no está dado el beneplácito de estilo por parte de Washington lo confirmó la propia ministra el domingo por la noche en su cuenta de Facebook.
Un diplomático ecuatoriano en ejercicio que no quiso identificarse dijo que el anuncio de Correa es una "nueva metida de pata", pues "no guarda las formas e improvisa por falta de conocimiento de estos temas". Con todo, otra fuente diplomática dijo a IPS que "la iniciativa vino del lado estadounidense".
Según esta fuente, Washington pidió el beneplácito para un embajador de ese país y Quito se lo concedió. El tema, añadió, se guarda en absoluta reserva, pues debe pasar por su confirmación en el Senado del país del norte, en especial por la Comisión de Relaciones Exteriores, que debe realizar una audiencia pública.
"La audiencia es muy delicada, pues ya se sabe lo que pasó con Larry Palmer, el designado embajador en Venezuela, quien, a pesar de su cautela contestó preguntas en esa instancia de una manera que disgustó al presidente del país de destino, Hugo Chávez, quien finalmente le retiró el beneplácito que ya le había concedido", precisó.
Palmer fue encargado de negocios de Estados Unidos en Ecuador entre 1999 y 2002. Tras retirarle Venezuela su visto bueno, Washington, como represalia, canceló la visa al embajador de Caracas.
Las relaciones entre Ecuador y Estados Unidos se mantienen a nivel de encargados de negocios desde el 5 de abril, cuando el gobierno de Correa declaró persona no grata a la embajadora de Heather Hodges por su negativa a desmentir o confirmar un cable de noviembre de 2009, filtrado por Wikileaks.
En ese envío de 2009, supuestamente firmado por Hodges, ésta aseguraba la existencia de varios casos de corrupción en la policía ecuatoriana y que Correa había nombrado jefe de esa fuerza al general Jaime Hurtado a sabiendas de que era responsable de este tipo de delitos.
Adoptando la posición generalizada de la diplomacia estadounidense respecto de las filtraciones de Wikileaks, la entonces embajadora respondió al canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, que la citó en su despacho, que "no tenía ningún comentario que hacer ante un material obtenido ilegalmente".
La resolución de declararla persona no grata se tomó de inmediato. Dos días después Washington también declaró de igual forma al embajador ecuatoriano Gallegos.
Espinosa recordó que, precisamente, Cely mantuvo difíciles relaciones con Patiño, "ubicado mucho más a la izquierda". "Ahora será su jefe".
A Cely la ubican los observadores como pragmática y la única integrante del gabinete ministerial del gobierno izquierdista de Correa que logró tender puentes con los empresarios.
Originaria de Guayaquil, esta economista obtuvo una maestría en Administración Pública en la estadounidense Universidad de Harvard, donde trabajó como investigadora asociada de su Centro de Desarrollo Económico. Fue directora ejecutiva del Consejo Nacional de Modernización en la presidencia del democristiano Jamil Mahuad, derrocado en 2000 tras dos años de mandato.
Por los tiempos que se toma Washington para dar un beneplácito, el traslado de Cely a la capital de la potencia del norte se dará solo en noviembre.
Esto coincidiría con lo que, de manera más críptica, había anunciado el ministro Patiño el jueves pasado: "Espero que para Navidad tengamos ya buenas noticias sobre intercambio de embajadores con Estados Unidos".
La primera reacción de Cely, poco después del anuncio de Correa, fue más bien un anticlímax: "Recibo el nuevo reto con la esperanza de poder ahora dedicarle más tiempo a mi familia", escribió.
La embajada estadounidense en Quito no se pronunció sobre el nombramiento y este lunes permaneció cerrada por tratarse de la celebración del Día del Trabajo en ese país.
En la misma cadena sabatina, Correa anunció otro nombramiento diplomático: el de la legisladora oficialista Aminta Buenaño como nueva embajadora en España para reemplazar a Galo Chiriboga, quien regresó al país en julio para posesionarse como Fiscal General del Estado,
Buenaño anunció en Twitter que trabajará por los emigrados ecuatorianos en España, que se calculan en un millón.
Se trata de otro nombramiento para el que aún no hay el beneplácito del gobierno extranjero.
Las dos candidatas a embajadoras dijeron que continuarán desempeñando sus cargos hasta ser nombradas oficialmente.
La propia Cely indicó por Facebook que en el ministerio aún a su cargo habrá una transición ordenada y que quienquiera que la sustituya continuará con la agenda de transformación productiva, proyecto bandera de su cartera, que se concreta en agendas por provincias y por sectores de la producción.