Los más de 30 ataques piratas registrados este año en alta mar en la región de África occidental llevó a los gobiernos a convocar una reunión en Cotonou, Benin, en octubre para intercambiar información que permita contener el flagelo.
Los dueños de las embarcaciones denunciaron los incidentes en el Centro de Información sobre Piratería de la Oficina Internacional Marítima y subrayaron la creciente amenaza a la navegación en esta región petrolera.
Entre los últimos ataques se cuenta el secuestro del petrolero español Mattheos I con 23 personas a bordo, a la altura de Togo. Diez días después, los propietarios declararon a la prensa que el buque y la tripulación habían sido liberados sin pagar rescate, pero la compañía informó que los piratas habían robado parte del gasóleo.
Los gobiernos de los países de África occidental están preocupados por el aumento de ataques contra cargueros y buscan combinar sus limitados recursos mediante acciones concertadas, como las últimas patrullas conjuntas realizadas en el golfo de Guinea.
"Pero no queremos limitarnos a patrullas conjuntas entre Benin y Nigeria. Pronto las ampliaremos para incluir naves togolesas y ghanesas", dijo a IPS el comandante Maxime Ahoyo, jefe de Estado Mayor de la Marina de Benin.
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"Si nos hacemos cargo del problema en aguas territoriales de Benin, pero por ejemplo, Togo no toma las medidas de precaución necesarias y no colaboramos con las autoridades togolesas y las de otros países, el fenómeno, que tiene largos tentáculos, no hará más que propagarse", añadió.
Consecuencias económicas
El presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, James Victor Gbeho, pidió que se ampliaran las medidas contra la piratería de modo de incluir a todos los estados costeros.
"Los buques de nuestros estados costeros deben combinar permanentemente sus operaciones", dijo Gbeho a IPS, quien dijo estar convencido de que el problema de la piratería debe atenderse de forma integral. "El fenómenos se vuelve preocupante y podría tener consecuencias económicas para nuestros países. Por eso actuaremos con firmeza", añadió.
La piratería ya hizo que las aseguradoras marítimas de Londres colocaran a Benin en la lista de zonas de alto riesgo para el transporte por mar. El sector, representado por Lloyds Market Association, reclama cuotas más altas para cubrir los barcos que navegan por la región.
Con seguridad, la situación tenga repercusiones sobre los ingresos en los puertos regionales así como sobre el costo de los productos de consumo, señaló Bénetti Gagalo, secretario general ajunto de la Asociación de Consumidores Togoleses.
Asistencia externa
La urgencia de la situación llevó a los gobiernos regionales a solicitar apoyo de Francia y Estados Unidos, y ambos despacharon barcos a la zona.
La fragata francesa Germinal ya realiza tareas de patrullaje a lo largo de la costa de Benin, Togo y Ghana para tratar de neutralizar a los piratas y capacitar al personal portuario de los tres países.
"Recibimos a los marinos quienes participaron en todos los ejercicios de seguridad y patrullas que realizamos para prevenir actos de piratería. Además nos ayudaron con su conocimiento minucioso del área de operaciones", dijo a IPS el capitán del buque francés Sébastien Chatelin.
También está en el golfo de Guinea el navío estadounidense HSV Swift que capacita marinos benineses, togoleses y ghaneses en el marco del programa de cooperación militar Africa Partnership Station (APS).
"Nuestra misión es entrenar a nuestros socios africanos en materia de seguridad y precaución", explicó el capitán del buque estadounidense Rhett S. Mann.
"El programa APS nos permitirá trabajar haciendo frente a los problemas que afectan a nuestras áreas costeras", añadió el oficial ghanés Sam Nkruma.
Su colega beninés, Christian Oussa, agradeció el entrenamiento recibido a bordo de los buques.
"Podremos hacer frente a los piratas y a varios traficantes en mar abierto. Aprendimos a abordar barcos sospechosos para inspeccionarlos", detalló.