Durante el último año y medio, el área tripartita de libre comercio dominó la agenda económica de África austral y oriental, pero no se sabe si impulsará la integración regional o profundizará las desigualdades existentes entre sus estados miembro.
El área tripartita, que conectará a las Comunidades Económicas Regionales de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), el Mercado Común de África Oriental y Austral (Comesa) y la Comunidad Africana Oriental (EAC), abarcará a 26 países con unos 578 millones de consumidores y un producto interno bruto combinado de 853.000 millones de dólares.
Las negociaciones se lanzaron en junio en Sudáfrica y los dirigentes quieren que la primera fase del libre mercado entre Ciudad del Cabo y El Cairo se haga realidad en un plazo de 36 meses. Esta fase tiene que ver con el comercio de bienes y se centra en la liberalización de aranceles, el desarrollo de infraestructura, las barreras no arancelarias, el movimiento del empresariado y las normas de origen.
"Probablemente el calendario sea poco realista, en vista de que el mandato negociador está guiado por lo estados miembro de las diferentes Comunidades Económicas Regionales", dijo Ndiitah Robiati, del Foro de Comercio Agrícola, en Windhoek.
Se refirió así al lento avance en materia de integración económica en la SADC y en la Comesa, cuyos estados miembro no han implementado acuerdos sobre liberalización arancelaria.
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Oficialmente, el acuerdo tripartito de libre comercio es la panacea para superponer la membresía de diferentes Comunidades Económicas Regionales, y un paso importante en la implementación del Tratado de Abuja (1991), que exige una unión monetaria africana para 2023.
Pero un bloque monetario único, o incluso una unión aduanera, puede ser lo último que tenga en mente Sudáfrica, que está firmemente determinada a concretar el acuerdo tripartito de libre comercio.
"Sudáfrica tiene la base industrial, pero enfrenta el problema de hacer que sus habitantes y productos ingresen al continente, especialmente a los grandes mercados de África oriental", señaló Paul Kruger, investigador del Trade Law Centre for Southern Africa (Centro de Derecho Comercial para África Austral, Tralac por sus siglas en inglés).
Varios economistas destacan que grandes países como Sudáfrica y Egipto serán los más beneficiados por el acuerdo tripartito. "En el corto plazo, la mayoría de los países no se beneficiarán en cuanto a un aumento del comercio entre los estados miembro, concluyó nuestra investigación. Los actores dominantes se beneficiarán porque están mejor posicionados", dijo Taku Fundira, de Tralac.
"En África austral solamente se beneficiarán Sudáfrica y Mozambique. En el caso de Sudáfrica, esto se debe al avanzado estado de su economía y a su base industrial existente, que le da un margen sobre otros países. Mozambique todavía está creciendo e implementando las políticas correctas para atraer inversiones. Ambos países se beneficiarán de la liberalización en los sectores agrícolas, dado que son grandes productores de azúcar", agregó.
Pero los expertos en comercio advierten que el torpe proceso de integración económica en la SADC, con una unión aduanera cuya concreción se retrasa y con países que no implementan las disposiciones de un acuerdo de libre comercio de 2008, genera dudas sobre el área tripartita.
"Sin dudas hay desafíos. Los problemas más pequeños que se manifiestan en las Comunidades Económicas Regionales pueden multiplicarse en el área tripartita de libre comercio. Pero los estados también aprendieron en base a la experiencia. Las normas de origen, por ejemplo, no deberían ser un obstáculo sino un facilitador del comercio", dijo Fundira.
Las normas de origen son una manera de proteger productos y sectores industriales. Los países las usan para excluir a terceras partes de acuerdos preferenciales de comercio. Un ejemplo sería impedir que un producto chino reembalado en Sudáfrica se abriera paso hacia la Unión Europea (UE) en el marco del Acuerdo de Comercio, Desarrollo y Cooperación de ese bloque.
De modo similar, los países que listan algunos productos como delicados no deberían obstaculizar el proceso, planteó Fundira.
"La definición de delicado actualmente es bastante amplia. Como la mayoría de los países de la región producen las mismas cosas, listar unas pocas líneas arancelarias como delicadas restringe inmediatamente el comercio. Entonces el proceso pierde todo sentido. En las negociaciones por el área tripartita este tema es abordado con más cautela", sostuvo.
Todavía no está claro cómo se reconciliarán las ambiciones del área tripartita con las de las Comunidades Económicas Regionales. EAC y Comesa son uniones aduaneras, mientras que la SADC anunció hace dos semanas que todavía se propone crear una unión aduanera y monetaria.
"Será interesante ver cómo converge la unión aduanera de la SADC con el área tripartita de libre comercio", dijo Kruger.
"La situación actual en la Comesa, que tiene una unión aduanera sin arancel externo común, indica que será imposible que la SADC concrete su ambición de una unión aduanera", añadió.
Esto puede estar bien para Sudáfrica, a la que ya causa dolor de cabeza el hecho de pertenecer a la Unión Aduanera de África Austral (SACU). A través de la misma, Sudáfrica aporta fondos a los otros cuatro miembros.
Ese dinero deaparece en los presupuestos de estos países, en vez de gastarse en construir infraestructura que permita a Sudáfrica ampliar sus mercados.
Los esfuerzos de Sudáfrica están sufriendo un viraje, pasando de una integración económica más profunda a una liberalización de los mercados, dijo Robiati.
"Desde el punto de vista técnico, probablemente podría prescindir de entidades como la SACU", observó.
Lo que algunos analistas describen como un nuevo imperialismo sudafricano es señalado por otros como una alternativa más realista a los ideales de unidad económica perseguidos hasta ahora.
"Sudáfrica no se ha permitido a sí misma quedar rezagada por las barreras comerciales", dijo. "Las empresas sudafricanas han asumido riesgos y eso dio su recompensa".
En síntesis, Sudáfrica tiene una visión económica. "Afuera de Sudáfrica no se implementan políticas industriales. ¿Cómo pueden los países suscribir acuerdos comerciales cuando esencialmente no saben lo que quieren?", preguntó Robiati.