La agitación en los mercados de Estados Unidos y Europa, ante la desaceleración del crecimiento de sus economías y el riesgo de una nueva recesión, todavía no alcanza a los exportadores de petróleo, que mantienen su ritmo de producción y ventas.
"Si la oferta y demanda no se desplomaron cuando en 2008 el barril de crudo de 159 litros se cotizó a 35 dólares, semanas después de haberse vendido a 140, no hay razón para abatirse ahora con fluctuaciones de 20 dólares", señaló a IPS el experto Heliodoro Quintero, ex gobernador de Venezuela ante la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
El ministerio de Energía de Venezuela informó que la OPEP vendió su cesta de 12 crudos a un promedio de 111,13 dólares por barril en la primera semana de agosto, pero en la segunda bajó 8,79 dólares.
"Lo que se observa son los movimientos propios del mercado, agitado por las crisis de finanzas en algunos Estados industrializados, pero el impacto hasta ahora es apenas fiscal para los exportadores, sin mayores afectaciones de la demanda", dijo Quintero.
La OPEP, en un informe del 9 de este mes, ajustó muy levemente su estimado de demanda mundial de petróleo para 2011, situándola en 88,1 millones de barriles, frente a su anterior previsión de 88,2 millones de unidades.
Esa cifra significa un incremento de 1,2 millones de barriles sobre el consumo de 2010. Para el año próximo, la OPEP estima la demanda en 89,4 millones de barriles.
El bloque integrado por Angola, Arabia Saudita, Argelia, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Iraq, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela produce unos 30 millones de barriles diarios y son suyos casi dos de cada tres barriles de petróleo que cruzan las fronteras internacionales.
También la Agencia Internacional de Energía (AIE), de países consumidores industrializados, estimó que la demanda para lo que resta de 2011 puede reducirse en 100.000 barriles diarios, a 89,5 millones de unidades, y mantiene que en 2012 estará entre 91,1 y 91,7 millones de unidades, dependiendo de la evolución de la actual crisis.
Por esa mayor demanda esperada, los socios de la OPEP aún no se inquietan, porque bombean petróleo casi a plena capacidad, con excepción de Arabia Saudita, que tiene una producción cerrada de más de dos millones de barriles y se ha hecho cargo del vacío en el mercado causado por la caída en la producción de Libia, inmersa en un conflicto armado interno y atacada por potencias del Norte.
Con la colocación de volúmenes crecientes a precios como en lo que va de año (107 dólares el barril) para su cesta de 12 crudos, la OPEP obtendría en 2011 más de un billón (millón de millones) de dólares, superando la marca de 2008, cuando el barril llegó a valer hasta 147 dólares y con ello permitió sumar 966.000 millones, según estudios de la AIE.
Sin embargo, el gobernador de Irán ante la OPEP, Mohammad Jatibi, advirtió que, "si los precios bajan a un nivel preocupante, existe la posibilidad de convocar una reunión de emergencia" de la organización, antes de la programada para diciembre.
Jatibi recordó que para algunos socios de la OPEP es aceptable un precio de entre 80 y 90 dólares por barril, como sería el caso de Arabia Saudita, según estudios de la firma estadounidense Merryll Lynch, pero otros requieren 100 dólares para su barril de crudo, como admite Venezuela.
Las caídas pronunciadas de precios en el pasado llevaron a la OPEP a recortar su oferta, como hizo al desinflarse la burbuja de precios de 2008 en Estados Unidos, pero cuando los precios trepan y la organización pretendió incrementar la producción para contenerlos han estallado diferencias entre sus "halcones" y "palomas".
Los primeros están encabezados por Irán, segundo productor del bloque, y por Venezuela, constantemente partidarios de precios elevados para sus hidrocarburos, mientras que los segundos son otros productores del Golfo, liderados por Arabia Saudita, inclinados a contener los precios para facilitar el crecimiento económico de Occidente.
La relativa tranquilidad en los mercados petroleros también se relaciona en los altos niveles de inventarios acumulados en los países industrializados, estimados por la AIE en junio en 2.678 millones de barriles, la cota más alta en cinco años y suficientes para garantizar 58 días de consumo, siete por encima de su umbral de alerta.
Adicionalmente, cuando los precios escalaron hacia los 120 dólares por barril en abril y mayo el crudo Brent del Mar del Norte, referente europeo, superó esa cota— Estados Unidos decidió vender una porción de sus reservas estratégicas (distintas de las comerciales) para contribuir a deprimir los precios.
La búsqueda de equilibrio se patentizó este mes, con descenso de precios al recibirse señales de desconfianza y pesimismo por parte de los consumidores en Estados Unidos y previsiones de recortes de gastos en Europa, para a continuación recuperarse los valores al llegar datos de que aún así aumenta el consumo en este verano boreal.
En los días por venir podrían agregarse otros elementos, como la posibilidad de que sobre áreas de producción y refinado en el Golfo de México avancen en forma de ciclones tres sistemas de baja presión que rastrea en el océano Atlántico el Cantro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.