MÉXICO: Juegos que matan

Expertos y activistas llamaron a reinstaurar la prohibición de las casas de juegos de azar en México, por fomentar esta adicción y sus posibles nexos con el crimen organizado. El debate al respecto se reanimó luego de que un comando incendió el Casino Royale, en Monterrey, matando al menos a 52 personas.

"Sería muy prudente cerrarlos, pues están trayendo graves casos de corrupción. Es un problema social sumamente grave. Los casinos promueven la adicción", señaló a IPS Carlos del Moral, ex jugador y fundador del Centro de Atención de Ludopatía y Crecimiento Integral (Calci).

Al casino incendiado la tarde del jueves en la capital del nororiental estado de Nuevo León, a unos 900 kilómetros de la ciudad de México, se le había revocado en 2007 la habilitación que tenía desde 1992. Sin embargo, operaba con un amparo judicial, al igual que otros 11 centros de apuestas en esa misma ciudad, la tercera en importancia del país.

La masacre llevó al presidente de México, el conservador Felipe Calderón, a decretar tres días de duelo nacional, a partir del jueves, y a emitir duras críticas contra el gobierno de Estados Unidos, al que le reclamó implementar políticas efectivas para reducir el consumo de drogas y la venta de armas a las mafias de su país.

Aunque todavía no se conocen las razones del ataque perpetrado por un grupo armado de ocho o nueve personas, las autoridades presumen que puede tratarse de una represalia por falta de pago del casino a alguna de las mafias del narcotráfico que operan en la zona.
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Los cárteles del Golfo y de Los Zetas, dos de las agrupaciones delictivas más poderosas de México, se disputan Nuevo León, un territorio clave en la distribución de drogas ilegales hacia el jugoso mercado estadounidense y donde funcionan 57 centros de apuestas.

Y los casinos, que son blanco habituales de asaltos y extorsiones, podrían ser un canal para lavar el dinero proveniente del comercio ilegal de drogas.

Cuando asumió en diciembre de 2006, el gobierno del Partido Acción Nacional mandó a las calles al ejército para combatir a los narcotraficantes. Desde esa fecha, más de 50.000 personas murieron violentamente en incidentes asociados a la actividad delictiva, según un recuento del semanario Zeta, de la noroccidental ciudad de Tijuana.

La Asociación de Permisionarios de Juegos y Sorteos, que agrupa a las empresas que administran casas de juegos de azar, no respondió a la consulta de IPS.

La adicción siempre gana

En 1938, el entonces presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) prohibió los centros de juego, por considerarlos proclives a actividades corruptas. Pero el gobierno de Vicente Fox (2000-2006) reabrió las salas para beneplácito de los apostadores en 2005, para congraciarse, según analistas, con la cadena de televisión privada Televisa, que había pedido aval para abrir más de 125 casinos.

Este sector, que reportó ingresos en 2009 por 890 millones de dólares, está regido por la Ley Federal de Juegos y Sorteos de 1947.

"Los casinos han fomentado la adicción. El problema es que el gobierno suelta concesiones sin una legislación apropiada. No se ha advertido sobre los problemas que puede generar, no hay sentido de responsabilidad social, como la información sobre consumo de tabaco o alcohol", señaló el ex apostador Javier González a IPS.

González fundó en 2007 el Centro de Tratamiento para el Juego Compulsivo "Samadhi" (concepto hindú alusivo a un estado de contemplación), en la norteña ciudad de Chihuahua, fronteriza con Estados Unidos y en el cual ya atendió a 192 personas.

La Secretaría (ministerio) de Gobernación extendió 552 permisos para casinos, aunque sólo operan 305, sumando más de 70.000 terminales electrónicas y unos 2.000 juegos diferentes instalados. Pero podría haber en operación hasta 500 lugares irregulares, según datos del Congreso legislativo.

En México, con 112 millones de habitantes, hay más de dos millones de adictos a los juegos de azar, según las organizaciones dedicadas a tratar la ludopatía. Empero, esa afición excesiva no es considerada un problema de salud pública.

La Asociación Estadounidense de Psiquiatras define la ludopatía como una conducta de juego inadaptada y persistente que altera la vida personal, familiar y profesional de quienes la padecen. Desde 1992, la Organización Mundial de la Salud la considera una enfermedad.

Datos del Calci indican que sólo siete de cada 100 jugadores ganan, las máquinas apenas devuelven premios equivalentes a siete por ciento del total de los ingresos y al menos 35 por ciento de los apostadores cometió actos ilícitos para satisfacer su afición.

"No hay nadie en el gobierno que esté trabajando contra la ludopatía. Y ahora están los sitios de juego por Internet, que agudizaron la enfermedad", enfatizó Del Moral, quien abandonó los envites en 2002 con la creación del ente "Jugadores en recuperación" y es autor de los libros "Juegos de azar" y "Bingo".

La línea de atención del Consejo Nacional contra las Adicciones remite a los interesados a las organizaciones que trabajan la enfermedad.

En Nuevo León surgió este año el Comité de Atención a las Adicciones Naturales, que reúne al gobierno estadual, organizaciones sociales y académicas, para prevenir la compulsión y fortalecer la terapia. El ataque al Casino Royal le da a esa instancia la oportunidad de aumentar su incidencia.

"La respuesta del gobierno del estado ha sido nula. Son necesarias campañas de información. Se podría involucrar a la sociedad civil en la prevención", propuso González, quien luego de un tratamiento en Estados Unidos estableció un club de jugadores anónimos.

La ciberautopista se convirtió en una nueva herramienta para la práctica de los juegos de azar, sin virtualmente ninguna regulación. En abril, el gobierno de Estados Unidos puso en marcha un proceso penal en contra de tres sitios web de póquer, bajo los cargos de fraude, evasión fiscal y lavado de dinero.

Mientras, en México operan al menos siete páginas libres de cualquier normativa.

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