Una nueva iniciativa en el Congreso legislativo de Estados Unidos para sancionar al Banco Central de Irán busca reducir las ganancias petroleras de ese país asiático, pero podría terminar siendo un tiro por la culata y dañar la economía mundial.
El martes, el periódico estadounidense The Wall Street Journal divulgó una carta a la Casa Blanca firmada por 92 senadores instando al presidente Barack Obama a que adoptara restricciones a las actividades de esa institución iraní como parte de una estrategia para "paralizar" a Teherán.
Una copia de la misiva, obtenida este jueves por IPS, indica que el Banco "se ubica en el centro" de los esfuerzos de Irán para eludir las sanciones que ya han sido impuestas por Estados Unidos y otros países.
Limitar las actividades del Banco Central obstaculizaría aun más a Teherán en sus intentos de obtener capital para sus exportaciones de petróleo.
Expertos dijeron a IPS que la intención no era limitar las ventas petroleras de Teherán, lo que podría causar un aumento en los precios mundiales y en última instancia ayudaría a la economía iraní, dependiente del crudo, sino dificultar su comercio en general.
"Si esto sigue así, los grandes compradores del petróleo podrán estrujar a Irán", dijo Kevan Harris, sociólogo en la Universidad Johns Hopkins y dedicado a estudiar la economía de ese país asiático.
"Se trata de mover el mercado para tener menos compradores" del petróleo iraní, añadió por su parte Mark Dubowit, director del Proyecto de Energía de Irán en la Fundación para la Defensa de las Democracias, centro de estudios con sede en Washington que provee información a funcionarios del Congreso para elaborar las sanciones.
Dubowitz señaló que personalmente prefería, en vez de prohibir los negocios con el Banco Central iraní, impedir ciertas transacciones que según él facilitaban el programa de desarrollo nuclear de Teherán y apoyaban el terrorismo.
Además, llamó al Senado a iniciar una "negociación" con el gobierno de Obama para adoptar más sanciones contra la República Islámica.
La administración indicó en junio que no procuraba una nueva legislación con más castigos contra Irán y prefería limitarse a las medidas ya en vigor. De todas formas, la Casa Blanca puede adoptar sanciones mediante una orden ejecutiva.
El senador Mark Kirk, del opositor Partido Republicano y uno de los principales impulsores de la carta, dijo a The Wall Street Journal que presentaría un proyecto de ley para sancionar al Banco Central iraní si el gobierno de Obama no actuaba para fines de este año.
"La administración se enfrentará a la alternativa de liderar este esfuerzo o verse obligada a actuar", afirmó el legislador.
La iniciativa se produce cuando se hacen más fuertes las voces de los "halcones" (ala más belicista en Washington), cuestionando las actuales sanciones y sugiriendo que la vía militar podría ser necesaria para detener los progresos de Irán en su programa atómico.
La administración de Obama no ha descartado la "opción militar", aun cuando subraya que prefiere las sanciones económicas.
La carta del Senado, que también contó con el fuerte apoyo de Chuck Schumer, del gobernante Partido Demócrata, fue aplaudida por el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense Israelí, influyente grupo de presión judío que considera una prioridad detener el plan nuclear iraní.
En conferencia de prensa, el grupo señaló: "Instamos a la administración a que atienda el llamado de los Senadores a sancionar al Banco Central de Irán que es lo que mantiene en contacto a Teherán con el sistema financiero internacional".
"Sancionarlo sería un golpe clave contra el régimen que limitaría severamente su capacidad de llevar adelante un comercio internacional y de financiar actividades ilegales", añadió.
IPS no pudo contactar este jueves a representantes del grupo para ampliar su declaración.
Pero sancionar al Banco Central terminaría por afectar a la población iraní, algo que el gobierno de Obama ha dicho quiere evitar, y socavaría el creciente consenso internacional contra el programa atómico.
También podría disparar los precios del petróleo en un momento en que la economía global tambalea al borde de una segunda recesión.
"Expertos en derecho internacional consideran que esto equivale a una declaración de guerra", dijo Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Iraní-Estadounidense.
Por su parte, Harris coincidió en que sancionar al Banco podría derivar en una "guerra económica".