UGANDA: Pocos anticonceptivos y muchos embarazos

Durante las semanas en que estuvo agotado el anticonceptivo inyectable que recibía mensualmente, la ugandesa Bernadette Asiimwe, madre de cuatro hijos, quedó embarazada otra vez.

La mujer obtenía la medicación en centros de salud del gobierno en el occidente de Uganda.

Cuando Assiimwe decidió pagar por el anticonceptivo y fue a Reproductive Health Uganda, una asociación que promueve la planificación familiar, ya tenía cuatro semanas de gestación.

Su caso no es el único. En la misma zona, muchas madres tienen embarazos no deseados debido a la escasez de contraceptivos en los centros de salud pública. Uno de los más usados es la inyección anticonceptiva Depo-Provera.

Donata Muhereza, consejera de Reproductive Health Uganda (Salud Reproductiva Uganda) en la sudoccidental localidad de Mbarara, dijo a IPS que el inyectable mensual que se administraba Assiimwe es popular porque a las mujeres rurales les resulta más fácil de usar que las píldoras. Y también lo prefieren porque pueden cuidarse sin que sus esposos lo sepan, sostuvo.
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"Las madres vienen aquí mucho después de no hallar sus inyecciones en los hospitales del gobierno. Cuando les hacemos análisis nos enteramos de que están embarazadas y no podemos darles ningún anticonceptivo. Así que las orientamos y las dejamos irse a su casa", explicó Muhereza.

Cuando las mujeres quedan embarazadas sin buscarlo, son víctimas de la violencia de sus esposos, señaló.

A veces "el marido sabe que su esposa utilizaba un método anticonceptivo" y "se vuelve hostil" al enterarse del embarazo, entonces abusa de ella, dijo.

"A largo plazo, cuando una madre no recibe la orientación adecuada, recurre a abortos clandestinos", agregó.

Según ella, los embarazos no deseados son comunes en Mbrarara, igual que los abortos, la mayoría de los cuales no son practicados por profesionales.

Se estima que en Uganda se realizan 297.000 abortos, porque la mayoría de los embarazos no son deseados, establece un estudio realizado en 2005 por el Guttmacher Institute entre 2003 y 2005.

Una trabajadora del Centro de Salud de Kakooba que pidió no ser identificada, dijo a IPS que esa clínica carece desde hace dos meses de tres tipos de los anticonceptivos más usados.

"Estamos en un dilema. Queremos ayudar a las mujeres porque conocemos los peligros de no tomar las píldoras como se debe", dijo.

"En su lugar les damos condones, aconsejándoles que convenzan a sus esposos de usarlos hasta que nos reabastezcamos. Pero algunas mujeres no logran convencer a sus maridos (de usar preservativos) y quedan embarazadas", agregó.

Kaguna Amoti, funcionaria de salud del gobierno del distrito de Mbarara, dijo que la escasez no es generalizada en ese municipio.

"Somos conscientes del problema, pero éste no afecta a todos los anticonceptivos. Nuestros consejeros sugieren usar otros métodos hasta que tengamos nuevas reservas", señaló.

Sin embargo, no todos los métodos anticonceptivos son adecuados para todas las mujeres. Por ejemplo, las píldoras no son apropiadas para las mujeres rurales porque deben tomarlas todos los días, y la mayoría de ellas prefieren administrarse una inyección una vez por mes.

Wagama Theresa, alta funcionaria de enfermería en el vecino distrito de Bushenyi, dijo que la situación no era diferente de la Mbarara. "Somos afortunados de que algunos centros de salud tengan reservas de los inyectables, pero otros no las tienen, así que se aconseja a las madres que prueben en otros centros de salud donde sí existen esos contraceptivos", explicó.

Según ella, esa persistente escasez de anticonceptivos resulta frustrante para los hombres que apoyan a sus esposas en la planificación familiar.

Eliab Tayebwa, director de Salud Reproductiva y VIH/Sida en Bushenyi, explicó que el distrito experimenta esacasez de contraceptivos cuando se produce una demora en la distribución de la Reserva Médica Nacional.

"Los anticonceptivos vienen en paquetes que incluyen varias medicinas, así que cuando no se distribuye el paquete hay carencia de varios fármacos, entre ellos los anticonceptivos", dijo.

El acceso a y uso de métodos de planificación familiar en Uganda fue identificado como uno de los factores para lograr los Objetivos de Desarrollo para el Milenio, pero el avance en este sentido es lento.

Esos objetivos, definidos en 2000 por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación a 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género y reducir la mortalidad infantil y la materna.

Y también combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.

El Censo de Salud 2006 mostró que 41 por ciento de las ugandesas necesitaban métodos anticonceptivos pero no podían acceder a ellos.

El gobierno no está comprometido con las iniciativas de planificación familiar, lo que ha derivado en la escasez de anticonceptivos, sostuvo el médico Moses Muwonge, experto en salud reproductiva.

Para el año fiscal 2010-2011 se asignó apenas 600.000 dólares a los contraceptivos, destacó.

Pero Kenya Mugisha, director general en funciones en el Ministerio de Salud culpó a algunos distritos por causar la escasez de estos medicamentos.

"El dinero se envía a los distritos con presupuestos tentativos, pero los distritos redefinen las prioridades y es posible que los anticonceptivos" no se ubiquen en el lugar de la lista que merecen, dijo.

Mugisha explicó que su ministerio trazó una nueva estrategia para brindar servicios de planificación familiar a las poblaciones rurales, dado que 51 por ciento de los ugandeses viven a más de cinco kilómetros del centro de salud más cercano.

Esa estrategia solamente funcionará cuando se asigne más dinero para extender los servicios y comprar los anticonceptivos necesarios, sostuvo.

"Necesitamos más del doble de lo que estamos ofreciendo. Y ése es el gran desafío que enfrentamos, no simplemente con los anticonceptivos sino en el sector de la salud en general", dijo Mugisha.

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