Sudán del Sur y Sudán del Norte deben resolver con urgencia cómo van a compartir las riquezas procedentes de los hidrocarburos para evitar que la escalada del conflicto derivada de la división del país termine en guerra civil, aseguran portavoces gubernamentales y la organización humanitaria Global Witness.
"Hace una semana que no hay combustible en Sudán del Sur porque el Norte cerró el oleoducto antes de bombardear la región de Abyei", indicó James Morgan, embajador de este país en Indonesia hasta junio.
El presidente sudanés Omar el-Bashir insiste en compartir el recurso en partes iguales. Pero sólo queremos pagar alquiler por la cañería y el uso del puerto, que usamos para exportar crudo", apuntó.
Sudán del Sur, que utiliza 85 por ciento del crudo del país, celebrará este sábado su nacimiento como nuevo estado al separarse del Norte y se convertirá en el país 55 de África.
El presidente de la Asamblea Legislativa de Sudán del Sur, James Igga, proclamará la independencia de la República. El pabellón de Sudán se bajará y se izará el del nuevo país.
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Salva Kiir firmará una Constitución de transición y luego jurará como presidente del nuevo estado. El país tendrá 10 divisiones administrativas encabezadas por gobernadores.
Pero resta resolver cómo se compartirá los beneficios del crudo y terminar los conflictos en las zonas de Abyei, Kordofan del Sur y Nilo Azul.
La organización Global Witness, que realizó un estudio sobre la riqueza del país, concluyó que debe haber más transparencia sobre los ingresos de los hidrocarburos para preservar la paz.
"Lo más importante de la secesión es qué pasará con los ingresos del crudo", señaló Rosie Sharpe, de Global Witness. "Sin un acuerdo equitativo es difícil pensar en una separación pacífica", añadió.
"Es fundamental un acuerdo para evitar una guerra total. Hubo mucha desconfianza sobre si el actual sistema de distribución de ingresos fue implementado con justicia", indica el informe.
La ciudadanía no sabe a ciencia cierta cuánto crudo produce el país, por lo que tampoco pueden saber si la implementación del acuerdo es justa, o no.
El actual gobierno sudanés y la Corporación Nacional de Petróleo de China, la principal compañía en la región, no explicaron de forma adecuada las discrepancias en las cifras de producción publicadas.
Desde el Acuerdo General de Paz, de 2005, Sudán del Norte y del Sur comparten en partes iguales los ingresos del petróleo, pero hay analistas que estiman que casi tres cuartos de los 500.000 barriles de crudo producidos a diario proceden del Sur.
La economía del Norte se verá perjudicada con la secesión del Sur. Las ganancias por el crudo representaron 50 por ciento de los ingresos y 93 por ciento de las exportaciones de Sudán en 2009. Los precios de los alimentos y productos básicos están en alza, pues el gobierno reduce los subsidios que estima que ya no podrá costear, según Global Witness.
Las autoridades del Norte se muestran optimistas en público e irradian confianza. Las personas que hacen circular rumores de que la economía colapsará con la secesión del Sur están "totalmente engañadas", señaló Nafie Alia Nafie, colaborador cercano de Al Bashir y exjefe de seguridad nacional.
Pero la confianza de Sudán del Sur en el crudo, que representa 98 por ciento de sus ingresos, también lo hace vulnerable. Desde que se firmó el acuerdo de paz en 2005 recibió casi 10.000 millones de dólares. Pero mucha gente se queja de no haber visto los beneficios de los petrodólares. El territorio sigue siendo una de las regiones menos desarrolladas del mundo.
Sin petróleo, la economía de Sudán del Sur también colapsará. Ochenta y cinco por ciento de la población depende de la agricultura y es posible que no sienta directamente el impacto, pero el Estado no podrá pagar a los soldados y habrá inestabilidad política.
El gobierno de Sudán del Sur dijo que respetará el acuerdo ya suscrito y algunos ejecutivos del sector ya se mudaron de Jartum a Juba, su capital.
Pero a la larga tendrá que diversificar su economía. "Se estima que la producción alcanzará su máximo entre 2011 y 2012, y luego comenzará a disminuir en forma gradual hasta que su agotamiento dentro de 20 a 30 años", indicó Dirk-Jan Omtzigt, asesor económico de Referendum Taskforce.
No hay suficiente electricidad en el Sur, pero hay otros sectores en auge. La construcción encabeza los negocios incipientes, se erigieron numerosos edificios en la región.
El ingeniero civil Leonard Moss está contento con la independencia porque ahora Sudán del Sur podrá disfrutar de las ganancias de sus recursos naturales.
"Nuestro país tiene muchos parques nacionales y buenas lluvias, debería prosperar si todo el mundo desempeña su papel", sostuvo.
Pero algunos comerciantes de Sudán del Norte que trabajan en Juba entrevistados por IPS, no se mostraron tan optimistas y temen ser expulsados del territorio.
El vendedor de repuestos Abu Masri señaló que las garantías de Kiir de que no se discriminará a la población del Norte no bastan para apaciguar a la gente.
"Los comerciantes tememos represalias como que nos obliguen a regresar a Jartum, pero también que los sureños se queden con casi todo el petróleo", señaló con tristeza.
El ministro de Información, Radio y Televisión de Sudán del Sur, Barnabas Mariel Benjamin, es optimista.
"Será un momento histórico para nuestro pueblo que atravesó un largo y difícil camino para ver el nacimiento de la nación. Sabemos que tenemos muchos desafíos por delante, pero los enfrentaremos unidos, de forma pacífica y construiremos un país estable y próspero", señaló.
"Asuntos importantes se negociarán en un proceso separado, con apoyo de la comunidad internacional", añadió Benjamin.