Para revertir la pérdida de popularidad, el movimiento islamista afgano Talibán apuesta a los ataques selectivos contra las fuerzas de seguridad pakistaníes y evita atentados masivos que dañen civiles.
"Mientras el Talibán golpeó a las fuerzas de seguridad, la población local los apoyó porque creía que formaban parte de la yihad (guerra santa) contra Estados Unidos", explicó Maulana Abdul Wahid, líder religioso de esta capital de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, una de las cuatro de Pakistán.
"Pero hacia fines de 2005, cuando el Talibán lanzó una campaña contra la población en general, mezquitas, mercados, escuelas y edificios gubernamentales, la simpatía del público se transformó en enojo", indicó.
Wahid supo ayudar a juntar fondos para que esconder a miembros del Talibán que huían del vecino Afganistán tras la invasión encabezada por Estados Unidos a fines de 2001.
Entre los líderes del Talibán que se refugiaron en las áreas de mayoría pashtún estuvo el exjefe de Estado de Afganistán, mulá Mohammad Omar, buscado por Washington por dar refugio a Osama bin Laden, el líder de la red extremista Al Qaeda muerto en mayo en Pakistán por fuerzas estadounidenses.
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"Dejamos de apoyar al Talibán después que comenzaron a matar y a herir personas inocentes y no combatientes", indicó Wahid. "La población local se arrepiente de la buena voluntad que demostraron hacia" el movimiento islamista.
La actitud favorable obedeció a que la provincia de Khyber Pakhtunkhwa es de mayoría pashtún, la columna vertebral del Talibán en Afganistán.
Los pashtún representan 16 por ciento de los 174 millones de habitantes de este país y 42 por ciento de los 30 millones de Afganistán.
El Talibán comenzó a atacar sólo a las fuerzas de seguridad con la esperanza de ganarse otra vez a la población local, dijo a IPS el mayor del ejército retirado Jalid Jan, quien formó parte de las operaciones militares contra el movimiento islamista en las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), vecinas de esta provincia.
Es evidente que la nueva estrategia es una venganza por la muerte de Bin Laden, a manos de fuerzas estadounidenses en la ciudad de Abbottabad el 2 de mayo, sostuvo Jan.
"El Talibán golpeó al Frontier Constabulary en el distrito de Shabqadar Charsadda el 13 de mayo en un doble atentado suicida que dejó 80 uniformados muertos", indicó Jan, al explicar la nueva táctica del movimiento islamista.
El Frontier Constabulary es una fuerza paramilitar de Pakistán.
"Combatientes del Talibán atacaron el 18 de mayo un puesto de seguridad en las afueras de Peshawar que derivó en un enfrentamiento armado de cuatro horas en el que murieron 17 personas, 15 de ellas civiles, pero negó su participación en la muerte de no combatientes", señaló Maulana Zaheerul Haq, quien tiene una escuela religiosa.
En cambio, sí se adjudicó la responsabilidad por el asalto de una base naval de la meridional ciudad portuaria de Karachi, que dejó 10 oficiales muertos y destruyó dos aviones estadounidenses de vigilancia.
Combatientes del Talibán colocaron un coche bomba en una comisaría de esta ciudad el 28 de mayo que dejó por lo menos 11 personas muertas y 39 heridas. Al ser la mayoría policías, el movimiento no demoró en reconocer su autoría.
De acuerdo con ese patrón, el Talibán no se responsabilizó de un doble atentado ocurrido el 12 de junio en el supermercado de Jiber en el que murieron 45 personas y varias quedaron heridas.
"Se desesperan por lavarse las manos sucias ante la población", señaló el ministro de Información de Khyber Pakhtunkhwa, Mian Iftikhar Hussain, en reacción a la negación del Talibán.
"Todas las víctimas eran civiles y la gente sabe que el Talibán está detrás de esos ataques", indicó Hussain. "Saben muy bien que las milicias realizan actos terroristas en todo el país", apuntó.
El portavoz del Talibán, Ihsanullah Ihsan, declaró que "agencias extranjeras" trataban de calumniar a los religiosos acusándolos de atacar civiles. Incluso señaló que el movimiento vengaría la muerte de personas inocentes.
Los partidos religiosos que con entusiasmo apoyaron al movimiento islamista afgano, ahora se distancian de él.
"En los últimos tres años, el Talibán mató a cientos de personas inocentes, entre ellas mujeres, niños, niñas y ancianos, haciéndole mala fama al Islam", dijo a IPS un líder religioso que no quiso dar su nombre por miedo a represalias.
También señaló que el atentado contra Maulana Fazhur Rehman, jefe del partido Jamiat Ulema Islam y expartidario del Talibán, fue perpetrado por el proscrito Tehreek-e-Talibán, de Pakistán, que juró combatir a las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Afganistán.
Unos 30.000 civiles pakistaníes murieron en ataques del Talibán en los últimos años, indicó el ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik. También perdieron la vida 5.000 uniformados en operaciones contra Al Qaeda y el movimiento islamista.
"La nueva estrategia de atacar a las fuerzas de seguridad y de perdonar a la población civil no funcionará porque la gente está harta del Talibán, que sigue destruyendo escuelas y comercios de música", dijo a IPS el líder de una mezquita local en Peshawar, Maulana Kifayatullah.
"Estados Unidos no fue atacado por el Talibán, sólo los pobres pakistaníes", apuntó. "Respaldar al Talibán es apoyar agresores y quienes lo hagan deberán enfrentar la ira de Dios el Día del Juicio Final", añadió.