Por primera vez en la historia, el ministro de Finanzas de Kenia asignó casi cuatro millones de dólares del actual presupuesto nacional a suministrar toallas higiénicas a la población escolar femenina.
La medida sobreviene tras la persistente presión ejercida por parlamentarias que abordaron el problema del austentismo de las alumnas de las escuelas debido a la falta de estos implementos sanitarios.
La campaña dejó sin palabras a sus pares del sexo masculino, dado que esos temas raramente se hablan en público, y mucho menos en el parlamento de la conservadora sociedad keniata.
Las legisladoras pusieron en primer plano un problema que, de no resolverse, aún continuaría dificultando la educación de las adolescentes.
Dorothy Akinyi tiene 13 años y es una típica estudiante del séptimo grado procedente de Kibera, el tugurio más grande de África. Cada vez que menstrúa se queda en su casa.
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"Sin compresas higiénicas, la vida en la escuela es difícil. Vivimos situaciones muy embarazosas y humillantes, especialmente por parte de los varones. Nos delata el hecho de atarnos un pulóver a la cintura para ocultar una mancha en el uniforme si se produce una filtración en la toalla. Entonces elegimos quedarnos en casa", explicó Akinyi.
Ahora, su situación y la de otras muchachas como ella está a punto de cambiar. Pero eso solamente ocurrirá si el dinero asignado a las toallas higiénicas se gasta de modo eficiente.
"Esto es elaborar un presupuesto sensible al género: responder a las diferentes necesidades de hombres y mujeres al asignar y gastar los fondos públicos", enfatizó Jacinta Nyachae, directora ejecutiva del Kenya Aids Law Project (proyecto de ley sobre sida en Kenia) y defensora de los derechos humanos.
Sus declaraciones se produjeron justo antes de que Ruanda sea anfitriona, desde este martes 26 y hasta el jueves, de una reunión mundial de alto nivel sobre una mayor responsabilidad y efectividad mediante presupuestos que incluyan la perspectiva de género.
El encuentro, que tendrá lugar en Kigali, es organizado por el gobierno de Ruanda, la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) y la Unión Europea. Pero las niñas no son las únicas que se benefician de una estrategia sensible al género.
En una medida que ha permitido a las mujeres romper barreras económicas y sociopolíticas, la planificación y elaboración del presupuesto para crear el Ministerio de Género e Infancia es la mayor muestra del compromiso del gobierno por abordar la desigualdad de género.
"Pero al planificación y presupuestación de género no es suficiente. La corrupción rampante en varios ministerios del gobierno es una clara señal de que se necesita realizar un seguimiento y controlar cómo se usan estos fondos", explicó una fuente de la alianza G-10, una coalición de organizaciones que luchan por los derechos de las mujeres.
"El Women Enterprise Fund (fondo de empresas de mujeres) fue objeto de denuncias en cuanto a que las mujeres necesitadas no podían acceder al fondo. Lo mismo puede decirse de las becas educativas y del dinero canalizado a través del Constituency Development Fund (CDF, dondo de desarrollo distrital). Varias auditorías del CDF revelaron una corrupción generalizada", agregó.
Actualmente hay 31 activistas de la sociedad civil en prisión preventiva en Nairobi, tras ser arrestados el 18 de este mes durante uan manifestación en reclamo de la renuncia del ministro de Educación por denuncias de corrupción masiva.
Aunque todavía falta que la transparencia y la responsabilidad sean parte integral del proceso de inclusión de temas de género en las políticas nacionales, varios intentos por mejorar la situación de las mujeres han tenido parcial éxito.
Si bien el Women Enterprise Fund fue acusado de no llegar a todas las mujeres necesitadas, también ha marcado una diferencia en las vidas de muchas.
Su creación, "para permitir a las mujeres acceder a microfinanzas, hizo que las mujeres del sector informal adquirieran poder económico", explicó Wilfred Subbo, conferencista universitario sobre género y desarrollo en Nairobi.
"Esto es importante porque la pobreza está feminizada. Hombres y mujeres la experimentan de maneras muy diferentes. Algunas investigaciones mostraron que hay más mujeres que hombres viviendo en la pobreza, porque hay más mujeres analfabetas, lo que limita sus posibilidades de explotar oportunidades de empleo que les pueden brindar una vida decente", añadió.
Según él, se necesitan estructuras para auditar el dinero a medida que se gasta, y no después, a fin de abordar inmediatamente toda inconsistencia financiera.
"¿Cómo nos aseguramos de que los cuatro millones de dólares asignados al Women Enterprise Fund llegarán a las mujeres económicamente marginadas a las que se dirige?", preguntó.
El presupuesto nacional es una oportunidad para que el gobierno muestre su compromiso en la recaudación y el gasto de recursos.
"La respuesta de un presupuesto sensible al género no significa que el Tesoro desarrolle dos presupuestos, uno para las mujeres y otro para los hombres. Significa que el gobierno muestra que es consciente de que algunos problemas son (particulares) de los hombres y otros de las mujeres", explicó Nyachae.
"Las mujeres enfrentan serios problemas de salud reproductiva que pueden incapacitarlas. El presupuesto debería reflejar estos desafíos como lo hizo asignando algunos fondos al abordaje de estos desafíos", opinó.
Nyachae se refirió así a la actual asignación de dos millones de dólares a la mejora de los análisis y el tratamiento del cáncer cervical y de mama. También fue la primera vez que el Ministerio de Finanzas tomó una medida de estas características.
"El cáncer cervical sigue siendo una de las principales causas de muerte aunque es la forma más prevenible y tratable del cáncer. Estadísticas del Hospital Kenyatta muestran que cada año se diagnostican por lo menos 2.000 nuevos casos de cáncer, mientras una cantidad similar muere anualmente a raíz de esa enfermedad", explicó la ginecóloga y conferencista Brigid Monda.
La elaboración de un presupuesto sensible al género es reflejo de una planificación que toma en cuenta las necesidades femeninas, y también de soluciones prácticas para garantizar el abordaje de las desigualdades de género en todos los ámbitos de la sociedad.
"La integración de todo esto en el proceso dominante del desarrollo es en sí misma el logro del objetivo del desarrollo sustentable. También significa superar la brecha de desarrollo entre hombres y mujeres, y puede crear transparencia y responsabilidad porque las mujeres implementan los fondos públicos de modo eficiente y efectivo", dijo Subbo.