A veces debes soñar con un camello y conformarte con una cabra, dijo la canciller de Sudáfrica, Maite Nkoana-Mashabane, ante delegados de 35 países reunidos en la capital alemana, tratando de explicar el pragmatismo con el que se deben encarar las negociaciones internacionales en materia de cambio climático.
El dicho somalí versa sobre los deseos versus las posibilidades reales, explicó Nkoana-Mashabane. Al igual que en un mercado de Somalia, en las negociaciones por un acuerdo vinculante para mitigar el fenómeno, hay que aspirar a un camello, pero saber que lo mejor que se puede conseguir es una cabra, añadió.
En este caso, la "cabra" sería un acuerdo internacional que comience a regir en 2013, pero sin la ratificación de Estados Unidos y China y, quizá, tampoco de otras naciones industrializadas, como Japón y Canadá, aunque se espera que con el tiempo esos países terminen suscribiendo el tratado.
La cumbre de Berlín, organizada por los gobiernos de Alemania y Sudáfrica el fin de semana, se concentró en relanzar las negociaciones para lograr un acuerdo internacional capaz de reducir las emisiones de gases invernadero y frenar el recalentamiento global.
Está previsto que el tratado se firmara en noviembre en la ciudad sudafricana de Durban.
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Las negociaciones, coordinadas por la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, están estancadas desde hace años, en especial por la renuencia de Estados Unidos a aceptar un acuerdo vinculante. Ese país es el mayor emisor de gases invernadero por habitante.
El impasse significa que no se firmará nada en Durban. Ni siquiera hay un borrador con posibilidades de ser aceptado por el gobierno de Estados Unidos y otras naciones industrializadas. Sin acuerdo, no habrá marco normativo que regule la reducción de emisiones contaminantes a partir de enero de 2013.
El ministro de Ambiente de Alemania, Norbert Roettgen, interpretó la participación de las delegaciones de Estados Unidos y China en la reunión de Berlín como una buena señal.
China es el país que emite la mayor cantidad de gases invernadero y, junto con Estados Unidos liberan a la atmósfera más de 40 por ciento del total.
Los participantes en la cumbre coincidieron en que el Protocolo de Kyoto, que regula la disminución de emisiones de los países industrializados hasta fines de 2012, "no está muerto", indicó Roettgen.
El gobierno de Estados Unidos no ratificó el Protocolo de Kyoto porque sin la inclusión de grandes emisores como China, el plan de reducción es perjudicial para los países industrializados.
"Los participantes coincidieron en que el Protocolo de Kyoto es un paradigma sobre cómo diseñar una política ambiental internacional", arguyó Roettgen.
El ministro alemán teme que el nuevo marco normativo para reducir las emisiones de gases invernadero no sea suscrito en Durban. Pero espera que se logre un "avance sustancial" con objetivos claros dentro de un régimen obliogatorio.
Roettgen también afirmó que los países de la Unión Europea estaban dispuestos a ratificar un nuevo compromiso para reducir sus propias emisiones contaminantes. Dentro de unos años, "cuando el momento político sea adecuado, esos resultados se podrán integrar a un acuerdo global vinculante", añadió.
La agenda no oficial para un acuerdo obligatorio depende de los acontecimientos políticos en Estados Unidos y China, indicó una fuente alemana que pidió reserva de su identidad.
"Por ahora y hasta 2013, el gobierno de Estados Unidos es incapaz de acciones en asuntos internacionales, como son las negociaciones climáticas", apuntó. "El presidente Barack Obama no firmará ningún acuerdo que considere desventajoso para su economía antes de las elecciones de 2012", añadió.
Asimismo se prevé que en China, los actuales gobernantes, el presidente Hu Jintao, el primer ministro Wen Jiabao y el presidente del Congreso Nacional del Pueblo, Wu Bangguo, se retiren el año que viene.
"Si Obama gana las próximas elecciones presidenciales es posible que firme un acuerdo internacional para mitigar el cambio climático en 2013 o 2014. Es posible que un nuevo gobierno chino también puede esté listo en el mismo periodo", según la fuente alemana.
Entonces, otros países industrializados podrán seguir el ejemplo europeo, como Japón y Canadá, hasta ahora renuentes a aceptar objetivos de reducción de gases invernadero. Pero para algunos investigadores, son demasiadas situaciones hipotéticas.
"Si no alcanzamos el máximo de emisiones dentro de cinco, o a lo sumo 10 años, y comenzamos a reducirlas, será imposible evitar que el recalentamiento global no supere los dos grados", comparado con las temperaturas promedio de hace 200 años, antes de la Revolución Industrial, indicó Stefan Rahmstorf, investigador del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
Hay un consenso entre los científicos de que hay que respetar ese límite para evitar cambios climáticos fundamentales y grandes catástrofes como severas sequías, huracanes más frecuentes e intensos y el aumento del nivel del mar, dijo Rahmstorf.
Para evitar que el recalentamiento supere los dos grados, las emisiones de gases invernadero deberán reducirse a la mitad para 2050. Esos dos objetivos, ya reconocidos en numerosos acuerdos internacionales, son inalcanzables sin Estados Unidos y China en un futuro acuerdo.
"Me gusta el dicho del camello y la cabra", dijo la canciller (jefa de gobierno) de Alemania, Angela Merkel, a los delegados presentes en la cumbre de Berlín.
"Pero tenemos que evitar decirlo en voz alta en las negociaciones de cambio climático, porque es posible que no consigamos ni la cabra, cuanto menos el camello con el que soñamos", añadió.