Líderes de América Central, Colombia y México llamaron a los gobiernos de los países receptores de la mayor cantidad de drogas ilegales a ejercer su papel en el combate al narcotráfico y al crimen organizado. Reclaman más control en la venta de armas y planes para abatir el consumo.
"Desde Europa, Estados Unidos y muchísimos otros países presionan a América Central para que mejoremos nuestra tasa impositiva, y les doy la razón. Pero con la misma energía les pido que reduzcan el consumo de droga", dijo el presidente de Guatemala, Álvaro Colom.
El reclamo fue hecho en el marco de la Primera Conferencia Internacional de Apoyo a la Estrategia de Seguridad Centroamericana, que finalizó este jueves tras dos días de deliberaciones en la ciudad de Guatemala.
A la cita denominada "Hacia una Centroamérica Segura" acudieron todos los presidentes de la región, el anfitrión, Álvaro Colom, y sus pares Daniel Ortega, de Nicaragua, Laura Chinchilla, de Costa Rica, Mauricio Funes, de El Salvador, Porfirio Lobo, de Honduras, Ricardo Martinelli, de Panamá.
También se sumaron el primer ministro de Belice, Dean Barrow, los mandatarios Felipe Calderón, de México, y Juan Manuel Santos, de Colombia, el vicepresidente de República Dominicana, Rafael Albuquerque, el comisario de Comercio de la Unión Europea, Karel De Gucht, y la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Hilary Rodham Clinton.
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"Si bien es cierto que tenemos un compromiso fiscal, ellos tienen uno moral en reducir el consumo y controlar las armas, los químicos y los flujos monetarios", añadió Colom durante la jornada debates de este instrumento coordinador del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) instituido para contrarrestar la inseguridad imperante en el istmo.
Colom, que en lo que va de su mandato de cuatro años iniciado en 2008 ha incautado drogas por el equivalente a 8.700 millones de dólares, dijo que la región hace lo propio en esta lucha contra el crimen organizado, pero admitió sentir que se está "llegando al límite de nuestras capacidades".
América Central, con 42,8 millones de habitantes, se ha convertido en una de las regiones más violentas del mundo al ser utilizada como ruta del trasiego de drogas ilegales desde América del Sur hacia Estados Unidos, una situación agravada por sus altos índices de pobreza, debilidad y corrupción institucional.
Solo en 2010 se cometieron en el istmo 18.167 homicidios, casi 43 por 100.000 habitantes, lo cual es considerado una epidemia de violencia, según agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas.
Por si fuera poco, la lucha frontal contra los carteles de la droga dirigida por México y Colombia ha presionado a estos grupos criminales a mover sus operaciones a América Central, advirtió en 2010 el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Por eso los presidentes de los estados miembros del SICA se unieron en esta conferencia para pedir su apoyo a la comunidad internacional a ejecutar la estrategia regional de seguridad basada en cuatro componentes: Combate al delito, prevención de la violencia, rehabilitación, reinserción y seguridad penitenciaria, y fortalecimiento institucional.
Pero los jefes de Estado no solo pidieron el apoyo financiero y técnico para fortalecer la seguridad regional, sino también medidas internas de los países donde más estupefacientes se concentran en el mundo.
"El consumo de drogas en Estados Unidos sigue tan alto que eso permite a las organizaciones criminales obtener ingresos cada vez más elevados", acusó Calderón.
"Esto se traduce en mayor capacidad de corrupción de instituciones, mayor capacidad de fuego contra ciudadanos inocentes, una situación alimentada por la ambición y voracidad de la industria armamentista", matizó el mandatario mexicano.
Calderón planteó, como medidas fundamentales para revertir la situación, la reducción del consumo de drogas, la prohibición de comerciar armas de asalto en la región, el aumento de la cooperación internacional y revisar los paradigmas respecto de la política sobre drogas.
Por su parte Chinchilla, Santos y Funes también hicieron ver la responsabilidad que tienen los países consumidores en la lucha antidrogas.
El secretario general del SICA, Juan Daniel Alemán, dijo que "no se trata de señalar a nadie, pero sí de hacer conciencia de que de nuestra parte se hace un gran esfuerzo y se da la batalla, porque nosotros no somos productores de droga ni grandes consumidores sino que nos han tomado por nuestro espacio geopolítico para el tránsito".
Según un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los gobiernos centroamericanos destinaron en 2010 unos 4.000 millones de dólares para seguridad y justicia, una cifra que ha aumentado en 60 por ciento desde 2006.
Pero según los presidentes, en otra situación, todos esos recursos podrían ser invertidos en salud, educación, combate a la pobreza y demás programas sociales.
Ante las diferentes solicitudes, las primeras respuestas de la comunidad internacional para enfrentar la inseguridad en América Central no tardaron en llegar.
"Sabemos que gran parte de la demanda de droga se encuentra en mi propio país, así que por tercer año el presidente (estadounidense Barack) Obama busca la aprobación para aportar 10.000 millones de dólares con el fin de financiar la reducción de demanda a través de la educación y prevención", dijo Clinton.
La funcionaria, además, ofreció un aporte de unos 300 millones de dólares para el combate al crimen organizado en la región centroamericana. El monto significa un aumento de 40 millones de dólares respecto del monto dispuesto para el año pasado al mismo rubro.
"Tenemos una responsabilidad compartida y la debemos poner en acción, pero debo recalcar que el liderazgo debe ser centroamericano y no solo de los gobiernos sino del sector privado y de la sociedad civil", agregó.
Otros organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial también ofrecieron su apoyo a la iniciativa de seguridad regional a través de financiamientos por unos 1.500 millones de dólares para los próximos años.