«No puedo decirles nada, salvo que no puedo decirles nada», declaró Ai Weiwei, conocido artista y disidente chino que fue liberado bajo fianza tras reconocer evasión fiscal.
La liberación de Ai no fue anunciada por él ni por su familia. Pero el corresponsal de Al Jazeera en Beijing, Andrew Thomas, pudo verlo y confirmar el hecho.
Sólo dijo que había perdido mucho peso, informó Thomas.
La subdirectora del programa Asia Pacífico de Amnistía Internacional, Catherine Barber, dijo a Al Jazeera que «parece que Ai Weiwei está sometido a algún tipo de restricción».
«Los activistas liberados en los últimos meses están sometidos a ciertas restricciones y algunos hasta están bajo una detención domiciliaria ilegal tras su liberación», indicó.
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«Pediremos a las autoridades que levanten todas las restricciones impuestas a la libertad de expresión de Ai Weiwei», añadió Barber.
Estado de salud
Los problemas de salud de Ai incidieron en su liberación, informó el miércoles la agencia de noticias oficial Xinhua.
Ai «colaboró y confesó sus delitos» y prometió pagar los impuestos adeudados, reza el breve comunicado.
El gobierno chino lo liberó el miércoles para evitar la presión internacional y que sus allegados no alegaran motivos puramente políticos detrás del hecho.
Nunca se divulgaron los cargos formales y la prensa estatal tampoco mencionó denuncias pendientes o el comienzo de un juicio.
Familiares y allegados ya habían negado las acusaciones de evasión fiscal. Su esposa, Lu Qing, señaló que la compañía en cuestión está registrada y es de su propiedad, no es de él. La empresa se ocupa de los aspectos empresariales de la carrera artística de Ai.
Es uno de los artistas chinos con mayor reconocimiento internacional. Participó en el diseño del Estadio Nacional de Beijing antes de criticar los Juegos Olímpicos. Su fama creció en los últimos años, por su obra innovadora y su falta de respeto hacia las autoridades.
Patrón global
La detención de Ai en el aeropuerto de Beijing el 3 de abril lo convirtió en la víctima más famosa de la campaña contra la disidencia en China, que comenzó en febrero, cuando circularon invitaciones a través de Internet para realizar protestas similares a las del Medio Oriente y África del norte.
Cientos de abogados, activistas e intelectuales desaparecieron, fueron criticados o detenidos por las autoridades, nerviosas de que la Primavera Árabe llegué a este país.
Ai fue sometido a un tipo de detención conocido como vigilancia residencial a las afueras de Beijing.
En la breve conferencia que pudo dar su esposa dijo que parecía que lo cuidaban bien y que no estaba en una celda común.
Protesta internacional
La detención de Ai motivó una protesta de artistas, dirigentes políticos y activistas de derechos humanos. Gobernantes de Occidente señalaron que el hecho señalaba el deterioro de la situación en China.
Familiares y allegados señalaron que lo habían castigado por hablar sobre dirigentes del gobernante Partido Comunista y problemas sociales.
El artista también criticó varios escándalos nacionales, incluida la muerte de estudiantes en escuelas muy mal construidas que se derrumbaron en 2008, cuando el terremoto en la provincia de Sichuan, niños y niñas enfermos o fallecidos por consumir leche contaminada y un incendio en un rascacielos de Shanghái en el que murieron 58 personas, lo que se atribuyó a trabajadores negligentes e inspectores corruptos.
La comunidad internacional debe mantener la presión sobre el gobierno chino por las personas que siguen detenidas, señaló Barber, de Amnistía Internacional.
«Ai Weiwei es unas de las 130 personas detenidas desde febrero, muchas de las cuales todavía están en presas», señaló a Al Jazzeera.
+ Publicado mediante un acuerdo con Al-Jazeera.