El presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, considerado hostil a la prensa, sorprendió al iniciar una investigación de abuso de poder contra el exmandatario Leonid Kuchma por el asesinato de un periodista crítico en 2000.
No hay un consenso sobre si la libertad de prensa, que siempre fue difusa en este país, está peor en el gobierno de Yanukovich, considerado más autoritario que su predecesor liberal Viktor Yushenko.
No hay pruebas de censura directa, pero hubo presiones de algunos dueños de medios de comunicación sobre su personal y algunos casos de agresiones físicas contra periodistas.
Desde que la crisis financiera golpeó duro a Ucrania, muchos canales de televisión y periódicos perdieron avisos publicitarios y se volvieron más dependientes de los dueños, quienes prefieren mantener buenas relaciones con el gobierno en tiempos difíciles.
El presidente decidió abrir una investigación por el asesinato de Georgiy Gongadze, quien murió durante el gobierno de su mentor político, el expresidente Kuchma (1994-2005).
[related_articles]
El cuerpo decapitado de Gongadze fue encontrado en un bosque fuera de Kiev en 2000. El periodista era conocido por sus críticas abiertas contra el gobierno de Kuchma y lo que consideraba prácticas corruptas.
Desde hace años, periodistas ucranianos y otros actores de la sociedad civil reclamaron que se investigara el caso que pasó a simbolizar la lucha por la libertad de prensa, decepcionados por la falta de voluntad del expresidente Yushchenko para avanzar en ese sentido.
Durante la presidencia del pro-occidental Yushchenko, de 2005 a 2010, mejoró la libertad de prensa, pese a que había sido primer ministro de Kuchma cuando asesinaron a Gongadze en 2000, tras lo cual se especuló que tenía razones para temer una investigación.
Kuchma se convirtió en el sospechoso de mayor perfil político después de que su guardaespaldas Mykola Melnychenko revelara el contenido de grabaciones secretas en las que él se quejaba de Gongadze en una reunión con otros funcionarios.
En la grabación se escucha a una persona identificada como Kuchma que pide que el periodista sea secuestrado por rebeldes chechenos y ordena a sus subordinados: "ocúpense de él".
Kuchma negó las acusaciones diciendo que la grabación era falsa y que pretendía desacreditarlo. Luego acusó a Rusia y a la CIA (Agencia Central de Inteligencia) de conspirar contra él.
El caso se volvió más intrincado cuando el exguardaespaldas declaró que Kuchma era, de hecho, víctima de intrigas.
El expresidente, sospechoso de desempeñar un papel importante para evitar la investigación, se tomó las acusaciones en serio y contrató al abogado estadounidense Alen Dershowitz, conocido por participar en el caso contra el ex jugador de fútbol americano O. J. Simpson, acusado de asesinar a su exesposa y al hombre con el que se encontraba.
Las cientos de horas de grabación no fueron totalmente autenticadas, pero el primer fiscal general adjunto, Renat Kusmin, confirmó que las voces escuchadas son las de altos funcionarios, incluido el expresidente.
La autenticación de la grabación puede ser como abrir la caja de Pandora. En ellas hay una variedad de acuerdos corruptos que involucran a actuales y antiguos funcionarios. Ya se escuchan reclamos de nuevas investigaciones.
Familiares de Gongadze quieren que el expresidente sea imputado por asesinato, pero por ahora Kuchma ha sido acusado de abuso de poder.
El fiscal general Victor Pshonka, quien anunció la semana pasada que su oficina había terminado la investigación, justificó el cargo de abuso de poder arguyendo que Kuchma "no pretendió el trágico resultado final".
El caso se vuelve más difícil porque no hay testigos de la cadena de órdenes presuntamente procedentes de la Presidencia. Tres policías fueron detenidos por el caso y un exgeneral de la policía está procesado.
La única persona que podría haber confirmado el vínculo entre los altos funcionarios y oficiales de policía era el exministro del Interior, Yuriy Kravchenko, quien falleció en 2005 en circunstancias sospechosas.
A parecer, Kravchenko se habría disparado dos veces en la cabeza poco antes de atestiguar en el caso, dejando una nota en la que aseguraba ser víctima de las intrigas de Kuchma. Los investigadores concluyeron que se había suicidado, pero hay mucha gente en Ucrania que cree que fue asesinado.
Las teorías conspiradoras están a la orden del día. Muchas personas creen que el juicio es una farsa para librar al expresidente de toda sospecha, en tanto otros ven una guerra entre clanes políticos rivales, el de Yanukovich y el de Kuchma, con diferentes patrocinadores económicos.
"El resurgimiento del caso, la humillación pública de Kuchma y el renovado interés por los delitos ocurridos durante su mandato genera reclamos de un proceso justo y transparente", dijo a IPS el especialista Adrian Karatnycky, del Consejo Atlántico de Estados Unidos. "Todo intento de cubrirlo socavará la imagen de Yanukovich", añadió.
El caso ayudará a Yanukovich a rechazar las denuncias de persecución selectiva contra la oposición política, una acusación que afronta desde que ordenó una investigación sobre las actividades financieras de la principal líder de la oposición Yuliya Timoshenko.
La exprimera ministra fue acusada de desviar fondos reunidos en el marco del Protocolo de Kyoto para colocarlos en un fondo de pensión y, actualmente, está bajo arresto domiciliario.
Yanukovich se esfuerza, además, por mejorar su imagen con la prensa.
Karatnycky elogió al gobierno por aprobar la primera "ley sobre libertad de información" de Ucrania y señaló que Yanukovich designó al respetado periodista Darka Chepak, fundador del movimiento Alto a la Censura, como portavoz del presidente.
Chepak trabajaba con Georgiy Geonzagse. Su portal de noticias es "Ukrayinska Pravda" (Verdad ucraniana).