Las mujeres árabes asumieron claros roles de liderazgo en los levantamientos populares de Bahrein, Egipto, Libia, Marruecos, Túnez y Yemen, contrariamente al viejo mito occidental de que se encuentran indefensas y esclavizadas.
"Es realmente injusto ignorar la historia e intentar malinterpretar la realidad", dijo a IPS Fatima Outaleb, fundadora de la Unión para la Acción de las Mujeres en Marruecos.
"¿Quién puede negar a esa mujer que entona cánticos de protesta y lleva a hombres tras sí? Es una mujer con un velo, pero es también una líder", señaló.
Según Outaleb, las mujeres —sean madres, trabajadoras del hogar, lleven velo o no, simpatizantes de partidos islámicos o sin filiación política— siempre han jugado un papel clave en el mundo árabe.
"Los medios occidentales se guían por ciertas agendas y ciertas prioridades que tienen en mente. Han ignorado la realidad de que las mujeres árabes fueron el corazón de las revoluciones en la región, sea liderando, elaborando estrategias, creando conciencia o movilizando a través de blogs o (la red social virtual) Facebook", explicó Outaleb.
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Las mujeres egipcias representaron casi 20 por ciento de los millones de activistas que acudieron a la Plaza Tahrir en El Cairo y a la norteña ciudad de Alejandría.
"No me gusta el hecho de que, durante nuestra revuelta de 18 días, la cobertura de los medios internacionales se concentró en las mujeres acosadas sexualmente. Hubo mujeres entre los mártires, enfrentando a las fuerzas de seguridad y durmiendo en la Plaza Tahrir", dijo a IPS Doaa Abdelaal, de la organización Mujeres que Viven bajo Leyes Musulmanas.
"Las mujeres trabajaron mucho tiempo a nivel de base y en los movimientos de trabajadores para crear este momento", indicó.
Desde 2004, trabajadores egipcios han realizado casi 3.000 huelgas contra la privatización y las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Las mujeres han desempeñado importantes roles en esas acciones, exigiendo mejores condiciones económicas y oponiéndose al régimen del ahora derrocado presidente Hosni Mubarak.
En un país donde 95 por ciento de los 27 incidentes de violación que ocurren a diario no son reportados, donde 33 por ciento de las mujeres sufren violencia doméstica y donde hay desigualdades laborales y creciente violencia sexual, los grupos feministas se han destacado por dedicar tiempo y energía en los últimos 20 años para romper muchos tabúes.
La fundadora y jefa ejecutiva de la coalición árabe contra la violencia de género Karama, la somalí Hibaaq Osman, dijo que los medios occidentales estaban asombrados al ver a mujeres en las calles protestando de igual a igual con los hombres.
"Tienes que entender la psicología de los medios occidentales. Quieren ver una mujer débil, sumisa y tapada", dijo a IPS.
Osman sostuvo que Europa, que según ella se inclina cada vez más hacia la derecha política, debía comprender que sus comunidades musulmanas en realidad no reflejan el mundo árabe, ya que los inmigrantes están desconectados socialmente de sus tierras de origen y no han sido plenamente acogidos por los países donde viven.
"En Francia tardó un solo día aprobar una ley contra el velo, ¿pero cuánto tomará presentar una ley para apoyar, capacitar, dar empleo y fortalecer económicamente a los inmigrantes que viven en ese país?", preguntó.
"Creo que es tiempo de que Occidente se mire bien a sí mismo, pues es fácil señalar con el dedo al mundo musulmán, y ver cómo las mujeres son tratadas cuando la Iglesia Católica aún tiene grandes problemas con los anticonceptivos y no puede decidir si una mujer tiene derecho a usar su propio cuerpo", dijo Osman.
"No nos preocupa lo que los medios occidentales piensen sobre nosotras, porque sabemos que son tendenciosos", dijo Outaleb. "¡Cómo pueden haber ignorado el rol de las mujeres! Ellas nunca han estado ausentes, sino que han sido parte de la sociedad", subrayó.