Las autoridades de Pakistán informaron que permitirían a Estados Unidos interrogar a las viudas de Osama bin Laden si sus países de origen lo autorizan.
Sin embargo, analistas creen que probablemente no puedan proveer información de valor.
Las autoridades pakistaníes tienen bajo custodia a tres mujeres. Dos son sauditas: Siham Sabar (también conocida como Umm Khalid o "madre de Khalid") y Khairiah Sabar (también conocida como Umm Hamza). La tercera es Amal al-Sadah, una yemení de 29 años.
Junto a las mujeres hay varios niños ocho de ellos son hijos de Bin Laden y cuatro nietos—, todos los cuales se encontraban en el complejo de Abbottabad, donde estaban escondidos desde hacía años.
Amal al-Sadah, la esposa más joven de Bin Laden, recibió un disparo en la pierna durante la operación de Estados Unidos que habría matado a su esposo el 1 de mayo, y fue atendida en un hospital.
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El brigadier Asad Munir, ex jefe de los servicios de inteligencia pakistaníes (ISI) en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, opinó que extraer información de las mujeres sería un ejercicio fútil.
"Dudo que esas personas sepan mucho, o algo de valor. Ni siquiera deben saber quién vino y visitó a Obama", dijo Munir. "Los árabes por lo general no comparten mucha información con sus esposas, y esas mujeres no estaban involucradas en terrorismo".
Manir señaló que nunca tuvo bajo custodia a ninguna de las mujeres ni de los niños. "Y creo que, si son interrogados, no será de forma no violenta", indicó.
Hamid Mir, presentador de un popular programa en el canal de televisión privado Geo, no podría coincidir más con Munir.
"Osama una vez me dijo que los hombres nunca debían compartir secretos con mujeres", señaló Mir. "Me dijo que si le hubiera dicho muchos de sus planes a su primera esposa, Najwa, de quien se divorció más tarde, habría sido atrapado hacía tiempo".
Mir fue el primer periodista pakistaní en entrevistar a Bin Laden, en 1997, y el último con quien habló el líder de Al Qaeda antes de esconderse en 2001.
La joven que se encontraba en el complejo era Sfiyah, nacida el 12 de septiembre de 2001, un día después de los atentados terroristas en Nueva York y Washington.
"Es hija de su viuda Amala, y vio cómo el cadáver de su padre era sacado por las fuerzas de Estados Unidos, según me dijo un funcionario de seguridad que tiene bajo custodia a estas mujeres", confirmó Mir a IPS por teléfono desde Islamabad.
También es verdad que a las viudas se les permitía salir del complejo, y cuando sus hijos iban a jugar con vecinos eran vigilados.
Mir dijo que Bin Laden le aseguró que todos sus hijos eran educados en el hogar. "Su esposa Umm Hamza era muy educada y era quien enseñaba a los hijos", indicó.
Dos de sus esposas, Najwa Ghanhem o Umm Abdullah, y Khadijah Sharif o Umm Ali, se divorciaron de él.
Expertos legales dijeron que no sería raro que las autoridades de Pakistán le permitieran a Estados Unidos interrogar a las mujeres.
Ahmer Bilal Sufi, especializado en derecho internacional, explicó a IPS que darle el aval a interrogadores estadounidenses iría de acuerdo con las leyes internacionales y a las convenciones sobre terrorismo. "Los países tienen obligación de de cooperar ampliamente para compartir información", indicó.
Sin embargo, señaló que, a pesar de que Islamabad ha compartido información con Washington, esto no ha sido recíproco. Estados Unidos retuvo información y realizó una "intervención unilateral", indicó.
Por su parte, el periodista Ghazi Salahuddin opinó que no causaría ningún daño permitir que Estados Unidos interrogue a las mujeres. "Pakistán debe cooperar y cambiar el doble juego que ha estado haciendo por demasiado tiempo", indicó.
"Bin Laden no pudo haberse escondido en Pakistán por tanto tiempo sin la connivencia de nuestras autoridades. Tenemos que aceptar esto. Es tiempo de cambiar nuestra política hacia los combatientes islámicos. Debemos ahora proclamar cero tolerancia a los radicales", añadió.
Zohra Yusuf, de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, le recordó a las autoridades que las mujeres no podían permanecer bajo custodia durante mucho tiempo.
"No pueden estar en un limbo. Deben ser liberadas lo antes posible", dijo. "Tienen que ser enviadas de regreso a sus países de origen lo antes posible". Entonces, sus gobiernos podrán decidir si quieren entregarlas o no a los interrogadores estadounidenses.