La sentencia del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia contra dos exgenerales croatas, considerados héroes de la independencia, puede promover una verdadera reconciliación entre Serbia y Croacia, pese a las protestas que generó el fallo en este último país.
La ministra de Justicia de Serbia, Snezana Malovic, declaró a la prensa que el fallo puede convertirse en un punto de inflexión.
Miles de personas protestaron en las calles de Zagreb y de otras grandes ciudades de Croacia tras conocer el fallo emitido el viernes 15 por el Tribunal Penal Internacional, con sede en La Haya.
El Tribunal sentenció a Ante Gotovina y a Mladen Markac, los dos de 56 años, por crímenes de guerra y contra la humanidad, por expulsar a más de 200.000 serbocroatas en la Operación Tormenta en 1995, que marcó el fin de la guerra de independencia croata de la antigua Yugoslavia.
Pocos serbios regresaron después al territorio de Krajina, en la frontera de Croacia con Bosnia-Herzegovina. Tras la operación, la zona quedó desierta y bloqueada por varios meses para civiles y observadores internacionales, en tanto las autoridades escondían la destrucción causada.
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Gotovina fue condenado a 24 años de prisión y Markac a 18.
La Operación Tormenta es considerada oficialmente un triunfo legítimo e intachable sobre los serbocratas de Krajina, que contaron con respaldo de Belgrado y se oponían a la independencia de Croacia desde 1991.
Más de 20.000 personas fueron asesinadas en el conflicto de 1991 a 1995.
El fallo del Tribunal Internacional se convirtió de inmediato en un asunto político en Croacia y en Serbia, hacia donde se fueron la mayoría de los serbios de Krajina.
Muchos dirigentes políticos declararon que Zagreb pelearía por los generales en instancias de apelación, a diferencia de sus pares de Serbia que saludaron la condena.
Pero hay analistas y autoridades que especulan con que la sentencia puede ayudar a poner fin a dos décadas de malas relaciones entre vecinos.
"La confirmación de una verdad oculta en Croacia durante más de una década marcará un punto de inflexión mejorando las relaciones entre Serbia y Croacia", señaló la ministra serbia Malovic.
"Deja muchas cosas claras y representa una satisfacción parcial para las víctimas y las familias de las personas asesinadas, ya que su pérdida no se podrá compensar de otra forma", añadió.
Durante un tiempo, la reacción ante el fallo será de enojo, señaló el profesor de derecho Milan Skulic, "tanto entre croatas como entre nacionalistas serbios, lo que aumentará la tensión. Pero a la larga sienta las bases para mirar con más claridad y mostrar el camino de la reconciliación", añadió.
"Ahora hay esperanza de reconciliación entre croatas y serbios", señaló Savo Strbac, director del centro de documentación Veritas (verdad) sobre los serbios de Krajina, con sede en Belgrado.
"Croacia podrá hacer catarsis ahora, pues habrá una perspectiva de la historia reciente", dijo Strbac a IPS.
"Hay una nueva generación que creció desde 1991, gente que entonces tenía entre 10 y 15 años. Tendrán que hacerse cargo de la moderna Croacia. Crecieron adoctrinados por la idea de que los serbios son crueles y agresores y que la guerra fue algo sagrado e impoluto", añadió.
"Es hora de que mucha gente sepa la verdad de lo que sucedió entonces. La verdadera reconciliación está en camino, pero lleva tiempo, mucho tiempo y un cambio de mentalidad en muchos", apuntó.
Lo más doloroso de la sentencia en Croacia es el punto que describe a Gotovina y Markac, junto al fallecido expresidente Franjo Tudjman y varios comandantes militares como parte de una "asociación criminal", cuyo objetivo era expulsar a los serbios de Krajina.
Los "serbios deben desaparecer", decía Tudjman a sus colaboradores.
Entre las pruebas de esta asociación criminal se cuenta la ocupación de los croatas de las tierras abandonadas por los serbios e incluso de sus propiedades, muchas de ellas aun en llamas, señaló el magistrado Alphons Orie.
La conclusión del Tribunal se basó en las "actas Brioni", el registro de una reunión entre Tudjman y sus generales, que describía cómo llevar a cabo la Operación Tormenta en 1995.
La prensa croata publicó por primera vez las actas completas después de que el Tribunal leyó la sentencia contra Gotovina y Markac y dejó a mucha gente sorprendida. El documento, escondido en archivos secretos, llegó a manos de los jueces en 2007.