ESPAÑA: Amistad de Aznar con Gadafi irrumpe en campaña electoral

Los elogios del ex presidente del gobierno español José María Aznar (1996-2004) al líder libio Muammar Gadafi sorprendieron y preocuparon a su Partido Popular y proporcionaron munición electoral a los socialistas, cuando los sondeos les son ahora un poco menos desfavorables.

La imagen del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) mejoró en el marco de los repuntes de las exportaciones y del turismo, los errores y escándalos judiciales de sus adversarios y el proceso democrático de "primarias" anunciado por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Aznar, hoy presidente honorario del PP (centroderecha), habló en la estadounidense Universidad Columbia y criticó duramente a los países occidentales que intervienen en la crisis de Libia, tema que irrumpió así directamente en la campaña pre-electoral española.

Sus comentarios causaron indignación en amplios sectores de este país y silencio en su propia fuerza política, cuyo presidente, Mariano Rajoy, el 22 de marzo había calificado de "sátrapa iluminado" a Gadafi y de "ataque despiadado" a su respuesta a las revueltas populares, al tiempo que apoyó en el Parlamento la intervención militar de España en ese país del norte de África.

Aznar dijo que Gadafi era "un amigo extravagante, pero un amigo", que respaldó "todos los esfuerzos" del mundo occidental contra el terrorismo, confirmando así declaraciones de 2003, cuando aseguró que Libia estaba haciendo "exactamente el camino contrario al de Cuba" hacia la democracia a pesar de que, en aquel momento, el número de presos políticos en el país africano duplicaba a los de la isla caribeña.
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Cinco años después, Aznar compartió con el entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) los intentos de legitimar al régimen libio ante España y el mundo, así como de demonizar a Fidel Castro, a quien presumía de negarse a saludar cuando sí estrechaba la mano de Gadafi.

Antes de emprender un viaje secreto a Trípoli, Aznar firmó un comunicado con el ex presidente checo Václav Havel (1993-2003) en el que ambos calificaban la sustitución de Fidel por su hermano Raúl como "la prolongación de la tiranía."

El régimen libio divulgó detalles del encuentro de Aznar con Gadafi en la lujosa tienda beduina que éste posee en el desierto de Sirta —su ciudad natal—, los corderos que se sirvieron y los regalos y elogios que se intercambiaron.

Aznar fue el primer líder occidental en entrevistarse con Gadafi después de que éste entregara a dos sospechosos del atentado en la sudoccidental localidad escocesa de Lockerbie en 1988 contra el vuelo 103 de la aerolínea Pan Am, y anunciara su renuncia al terrorismo.

Posteriormente, en la sureña ciudad española de Sevilla, Gadafi invitó a Aznar a otra de sus suntuosas fiestas privadas y le obsequió un valioso caballo pura sangre, bautizado como El Rayo del Líder.

Estos y otros intercambios amistosos del ex presidente español con la dictadura libia salen nuevamente a la palestra coincidiendo con la violenta represión de Gadafi y sus hijos contra las revueltas populares y con motivo de la conferencia en la Universidad Columbia.

"Si decides apoyar a los rebeldes sin saber quiénes son y no apoyar a Gadafi, debes ser cuidadoso porque, si no, tu credibilidad está acabada", alertó Aznar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Sus declaraciones sobre Libia y sus dudas de que España pudiera hacer frente a la deuda económica —desmentidas por la Unión Europea y por los organismos de crédito internacionales— causaron malestar e irritación en la administración de Rodríguez Zapatero y en el resto del ámbito político español.

La ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, le respondió que, de acuerdo con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, España había asumido "la responsabilidad de proteger al pueblo libio de los ataques militares de las tropas de Gadafi".

Resulta sorprendente, señaló Jiménez, que Aznar quede fuera "no sólo del consenso internacional, sino que se distancie de una decisión que tiene que ver con una gestión humanitaria" apoyada por el 98 por ciento del Parlamento español, incluido su propio partido.

La ministra también le recordó que en el Consejo de Seguridad se encuentran países tan diferentes como Alemania, Francia, Portugal, Rusia, China o Sudáfrica.

Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, calificó de "reprobables" las palabras de Aznar, y preguntó: "¿Por qué los españoles tenemos que aguantarlo?"

"Uno no podría imaginar al señor Bush haciendo estas declaraciones sobre Estados Unidos fuera de su país", añadió.

Coincidiendo con el criterio de algunos comentaristas y analistas políticos, José Blanco, vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, apuntó en una entrevista radiofónica a "negocios e intereses" de Alejandro Agag, el yerno de Aznar, con un hijo del líder libio.

"La pregunta que tiene uno que hacerse es: ¿qué cuenta pendiente tiene Aznar con Gadafi para que sea el único líder europeo que sale en su defensa llamándole amigo", afirmó.

Tanto como las palabras del ex presidente de gobierno sorprende el mutismo de la figura a quien eligió para sustituirle al frente del PP y como candidato a ocupar el Palacio de la Moncloa: Mariano Rajoy, quien durante muchos años fue su hombre de confianza y máximo colaborador, ministro, vicepresidente y consejero.

Ni una palabra ha pronunciado Ranjoy de apoyo a su mentor, mientras que otros dirigentes del PP apenas se han expresado. "Siempre las declaraciones de Aznar son dignas de tomarse en cuenta", señaló la secretaria de organización del partido, Ana Mato.

"Aznar defiende a un dictador con tal de dañar al gobierno, y Mariano Rajoy guarda un silencio cómplice por no rectificar al ex presidente", dijo a IPS la coordinadora electoral del PSOE, Elerna Valenciano.

"No le corrige porque le debe el puesto. Con una mano los conservadores brindan su apoyo al gobierno de España en el tema de Libia, y con la otra, y través de otros portavoces, ponen en duda la misión", añadió.

A Aznar sólo le defiende, con pasión, el propio Aznar a través de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que él creó y preside desde que dejó la jefatura del gobierno.

Muy bien dotada económicamente y con presencia en algunas universidades estadounidenses en las que él suele hablar, la FAES publicó un comunicado en el que niega o matiza las polémicas declaraciones. El problema es que una cámara de la Universidad de Columbia las había grabado íntegramente…

Todos estos elementos se incorporaron ya a la campaña electoral para las municipales y autonómicas del 22 de mayo y las generales, previstas para 2012.

El PP tiene el viento a favor de la aguda crisis económica, que dificulta al gobierno crear empleo, y de un cierto conformismo de éste. Todas las encuestas dan al partido de Ranjoy como favorito, con amplio margen.

Pero en las últimas semanas los socialistas parecen haberse reanimado al comprobar que sus posibles candidatos —el vicepresidente Pérez Rubalcaba y la ministra de Defensa, Carmen Chacón— gozan de mayores simpatías en las encuestas que Rajoy, y que éste se encuentra muy por debajo de las de su propio partido.

Aznar, Gadafi y El Rayo del Líder son nuevas amenazas para el PP, que se suman a la posibilidad de que el "caso Gürtel" —una trama de corrupción dentro de la formación centroderechista— salte a lo tribunales antes de las elecciones y siente en el banquillo al presidente de la Comunidad de Valencia. Rajoy no habla, ni quiere oír hablar de ninguno de estos temas.

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