El dengue genera controversias en Paraguay y pone en entredicho la capacidad de respuesta de su sistema de salud pública. A pesar de las campañas de prevención, la enfermedad ya se cobró al menos 22 vidas en lo que va del año, debido a serotipos más agresivos.
Al igual que muchos otros lugareños, González lanza sus críticas hacia las instituciones públicas, como el Ministerio de Salud y las autoridades municipales. "Necesitamos que haya fumigación permanente y que se limpien los predios abandonados", dijo a IPS.
Con 24 por ciento de los hogares con presencia de larvas del mosquito, Fernando de la Mora es la más expuesta a la enfermedad entre las localidades del departamento Central, el más poblado del país.
Pero un aspecto que González no menciona es la falta de interés de la comunidad en general en mantener limpio su entorno barrial, sobre todo dentro de las viviendas.
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"El método que menos costo tiene es el control ambiental del vector, lo que sería la eliminación del criadero", explicó a IPS el director del Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa), Julio Manssur.
Sin embargo, siendo el método más barato, es a su vez el más difícil de implementar, porque la campaña no termina de prender en la ciudadanía, apuntó. "La gente pide la fumigación de modo preventivo, lo que no recomendamos, debido también a la persistencia de las lluvias que anula la acción de los químicos", explicó.
Las cifras del Ministerio de Salud dan cuenta de 22 muertes este año por causa confirmada de dengue en Paraguay, aunque las propias autoridades temen que esa cifra llegue a más de 40 si se contabilizan los fallecidos por complicaciones con otras enfermedades.
En cuanto a la cantidad de afectados por la enfermedad, ya se confirmaron unos 4.000 casos y las notificaciones de sospechosos trepan hasta 17.000.
El Congreso legislativo aprobó el 18 de marzo la emergencia sanitaria para Asunción y los departamentos de Central, Alto Paraná, limítrofe con Brasil, y Guairá, en el área central de la región Oriental.
Mientras, legisladores de oposición critican, por entender que no actúa "con la celeridad y la eficiencia que la situación requiere", a la ministra de Salud, Esperanza Martínez, quien, empero, aparece como la integrante del gobierno del centroizquierdista Fernando Lugo mejor posicionadas por su gestión. Está en el cargo desde el comienzo de esta administración en 2008.
El médico Carlos Rodríguez, consultor en Salud Pública, dijo a IPS que todo este escenario resulta del hecho de que tanto las autoridades como la población olvidaron lo que representaron las epidemias anteriores.
Paraguay registró casos de dengue en 2008 y 2009, pero no hubo ningún fallecimiento por esta causa, como en 2007, cuando el número de muertos llegó a 17 y se observaron 28.000 personas contagiadas. En 2010, este mal se cobró la vida de 14 personas y se registraron cerca de 7.000 casos.
Rodríguez aseguró que el problema radica en que no se mantuvo un sistema permanente de campañas educativas, de limpieza y de seguimiento en los últimos tres años. "Ahora, cuando el virus que ya hace años circula en el país, y del que tenemos tipos diferentes, vuelve con todo, es como que empezamos de nuevo", indicó.
Sin embargo, Iván Allende, director de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, alega que se ha hecho lo debido para contener la epidemia.
"No tenemos aún la situación de Brasil, donde la endemia de dengue se instaló hace muchos años y ahora registra una hiperendemia, lo cual significa muchos casos durante todo el año, con muchas muertes", subrayó.
Añadió que en el país no se paró de trabajar contra la enfermedad desde octubre de 2009, aunque admitió que existen problemas de control por la densidad poblacional de algunas partes del país, como Asunción.
"La transmisión es mucho más efectiva en las áreas metropolitanas y esto dificulta el control a través de los métodos tradicionales", manifestó. Paraguay tiene 6,3 millones de habitantes, 58 por ciento de los cuales se concentran en el área urbana.
El país tiene registro del dengue del tipo 1, que es el más leve y sus síntomas van desde estados febriles, cefalea grave, dolores en el área de los ojos, así como articulares y musculares, y de los tipos 2 y 3, que pueden derivar en complicaciones febriles, convulsiones y hemorragias, y pueden llevar a la muerte del infectado.
En cambio, no se tiene registro oficial de dengue tipo 4, el más agresivo de todos. Si bien en noviembre se había comunicado la posibilidad de su ingreso, a la fecha no ha sido detectado. En América Latina, se reportan casos de este serotipo solo en Venezuela y Brasil.
El doctor Rodríguez también indicó que existe un elevado sub-registro, porque "prácticamente en cada casa hay enfermos de dengue y los datos oficiales quedan cortos".
Paralelamente, se extienden las críticas sobre el propio gremio médico, al que se le atribuye falta de cumplimiento del protocolo de tratamiento de casos con sospecha de dengue.
Las autoridades de salud pública hicieron un llamado de atención a los profesionales del sector médico para que los casos febriles sean atendidos en forma y las notificaciones comunicadas a tiempo.
Actualmente, los hospitales, tanto públicos como privados, afrontan una creciente demanda de pacientes con síntomas de la enfermedad.
"Estamos abarrotados de pacientes con síntomas, pero tenemos un plan de contingencia, con más camas y más médicos", informó a IPS el doctor Carlos Benítez, director médico del Hospital de Lambaré, en el departamento Central.
Al respecto, la propia ministra de Salud, en declaraciones a la prensa local, insistió en que el sistema de atención pública no está saturado.
A todo esto, aunque el gobierno de Lugo ha emprendido acciones interinstitucionales de lucha contra el dengue para reforzar la campaña de concienciación, la apatía no abandona el ánimo de los pobladores que no asumen la responsabilidad de la limpieza de su espacio y entorno comunitario.
