Crece la furia popular en Siria

A pesar de los escasos reportes de prensa que emergen de Siria, la información filtrada por activistas en el terreno indica que la situación se deteriora.

Mientras el gobierno permanece en silencio ante los acontecimientos que se desarrollan en todo el país, los rezos musulmanes del viernes siguen reflejando el disenso que parece propagarse a todas las clases sociales.

"La gente está muy molesta, sobre todo luego de que los hombres arrestados en la ciudad de Banyas fueron liberados y que circularon versiones de que habían sido torturados", dijo un activista, que pidió permanecer en el anonimato por razones de seguridad.

La cadena árabe Al Jazeera informó el 13 de este mes que por lo menos 200 hombres de Banyas fueron detenidos por las fuerzas de seguridad. Según un activista, en respuesta, las mujeres de la ciudad realizaron una manifestación exigiendo su liberación.

"La revolución ha desarrollado su propia dinámica. Cuando el régimen mata a manifestantes, crea más furia en las calles, lo que deriva en más protestas", dijo Anas al-Abdah, miembro fundador del grupo opositor Movimiento por la Justicia y el Desarrollo.
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En la última semana, miles de personas se han manifestado y apoyado al movimiento pro-democrático que se propagó a otras ciudades como Baida, Latakia, Douma (un suburbio de Damasco) y Homs. En la aldea de Ain Arab, en el norte de Siria, unos 600 kurdos realizaron una protesta pacífica de una hora, según la agencia AFP.

Al Jazeera informó el domingo que al menos cinco personas murieron en protestas cerca de la ciudad de Homs. Citó a fuentes del gobierno señalando que dos policías habían muerto en la localidad de Talbiseh el domingo, mientras otros informes indicaban que también habían fallecido manifestantes.

Amnistía Internacional informó que el conflicto en Siria provocó hasta ahora 171 muertes, y la lista enviada por un activista indica que ha habido 972 arrestos.

"El régimen eligió el camino de la represión violenta y no puede retroceder a esta altura, así que sí, preveo un mayor derramamiento de sangre. Pero insisto en que la violencia es perpetrada por una sola parte", dijo Abdah.

El viernes, el presidente Bashar Al Assad anunció la liberación de cientos de manifestantes, excepto a los que estaban involucrados en "actos criminales".

El gobierno insiste en que organizaciones delictivas están detrás de gran parte de la violencia. La agencia nacional de noticias Sana, citando a una fuente oficial, añadió que 19 personas, incluyendo miembros de las fuerzas de seguridad, habían sido asesinadas por "bandas armadas".

"Son matones contratados por el régimen, conocidos como ‘shabiha’, que son enviados a los barrios a atacar a los manifestantes", dijo Abdah.

Los medios oficialistas responsabilizan del levantamiento a un complot externo para derrocar a Al Assad, organizado por Arabia Saudita, Estados Unidos y facciones libanesas. Activistas consideran estas acusaciones absurdas.

La represión y las incriminaciones no han disuadido a los manifestantes, que inicialmente exigían más libertades pero ahora piden directamente un cambio de régimen. El número y el alcance de las manifestaciones han sido limitados en grandes ciudades como Damasco y Aleppo, "pero el simple hecho de que ocurran ya es significativo", destacó un activista.

"Siria presencia el resurgimiento de la sociedad civil, que está en su etapa embriónica. Están emergiendo líderes comunitarios y dirigiendo el movimiento de protestas", añadió Abdah.

En respuesta, el gobierno sirio apuesta a un enfoque doble: a la vez de lanzar una fuerte represión contra los manifestantes, aceptó recibir a una delegación de Daraa, ciudad que se convirtió en símbolo de la disidencia.

El sábado, el presidente Al Assad prometió que la ley de emergencia, en vigor desde 1963, sería levantada antes del 25 de este mes. La implementación de las reformas se ha vuelto una necesidad del régimen para poder sobrevivir.

Pero mientras se hacen promesas de cambio, la violencia continúa. En las últimas semanas, la muerte de uniformados disparó especulaciones de que soldados estaban siendo ejecutados por negarse a dispararle a manifestantes.

Abdah señaló que, si bien había una "elite" militar leal a la familia Assad, la vasta mayoría de las fuerzas armadas está conformada por sirios comunes.

"La división dentro del ejército ya comenzó. Hay informes confirmados de conscriptos y oficiales de bajo escalafón ejecutados por desobedecer órdenes de disparar a los manifestantes. Tenemos los nombres de esas personas. También hay informes confirmados de conscriptos que terminan por desertar para no matar a civiles", añadió.

Si continúa el uso excesivo de la fuerza contra los civiles, la jerarquía del ejército se enfrentará una disyuntiva: actuar directamente en la represión o ponerse del lado del pueblo.

Sin embargo, una reciente declaración del Ministerio del Interior de Siria no sugiere que el régimen cambiará de actitud. "No hay más lugar para la indulgencia o la tolerancia en la aplicación de la ley para preservar la seguridad del país y de los ciudadanos, y proteger el orden", indicó.

(FN/IPS/traen-rp/mm ip ab hd fe/11)

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