Comunidad agrícola reverdece en Swazilandia

La comunidad de Malibeni, antes pobre y arruinada por la sequía, ahora es todo verdor. Exuberantes cultivos de caña de azúcar y hortalizas han sustituido los arbustos secos que dominaban el paisaje de esta zona del nororiente de Swazilandia.

El proyecto que lleva a cabo la Asociación Intamakuphila de Agricultores tiene dos fines: mejorar el agua y el saneamiento en los hogares del área, y también irrigar los cultivos de caña de azúcar de una asociación de agricultores.

"Este año terminaremos de pagar la deuda con el banco que generamos al retirar capital para el proyecto", dijo James Mahlalela, de la Asociación.

"El año próximo comenzaremos a obtener dividendos", agregó.

En los últimos ocho años, las Empresas de Desarrollo Agrícola y Recursos Hídricos de Swazilandia (SWADE, por sus siglas en inglés) transformaron a Malibeni y a sus alrededores de acuerdo con su mandato de aliviar la pobreza.
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Apoyo a la agricultura comercial

La paraestatal SWADE finalizó las obras de la represa de Maguga en septiembre de 2001, y adoptó una política participativa para crear infraestructura de irrigación, que involucrara a usuarios, planificadores y políticos para diseñar proyectos agrícolas para el lugar.

La reserva irriga 7.400 hectáreas de granjas. Aproximadamente la cuarta parte de esa superficie está compuesta por huertos de verduras, mientras que el resto se dedica a la caña de azúcar.

Nueve comunidades se benefician directamente de esta represa. Según la gerenta de comunicaciones estratégicas de SWADE, Gugulethu Hlophe, las comunidades tuvieron que ponerse de acuerdo para mancomunar sus tierras a fin de crear establecimientos agrícolas comerciales.

"Al principio la comunidad era bastante escéptica, porque pensaba que queríamos quedarnos con su tierra. Pero la gente terminó viendo los beneficios de asociarse y cultivar caña de azúcar", dijo Hlophe.

SWADE garantizó que las diferentes asociaciones pudieran acceder a préstamos bancarios, mientras la Corporación Real del Azúcar de Swazilandia amplió su molino para procesar 80.000 toneladas de caña de azúcar al año.

"Los miembros cosecharán los beneficios de la caña de azúcar antes de terminar de pagar su deuda con las instituciones financieras", aseguró Hlophe.

Mahlalela dijo que su asociación, que cuenta con un establecimiento agrícola de 280 hectáreas, terminará de pagar su deuda de 286.000 dólares este año.

Además de los 162 integrantes de la asociación que poseen acciones, todos los trabajadores agrícolas asalariados de la comunidad mejoran sus ingresos.

"A partir del próximo año recibiremos los dividendos calculados según la tierra con la que cada uno haya contribuido a esta asociación", dijo Mahlalela.

"Cada miembro representa un hogar en el área", señaló.

Como la mayoría de sus vecinos, Mahlalela también mantiene un huerto donde cultiva tomates, coles y frijoles, y vende lo que produce en todo el país y más allá.

También posee otro huerto que irriga con el mismo sistema que el primero. "Estos son los beneficios a corto plazo del Proyecto de Desarrollo del río Komati", dijo Hlophe.

Una represa, múltiples propósitos

En paralelo al inicio de las operaciones de cultivo de caña azucarera y verduras, la comunidad de Malibeni logró poner en marcha infraestructura para acceder al agua y al saneamiento.

SWADE adopta un enfoque integral en relación al desarrollo comunitario y considera el acceso a estos dos servicios como un requisito básico para todos los hogares en el área que cubre, explicó Hlophe.

Mancane Dlamini, madre de dos hijos, dijo recordar muy bien cómo obtenía el agua la comunidad: tenía que caminar dos kilómetros hasta llegar al río. Siete de los hijos de sus vecinos se ahogaron en el río Komati hace muchos años.

"Hay una pendiente muy empinada (antes de llegar al) río, y los niños se resbalaban y caían en él", relató.

Ahora, una cañería hace que el agua llegue directamente a cada hogar. SWADE aportó a la comunidad los materiales necesarios, así como los contratistas para instalar un sistema para filtrar la arena.

El agua de la represa de Maguga se almacena en una reserva más pequeña ubicada cerca de la comunidad. El embalse también estabiliza la presión del agua que se bombea desde allí, a fin de que no se dañe la infraestructura de irrigación de la caña de azúcar.

"El agua de la reserva más pequeña se retira y suministra a un tanque de 5.000 litros en cada hogar", dijo Hlophe.

"El agua se purifica en un lecho de filtros ubicado en un tanque de 1.000 litros antes que el agua limpia vaya a otro tanque del mismo tamaño", explicó.

La casa de Mahlalela usa esta agua para satisfacer sus necesidades domésticas, lo que incluye un retrete con cisterna adjunta a la estructura de bombeo hídrico.

"En los últimos ocho años hemos estado usando este sistema sin ningún problema", dijo Mahlalela.

Por ahora, la comunidad no paga nada a cambio del agua, aunque SWADE advirtió que es posible que en el futuro haya que pagar una pequeña contribución para su mantenimiento.

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